Había pasado, desde aquel problema y la clase de educación física, una semana. En siete días, contando sábado y domingo, habían pasado muchas cosas. Está bien, no tantas, pero sí las suficientes como para que YoonGi, Seok Jin y TaeHyung formaran parte ahora del Grupo de los Raros. Aunque, claramente, con ellos tres nadie se metía. No solo porque contestaban a las provocaciones de las maneras más atroces, sino porque temían a lo que pudiera hacerles Kim Jennie, una alfa que siempre andaba con unos alfas gigantes que daban miedo. No, nadie iba a meterse con alguno de esos tres, respetaban lo suficiente sus vidas.
JungKook y Jin tenían una extraña relación de amistad, porque cada vez que el omega tenía una oportunidad se sentaba sobre el alfa o se acercaba demasiado a este. La desconfianza en todos seguía intacta hacia los tres nuevos (bien, solo hacia YoonGi y Jin), pero eso no prohibía que no pudieran estar juntos. Así que el omega aprovechaba esos momentos para hablar con él o bueno, mucho no hablaban, al menos no JungKook quien no sabía qué decir. Tal vez sí sabía, pero le avergonzaba decir algo mal y que su pareja destinada se burlara de su estupidez. Era tan difícil estar a su lado.
YoonGi y JiMin, por otro lado, habían tenido más de un encuentro de puros besos, pero nada más. Bien, hablaban bastante por mensajes aunque el tema de JiMin, de tener pene y no vagina, seguía ahí sin ser tocado. El omega realmente no sabía qué pensaba el alfa al respecto y le asustaba preguntar, así que mantenía lo de ellos en puros besos fogosos a escondidas y charlas a través del celular. Era mejor.
TaeHyung y HoSeok...bueno, ellos se llevaban muy bien. No se habían besado ni compartido nada de ese tipo, pero pasaban tiempo juntos y el alfa ayudaba al gama a practicar sus coreografías. Además de que fue a verlo a la presentación que había realizado. Fue agradable verlo feliz, con esa sonrisa hermosa que le gustaba y aplaudiendo emocionado cuando finalizó.
NamJoon por su parte se lamentaba todas las noches de que su vecino y pareja destinada fuera tan santo. Maldición, siempre que hablaban nombraba a Dios y se mostraba algo reacio y asqueado cuando salían por comentarios o cosas que veían el tema del sexo. No era como si él hablara de eso porque sí, simplemente salía el tema por casualidades vergonzosas (como la vez que Alexander lo visitó y justo en la televisión pasaban una escena así) o por cuestiones cotidianas (como cuando se encontraron en el parque cerca de su casa y vieron a una pareja besarse). Sí, con cada día que pasaba el alfa se preguntaba por qué de todos los betas le tuvo que tocar el que ponía a Dios en todas sus oraciones. ¡Por Dios que hasta una monja solía ser más atrevida que ese beta! Y él tan feliz que había estado al conocerlo.
...¡El Grupo de los Raros!...
Ese día, luego de clases, habían quedado de ir a casa de JiMin a hacer el trabajo que les habían encomendado. JungKook iba tranquilo del brazo de su amigo omega, aunque Seok Jin no se veía para nada contento. Le disgustaba verlo del brazo de otro omega que no fuera él, se suponía que era su pareja destinada. Pero sabía que lo asustaría, al menos ya había conseguido ser su amigo y hablar con él sin que quisiera alejarse cada dos segundos o se pusiera tenso (okey, seguía poniéndose tenso pero no tan tenso). Tenía que ser paciente, como esas madres con cuatro hijos berrinchudos a los cuales ignoraban con una paz superior a la del Dalái Lama. Sí, tenía que ser igual, no debía besar a la fuerza al alfa y arrojarlo a la cama para obligarlo a que lo marcara y le hiciera cachorros. No, para eso tenían tiempo. Tiempo y una boda que planear.
Al llegar, una mujer adorable de grandes mejillas y sonrisa dulce los recibió. La casa no era como la mansión de Seok Jin, era más pequeña, con menos habitaciones, pero cálida. Le gustó.
-Si desean puedo llevarles pastel y chocolate caliente.-ofreció ChaeYoung (si mal no recordaba su nombre).
-Después mami, ahora hay cosas que hacer, no te preocupes-la omega acarició la mejilla de su hijo, hija...hije.
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La bella y el feo [KookJin]
FanficEra imposible que el alfa feo de la escuela conquiste el corazón del omega más hermoso, eso era algo que JungKook tenía muy claro. Por eso no valía la pena siquiera que peleara por él. -¿Y si lucho y pierdo? -¿Y si luchas y ganas? A veces arriesgars...