« undeviginti »

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Doyoung se quería matar —¿Cómo que te quieres confesar? —no le entendía, era difícil hacerlo.

—Eso, le diré que me gusta ¡Sin cartas, sin anónimos, sin nada a mi favor para ser capaz de ocultarme¡ —exclamó. Luego del encuentro con el mayor su ánimo ascendió sin permiso, provocando esta repentina determinación.

—Espera, espera ¿Por qué me dices todo esto sólo a mí? —preguntó enarcando el ceño. Estaban en una llamada, pero una de las características que toda gente tiene inculcada en ella es el hacer los gestos aún sin verse.

—Pues... ¿No estuviste en una relación con Yoonoh?

—¡Yah! ¡Basta! ¿Por qué me lo recuerdas?

—Debido a que aún te encanta, pero no lo quieres admitir.

Estas últimas palabras dichas hicieron que Ten escuchara la línea telefónica cortarse, estas repentinas acciones del conejo sólo le hacían pensar una y otra vez que lo que decía contenía cierta parte de la verdad. Él jamás le contó sobre ello, simplemente eran deducciones que sacaba a partir de sus acciones.

Sacó su teléfono mirando la hora, demasiado conveniente fue sacarlo y observar como un número se repetía cuatro veces. 11:11, era como la estrellita fugaz que se presentaba en situaciones difíciles de manejar. Chittaphon se avergonzaba con facilidad de todo, seguramente lloraría mientras se le confesaba, era capaz de hacerlo.

Temía no gustarle a Taeyong, temía al rechazo más que a cualquier cosa. Cuál sería su propósito en la vida si no era estar enamorado de Taeyong. Le asustaba este hecho, y no faltaba mucho para tener que enfrentarlo.

Desbloqueó su celular una vez más, pero esta vez para mandarle un mensaje a Taeyong: "¿Nos podemos ver mañana en la sala de artes antes del primer toque de campana?", esperaba no obtener una negación de su parte. Su determinación era de momento, no para otro día.

Y con esa última cosa hecha, colocó su teléfono en la mesita de noche para poder descansar hasta el otro día sin nervios que le acompañasen.

💌

La sala de artes estaba vacía, quería darse un disparo y morirse allí mismo. Taeyong no se había presentado a la "cita" y le provocaba ansiedad el no verle en el salón acordado. De seguro y ni se esforzó en leer el mensaje que mandó el anterior día, era la alternativa más confiable.

—Ten, ¡Lo siento! Tardé más de lo acordado —esa voz mágica recorrió todo su cuerpo e hizo que saliera de su crisis existencial.

—¡Me gustas Lee Taeyong! —gritó, no podía aguntar más, sus puños estaban siendo fuertemente apretados. Su corazón corría a una manera impresionante, al igual que su respirar. Lo único que podía mantener era su mirada, una total atención dirigada a su enamorado.

—Amh... Yo... Ten —murmuró con dificultad. Le había tomado por sorpresa. Se sentía un tonto, sabía muy bien que el bombeo de su corazón pertenecía completamente a T.T. Sin embargo, el tailandés también le gustaba, cosa rara. Su corazón latía por personas diferentes, ¿se podía ser más egoísta?, no quería rechazar a ninguna, no quería hacer sufrir a nadie. Analizó sus jugadas posibles, era imposible para él escapar, tampoco le diría que lo pensaría, para él aquella excusa era como decir: "déjame maquinar el rechazo más vil para quedar impregnado en tu corazón", tampoco podía sugerir que debía ir al baño, que importuna situación —. Lo siento, me gusta alguien más —palabras sueltas sin intención de hacerlo. Tapó su boca con una de sus manos debido a la vergüenza.

A Taeyong le gustaba el chico de las letras.

A Taeyong le gustaba el tailandés de nombre divertido.

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Terminé de editar esto tarde, perdón. Hasta me quedé dormida sksnsk.
P

D: Wattpad me cambió los guiones, razón del porqué lo resubí.

White Letter » ¡TaeTen!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora