Capítulo 16

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El baile de navidad fue una noche genial, llena de momentos divertidos y conversaciones plagadas de risas. Sin embargo, al terminar, muchos decidieron continuar la fiesta en otro lado. En el caso de Jin y JungKook: en el departamento del centro.

Fueron en la carroza de fantasía, abrazados y viendo las calles a través de la ventana con forma de corazón. Todo era mágico y muy bonito, casi sacado realmente de un cuento de hadas. Seok Jin amaba esa sensación de irrealismo fantasioso que podía vivir al lado de JungKook. Sentirse como en un mundo utópico, donde todo era perfecto y no importaba nada más que ellos dos.

Cuando llegaron Néstor se despidió de ellos y se fue con la carroza. Jin sacó la llave y subieron hasta el piso indicado mientras en el ascensor le enviaba un mensaje a su madre comunicándole que pasaría la noche con su alfa. Ella le respondió que no se olvidara del condón. No lo haría.

Al abrir la puerta encendió las luces, permitiendo ver un lujoso lugar con muebles caros y colores elegantes. Tomó al alfa para pasar por la sala y guiarlo hasta el inmenso cuarto con una cama grande donde podrían dormir hasta seis personas.

-Iré al baño, hay otro en el pasillo por si gustas pasar-comunicó el omega metiéndose al baño rápidamente.

Suspiró apoyado contra la puerta. Bien, podía haberse mostrado confiado en un principio, pero ahora estaba nervioso. ¡Tendría su primera vez con su alfa! Bien, bien, tenía que prepararse. Debía ducharse, limpiarse bien sus partes, lavarse los dientes (usar mucho enjuague bucal) y colocarse algo que sea sexy. Bien, más que su ropa interior no tenía y eso no era bueno. Piensa, Pinky, piensa.

¡Ya sabía! Se pondría su ropa interior y su camisa oscura, se vería medianamente sexy. Al menos dentro de lo que podía. Bueno, era mejor que nada.

Comenzó con la ducha, pasando jabón por cada parte de su cuerpo, no debía olvidarse de nada. Cada sector debía oler muy bien, él debía oler perfectamente a rosas (al menos ese era el olor del jabón). También había perfume del cual se pondría un poco, no quería incomodar a JungKook con olores excesivamente fuertes.

Luego de ducharse, secarse y vestirse como había planeado, se lavó los dientes. Los cepilló unas tres veces, casi volviendo su saliva en crema dental. No le gustaría que al besarlo JungKook sintiera algún gusto raro o feo (lo raro no siempre era malo).

Se miró al espejo dando varias vueltas por algunos minutos hasta darse cuenta de que estaba irresistible (vamos, ¿para qué mentir? Era obvio que se veía jodidamente bien).

Salió a la habitación, caminando descalzo hasta la cama donde se sentó esperando a JungKook. Okey, había demorado unos cuantos minutos ¿cuántos necesitaría su alfa? ¡A ese paso se dormiría sobre el mullido colchón!

-Jin- ¡Kook seguía con vida! Casi salta al escucharlo del otro lado de la puerta.

-¿Sí?

-¿Prometes que no te reirás de mí?-los planes de Seok Jin no incluían risas, sino gemidos.

-¿Por qué lo dices?

-Es que...solamente estoy en ropa interior-confesó avergonzado.

-¿Y? ¿Acaso tiene dibujos y por eso te avergüenzas?-preguntó curioso, no estaría mal, él tenía ropa interior de Mario y la lucía orgulloso.

-No pero...mi cuerpo...

-Ya deja los complejos y ven, quiero verte.

-Bien, pero conste que no me hago responsable de traumas ni vómitos.

Jin rodó los ojos y entonces JungKook abrió la puerta y apareció frente a él. Sonrió, el alfa no tenía el tipo de cuerpo que cualquier otro alfa tenía. No tenía el abdomen marcado, tampoco demasiada fibra muscular ni muslos muy marcados. No era un cuerpo sumamente llamativo...pero era el cuerpo de la persona de la cual estaba enamorado el omega y eso era lo único que le importaba.

La bella y el feo [KookJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora