Y así fue como una estridente carcajada se hizo audible en la cafetería.
—¿De qué estás hablando Tiguai? —dijo entre risas Jaehyun, uno de sus mejores amigos a quien le encantaba molestarle con ese apodo.
El nombrado sólo se retuvo a rodar los ojos, les había mencionado sobre la carta en blanco que había recibido con total seriedad, pero ellos sólo estaban riéndose a tal ridícula historia.
—¡De verdad! —vociferó enfadado a lo poco comprensible que habían sido sus amigos. Pensó que hablando con ellos el asunto se podía resolver, pero sólo se estaba confundiendo más de lo que ya estaba.
Ellos juraban no saber nada, entonces ¿Quién pudo haberle hecho semejante broma?
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Con tres mesas de distancias se encontraba el grupito de Doyoung en donde los amigos entablaban una conversación sobre cómo estaban perdidamente enamorados de algún chico en la escuela.
—Y bueno, fue en ese momento en que lo supe —paró de hablar para juntar sus manos y colocar ojos de corazones —. Yukhei era el hombre perfecto para mí
Todos habían quedado enternecidos con la confesión de amor que había dado Jungwoo, menos Chittaphon que estaba mirando hacia algún punto en específico de la mesa, su atención estaba completamente ensimismada.
—¿Ten? —musitó uno de los chinos del grupo, Sicheng.
La suave voz de Sicheng le había sacado del mundo en el que se encontraba. Había quedado extrañado cuando le llamó por el seudónimo de "Ten", pero luego recordó que a sus amigos les dificultaba llamarle por su verdadero nombre "Chittaphon" por lo que se recurrió a que le llamaran por el apodo de "Ten".
—¿Ah? —respondió con indolencia Chittaphon.
—¡También está enamorado! —comentó el de cabellos verdes, Chenle.
—¿Quéééé? —abrió los ojos cual plato ante aquella suposición —Absolutamente no —contestó serio, manteniendo su compostura.
—¿No? —dijo entre un suspiro, Doyoung —Sabemos muy bien que estás loco por Lee Taeyong —lo último lo dijo en un susurro casi inaudible.
Movió su cabeza desesperadamente en forma de "no", sus mejillas estaban encendidas, y no podía dejar de jugar con sus dedos ahora que el nombre de su platónico había llegado a sus oídos.
—¿Lo ven? —dijo un entusiasmado Chenle al ver la reacción de su mayor.
—Ya cállate Jisung —le contestó el tailandés en un tono de burla junto a una sonrisa triunfante en su rostro, sabía que el menor tenía una debilidad por uno de los chicos de su salón: Park Jisung.
Ahora era el de cabellos verdes quien se estaba cohibiendo ante el resto, haciéndose bolita en su asiento. A lo que el resto sólo reía por lo adorable que se veía el joven del grupo.
