« duo et viginti »

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–Es una broma ¿cierto? –preguntó sin creer en las palabras de su amigo.

El chino negó sintiéndose mal por el contrario –Pensé que lo sabía... Es decir, me tomó un pequeño tiempo descubrirlo pero luego se hizo muy notable, visible. Como si quisiera que lo descubriera ¿Sabe? –respondió. Le dio palmaditas a los hombros rígidos del mayor.

Taeyong se colocó a sí mismo el título de perdedor y distraído. ¿Cómo no lo notó? Raramente se centraba en su mundo y dejaba de mirar el exterior con mucha detención, pero en esta ocasión fue así. La falta de atención le hizo un total ignorante ante las situaciones de “revelación" que con constancia ocurrían. Ahora le encontraba demasiada la razón a las palabras del tailandés la última vez que se encontraron. Aquel “Vete si no te intereso, no juegues así conmigo", en su presente tomaban sentido en total plenidad. Ten, al parecer, daba por sentado de que él descubrió su identidad.

Suspiró derrotado, sus sentimientos danzaban con un carácter impredecible. Sintió pena y angustia por sus acciones, si hubiese indagado más acerca de su admirador secreto sabría de la identidad oculta. Un arrepentimiento chocó contra su pecho: ojalá y a los mundanos se les diera un segunda oportunidad para cambiar su propio destino. Hay veces en las que se piensa con mucha prisa, se cometen acciones que no se desean y luego uno se arrepiente por toda la vida, reflexionando en porqué no lo hizo de otra manera.

Miró a su amigo con un puchero formado en su cara –¿Ahora qué haré? ¡No querrá verme más! –sus manos envolvieron su cabeza. El estrés se le hacía más conocido como un amigo, su vida se basaba en el fracaso de sus acciones.

Yukhei tomó dos vasos con jugo de frutilla y le dio uno al mayor para calmar su sentir. No tenía idea de qué consejo podría darle exactamente para que dejara de sentirse miserable respecto a lo ocurrido entre ellos, pero tuvo total confianza en que resolverían este enredo de asuntos.

–Creo que deberías ir a aclarar ciertas cosas, hyung –musitó tomando de su jugo, Taeyong asintió y reflejó su acción.

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Alrededor de dos semanas transcurrieron de manera normal en sus vidas, excepto la de Taeyong quien sentía su pecho latente y determinado... Sería el más osado caballero al disculparse con el menor. Todo el tiempo en que no pasó junto a sus amigos lo hizo para planear el mejor método para disculparse. Su perdiese sus horas conversando normalmente con ellos, Ten observaría esta actitud y le haría sentirse peor.

Caminó por los pasillos de la escuela, buscando a la persona con la que deseaba cambiar el destino. La escuela constaba de muchas personas que llevaban el mismo color de cabello, cosa que hacía dificultar más sus asuntos, pero la singularidad con que sus ojos se atraían a una persona le hicieron correr hacia ella.

–Chittaphon –agarró fuertemente de su muñeca antes de que se marcharse sin dejarle hablar –, quédate y hablemos por favor.

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Hoy debiese subir otro capítulo, ññ.
sé que dije que lo iba a terminar, pero gg tiempo. xd

White Letter » ¡TaeTen!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora