Esencia

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1 año después ...

*llamada telefónica*

-Hola, Renato, ¿Qué pasa ahora?

-Ey, ¿porque la actitud?, es la primera vez que llamo

- ¡Porque tu marido ya me llamo dos veces!

-Bueno, técnicamente es mi novio todavía

-Como sea, dejen de llamarme, no los voy atender

-Pero, solo quiero saber si todo está bien

-Ya te dije, estamos finalizando todo, hasta tu mamá y tu suegra vinieron a ver que todo estuviera terminado, ya entiendo a quienes salieron intensos, porque tu padre solo revoleaba los ojos cada vez que esas mujeres acomodaban algo

-jajaj, perdón ¡juro que no llamo más!

-Okay, tu mamá quedo en buscar las llaves apenas terminemos, así que tranquilo. Pásenla hermoso.

-Gracias Paula, de verdad. Nos vemos

*fin de llamada*

Paula y su marido Martin supervisaban la casa por última vez, hace seis meses cuando Renato y Gabriel por fin pudieron comprar la casa, ya que sus dueños aun tenían problemas con los papeles por estar en el exterior, fueron contratados para remodelar la casa y que se acomodara a sus necesidades y gusto personal, sin dudas un trabajo que les daría un alto reconocimiento para su nueva empresa de remodelación y diseño.

*

-Hijo, permiso ¿Cómo estás?

-Hola viejo..., ansioso, no puedo creer que estoy a punto de casarme.

-Déjame que arreglo eso –dijo el papá de Renato acomodándole la corbata – quería darte algo –le entrega una cajita aterciopelada color verde esmeralda-

- ¿qué es?

-Es la medalla con el escudo originario del apellido Quattordio, esto se fue pasando de generación en generación y cuando mi tátara abuelo empezó con la cocina, se le paso siempre al hijo o hija que heredara de cierta manera el don de la cocina – a Renato se le hizo un nudo en la garganta.

-Gracias papá, esto significa mucho para mí, no solo la medalla, si no el que estés a mi lado en este momento.

-Hijo, no hemos tenido momentos fáciles, pero quiero que nunca dudes de que te amo y que estoy orgulloso de vos, del hombre en que te estas convirtiendo cada día.
Al principio me costó aceptar que te gustaran los chicos y quizás nunca lo entienda, pero lo respeto y sé que va más allá del género de la persona, esto se trata de amor. Cuando te veo sonreír al lado de Gabriel, sé, sin ninguna duda que sos feliz y él te mira de la misma manera. Eso es todo lo importante para mí. Tu felicidad y que te respeten como sé que él lo hace.

Momentos como estos ayudaban a sanar la relación de Renato con su padre, poco a poco sanando el dolor que le había causado su rechazo. Nunca lo podría olvidar, pero si perdonar y su padre estaba profundamente arrepentido, se lo había demostrado cada día con sus actos y palabras. Hasta el día de hoy le sorprendía a Renato la manera en que su familia recibió a Gabriel desde el primer momento, convirtiéndolo a lo largo de los últimos dos años en una parte infaltable de ellos, una pieza más del rompecabeza.

En la casa de los Quattordio, Renato, sus padres, Bruna y valentino compartían un brindis, el primero de los hermanos en comenzar una nueva familia, una vida nueva junto a la persona que ama, junto a la persona que lo ama con su ser, que deposito su corazón en sus manos.

Anatomia de un chefDonde viven las historias. Descúbrelo ahora