Guerra con los medios de comunicación P2

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— ¿Conferencia de prensa de disculpa? Creo que están muy equivocados. —disintió Astrid con el ceño fruncido.

— ¿No ha sido tu comportamiento lo que ha ocasionado molestias en el comité y a todos en general? —Preguntó Kayla con maldad.

—Si se refieren al público que me apoya y al comité entonces me disculpo, si se trata de ustedes, no lo haré. —Respondió con firmeza. —Tampoco les debo explicaciones de ningún tipo, en especial a ustedes. —Señaló con la mirada a los cuatro reporteros que ocupaban el centro de la primera fila.

"Bien dicho Astrid". Aplaudió Hiccup aun lado de ella.

—Que muchacha tan arrogante. —Bramó Hendrick. —Se supone que eres una representante... ¿Qué cosa piensas que son las olimpiadas?

"Traducción de lo que dijo ese tipo: Fuiste elegida, ¿no deberías comportarte mejor?". Resopló con cansancio.

—Lo sé. —Balbuceó Astrid, tratando de contenerse. Trató de concentrarse para pensar con inteligencia y no dejarse llevar por sus juegos.

"Sólo diles que harás tu mejor esfuerzo y se acabó... allá ellos si no lo entienden".

La chica asintió en total acuerdo, agradeciendo mentalmente que la apoyara en ese momento.

—Como he dicho, no les debo ninguna explicación. Sólo puedo decirles que iré a las olimpiadas a hacer mi mejor esfuerzo.

— ¿Y crees que con eso puedes arreglar tu historial de comportamiento? —Preguntó Kayla saboreando sus palabras.

—Bueno... eso sólo puede decidirlo las personas que me apoyan. —Respondió con titubeó.

Hiccup observó cómo Astrid apretaba sus puños por debajo de la mesa, reconocía que lo estaba haciendo muy bien, pero que también le era muy difícil contenerse, sin embargo, ¿qué podían hacer? Estaban amenazados y todo el mundo parecía estar en su contra, sí, en su contra; porque cualquier problema que tuviera su amiga era como si fuera el suyo al igual que sus sueños y metas.

"Calma Astrid, vas muy bien". 

Esta sólo asintió ante las palabras de ánimo de su amigo fantasma.

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Sin importarle estacionarse en un lugar prohibido, casi encima de la acera del lugar de discapacitados, Stormfly bajó del auto presurosa y corrió hacia la entrada del edificio del comité.

— ¡Mira! es Stormfly. —Reconoció Tannlos quien estaba escondido con Eret en uno de los callejones.

—Parece que hay una reunión o algo así, hay muchos autos afuera.

Ambos hombres vieron como la entrenadora de Astrid fue retenida en la entrada por el guardia, aparentemente le prohibió el paso y esta le empezó a gritar despectivamente.

—Eso no es normal. —Dijo Eret saliendo del escondite.

Tannlos no dudó en seguirlo, también le causó intriga aquel suceso, además que quería ayudar a la desesperada Stormfly.

— ¡¿Quién se cree que es?! Soy la entrenadora de Astrid. —Stormfly se lanzó contra el robusto hombre que la sostuvo de los brazos impidiéndole el paso.

—Lo siento, señorita... pero me dijeron que no dejara entrar a nadie.

— ¿Quién?, ¿Por qué? —Llegó Eret apartando a la rubia del guardia.

Cómo entrenar a una patinadora (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora