Domingo
Gabriel tenía una ... ¿novia?, podría decirse, habían decidido hacia unas semanas tomarse un tiempo, sentían que la relación estaba desgastada y más por parte de Gabriel, siendo honesto consigo mismo, al principio le había parecido interesante, se llevaban bien, tenían muchas cosas en común, pero después de un tiempo esas cosas terminan siendo banales, cuestiones superficiales que al fin y al cabo te hacen dar cuenta que no es amor del que te mueve la estantería, del que te hace bien, el que te hace querer ser mejor y te recompone, que llevarse bien y quererse no es suficiente ...
No cortó la relación definitivamente porque sentía que eso era lo último que le faltaba para perder el control de todo, ya tenía treinta y pensó que si no había encontrado el amor a esa altura era porque quizás buscaba sentir algo que no existía, y que era mejor volver a intentar con quien se sentía cómodo.
Hasta esa madrugada de sábado, cuando entro a su consultorio un chico con una herida y le hizo replantearse un millón de cosas en las que nunca había pensado...
Se le ocurrió algo para ver de nuevo al chico, aunque quizás el plan que tenía en mente no era una buena idea, pero no sabía nada de Renato, ni siquiera si había una posibilidad de que le gustaran los chicos y entonces hizo algo de lo que después se arrepentiría -
Conversación de WhatsApp - domingo por la por la tarde.
Gabriel: Hola. ¿Estas?
Soledad: ¡hola bombón! ¿Todo bien?
Gabriel: bien, quería saber si podíamos ir a cenar mañana y hablar
Soledad: ¡Si dale, conozco un lugar en el centro que te va a encantar!
Gabriel: en realidad ya tenía pensado un lugar, si no te molesta
Soledad: apa eligiendo lugar que romántico, me copa, nos vemos ... pásame a buscar tipo 8
Gabriel: ok
La primera metida de pata de la semana, quizás le hizo pensar a la chica que era una cena de reconciliación cuando en realidad era una cena para ir a buscar al chico que lo había enloquecido...
Lunes
Gabriel paso a buscar a soledad por su departamento y fueron al restaurant, al famoso "Quattordio"-
El lugar era hermoso y emanaba una calidez que te hacia sonreír y te invitaba a recorrer sus rincones, desde afuera Gabriel observaba encandilado, ocupaba toda una esquina, la estructura se dividía en un cimiento de ladrillo típico, color rojizo en partes y blancuzco por otras, la mitad superior eran ventanales enormes con bordes de madera pintada negra que llegaban casi hasta el techo de donde colgaban unos toldos típicos color blanco y negro dándole un toque clásico y muy glamoroso al lugar, en la entrada, una puerta en forma de arcada gigante y a sus costados dos hermosos faroles de época, todo se iluminaba por una luz tenue color amarilla, que sutilmente simulaba la calidez del fuego de una vela, y por dentro era igual de hermoso con cuadros de pintores muy reconocidos, otros no tanto, en la pequeña recepción colgaba una foto en blanco y negro de la familia, y ahí lo vio a él en medio del cuadro mostrando sus hermosos hoyuelos a ambos lados de sus mejillas, no podía creer lo que estaba haciendo ahí...no tenía sentido.
Entraron, se sentaron en una mesa cerca de una ventana, pidieron uno de los platos típicos Bistecca alla fiorentina, el plato era un manjar, el trozo de carne se deshacía en la boca y los sabores del sazón era una mescla de picante con dulzura que no habían probado nunca, lo acompañaban con un trozo de focaccia, por cuenta de la casa por ser la primera vez que asistían, eso era parte de una nueva atención del restaurant... Mantenían registro de sus clientes para una mejor y personalizada atención...
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Anatomia de un chef
FanfictionRenato es un exitoso chef dueño de "Doolh" buffet y esta por tomar control de uno de los restaurants Quattordio, su unico mal no tiene exito en el amor, Gabriel es un medico que cree tener una carrera y relacion estable hasta que empieza a perder el...