Belleza obligatoria

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Polémico lo que se viene. En este capítulo cuestionamos, así que preparate para incomodarte.

Qué difícil es hablar de belleza. Sobre todo, de cirugías estéticas. A mucha gente le cuesta aceptar que son opresión.

[Los ejemplos que se mencionarán son de carácter general. Somos conscientes de que cada mujer tendrá una razón para recurrir a estos procedimientos, y no vamos a juzgarlas, criticarlas o burlarlas jamás. Sería hipócrita y no tendría sentido con todo lo que venimos hablando en el libro. Solo hablamos desde la generalidad y no de casos en individual].

Está la necesidad de aclararlo para que nunca nos desviemos del tema y recurramos a lo mismo que queremos evitar: criticar mujeres o ridiculizarlas.

¿Qué son las cirugías estéticas? Hombres moldeándonos como muñecas de silicona para satisfacer sus demandas sexuales. Volvernos maniquíes que complacen los estereotipos creados por empresas, o el porno.

[Crédito a @bellamentearg en Instagram]

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[Crédito a @bellamentearg en Instagram].

El número de cirugías de tetas es descomunal.

El 87,4 % de las cirugías estéticas son hechas a mujeres. ¿Nunca te pusiste a pensar esto? Es demasiado evidente, está tan a la vista de todo el mundo, pero todos se esfuerzan por normalizarlas. Las fuerzan y las muestran como algo simple, ligero y normal, cuando son todo lo contrario a eso. Casi siempre nacen del deseo de ser otra persona, y ese deseo es implantado.

Y no estamos juzgando ni señalando a las mujeres que se operaron, para nada. Nunca. No estamos hablando de ellas ni de sus decisiones individuales. Hablamos de lo colectivo, porque esto, las cirugías, son una actitud colectiva. No individual.

Hay que ser críticos con la industria estética que se nos vende. Hay que cuestionar el hecho de que los hombres no se operen y las mujeres sí. Esa diferencia es un hecho, y hay que cuestionarlo. Eso es lo que no quieren los cirujanos, que seamos críticos y cuestionemos. Porque, si lo pensáramos mucho y fuéramos críticos, casi nadie se operaría.

Solo se muestra el lado rosa de las cirugías. Muestran el antes y el después mágico, el lado feliz, el lado donde las mujeres se volvieron más lindas y todo el mundo contento. Nadie muestra a las mujeres llorando en el baño por la enorme insuficiencia que sienten con su cuerpo, nadie muestra a las mujeres pensando y repensando si hacerse o no la cirugía, comiéndose la cabeza, pensando en todos los riesgos que corre, pero lo hace porque ya no soporta vivir con la "fealdad" de su cuerpo. Nadie muestra las noches sin dormir por los nervios. Nadie muestra el contrato que esas mujeres tienen que firmar por todos los efectos adversos (y el hecho de que el hospital no se haga cargo de nada si le afecta la salud):

 Nadie muestra el contrato que esas mujeres tienen que firmar por todos los efectos adversos (y el hecho de que el hospital no se haga cargo de nada si le afecta la salud):

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Feminista hartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora