Alcanzando el cielo.

1.3K 73 88
                                    

           


Después del emotivo encuentro, la familia Haddock y Alberick tuvieron que ir a la sala de espera, pues los médicos se llevaron a Hiccup para hacerle una revisión de rutina que no tardaría mucho.

El menor de los Haddock seguía pasmado, se le hacía imposible creer que todo aquello fuera real y temió que se tratará de un sueño engañoso en el cual despertaría encontrándose con una cruda realidad.

— ¡Ouch! —Se quejó al haber sido fuertemente pellizcado en el brazo.

—Para que te ubiques. —Dijo su padre, aún molesto por no haberse comunicado con ellos.

—Sí, sí... perdón... pero es que se me hace increíble todo esto.

—Para nosotros también fue una gran sorpresa. —comentó Valka.

— ¿Cómo sucedió exactamente? —Preguntó Alberick.

—Por cierto ¿Qué haces tú aquí? —Señaló Tannlos.

— ¡Oye! También me da gusto verte. Vine con mi esposa a celebrar las fiestas con mis padres, había venido a visitar a Haddock ayer por la tarde, luego de repente por la mañana me entero de que había muerto y resucitado, ¡Tenía que verlo!

— ¡Oh, ya veo!

—Sí, Alberick estaba tratando también de localizarte. —Explicó Valka dándole un coscorrón a su hijo menor. — ¿Ves lo que provocas tú también?

—Ya pedí perdón... pero mejor explíquenos, ¿Qué pasó realmente?

—Lo que pasó es que, ya por la noche tu hermano empezó a tener mucha actividad cerebral, así como el ritmo cardiaco muy alto; los doctores lo notaron extraño, lo estuvieron monitoreando por horas, por eso muy apenas nos preocupamos por el tiempo y no se nos hizo extraño que no nos llamaras, pasando un poco más de las doce fue cuando todo se complicó, tu hermano no estaba respondiendo y trataron de reanimarlo con el desfibrilador, y... ¡murió!

Valka trataba de explicar los hechos de la manera más sencilla, pero ni ella misma daba cavidad en su mente ante aquel milagro, un milagro que definitivamente la hacía feliz.

—Lo declararon muerto. —Siguió contando Stoick. —Está de más decir que no lo asimilábamos, casi nos volvemos locos; después el hospital nos mandó a hacer la fastidiosa papelería correspondiente para poder llevárselo, tardamos algo en eso, no estábamos de humor para llenar formas. Cuando por fin terminamos, fue cuando nos hablaste y te dimos la noticia.

El chico exhaló abrumado al recordar aquella horrible noticia, definitivamente todos la habían pasado mal.

—Luego regresamos a donde aún tenían a tu hermano, nos dijeron que podíamos verlo antes de llevárselo a la morgue. —Recordó Valka sintiendo escalofríos.

—Tu madre enloqueció. —Dijo Stoick. —Prácticamente se echó encima de él, no quería que se lo llevaran.

—Y de repente... —Suspiró la mujer ensimismada. — ¡Abrió los ojos!, era como si su espíritu llegado en el momento justo.

—Ese Haddock, de seguro andaba de parranda. —Comentó Alberick tratando de animar un poco la plática, logrando conseguir risas por parte de sus viejos amigos.

—Sí, ahora nos reímos. —Comentó Stoick. —Pero créanos chicos... fueron los minutos más angustiantes de nuestras vidas.

Abrazó a Valka, ambos estaban exhaustos, pero con su hijo vivo y a salvo ahora sí podrían descansar y vivir como se debía.

—Luego intentamos contactarte Tannlos. —Siguió Valka recordando su otra angustia. —Y sales con que destruiste tu celular... ganas no me faltan también de darte una buena tunda por el susto que me diste.

Cómo entrenar a una patinadora (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora