Capítulo uno: Chica dulce
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Ese aroma lo detuvo en seco, en medio de turbulento centro de Tokyo, perduro sobre cualquier otro olor.
Estaba oscureciendo más rápido que otros días. Tal vez el tiempo le estaba afectado a sus sentidos. O sin duda, ese aroma era demasiado fuerte.
Ni las tiendas departamentales llenas de perfumes caros, o los expendios de comida de los alrededores lograban disminuir ese olor que casi podía saborear.
Lo tenía distraído. Hace mucho, mucho tiempo que no se dejaba llevar fácilmente por sus instintos (él era muy disciplinado, tenía que serlo cuando convivía con humanos), pero estaba en exceso curioso de aquello que olía tan bien.
Miro su reloj. Solamente las 6:45 de la tarde, pero ya no se veía el rastro del sol.
El solo tenía trecientos años de vida. Si bien, para un humano eso era demasiado tiempo, para alguien de su especie, era apenas entrar en la edad adulta.
Un lobo. Se recordó, eso era él. Homo sapiens y licántropo. O como le decían sus primos en el continente americano, Were Wolf. Los dos.
Eso era su existencia.
Y en ese momento toda esa información, su conocimiento de cientos de años, le pareció altamente irrelevante, ya que el dulce aroma de las flores del campo le nubló los sentidos.
Sí, flores silvestres y brisa marina. Ya antes había advertido esos encantadores aromas, que tanto gustaba a las especies conectadas estrechamente con la naturaleza, como él; es solo que ahora simplemente no logró ignorarlos, o a quien portaba ese perfume.
Una mujer. Se dio cuenta, esa fragancia venia de una chica. Pero no una humana corriente, esta también era una lobo.
Una mestiza.
Pero era imposible que fuera cierto, los mestizos no vivían más de diez años.
Si él fuera una persona normal, y ese no era el caso, simplemente no tomaría en cuenta las señales que le daban sus sentidos, daría media vuelta y regresaría al trabajo. Ya iba un poco tarde.
Guardia nocturno, no era la gran cosa, pero pasaba bastante desapercibido. Justo como necesitaba.
Para su desgracia, sus sentidos aumentaban su curiosidad, estaba muy intrigado, y quería ver a esa pequeña niña híbrida.
Sasuke bien sabía que lo único humano en él era su fisonomía externa. Necesitaba saber cómo era ella, nunca antes se encontró con un híbrido, pensaba que eran un mito, y a fin de cuentas, su trabajo solo era un camuflaje, por lo que no era una prioridad en su vida. Mucho menos ahora que sus instintos lo compelían en su busca.
A encontrar a esa muchacha.
Camino pasando de largo las oficinas que cuidaba solo cinco días de la semana.
Entonces se detuvo abruptamente.
Miedo.
Eso fue lo siguiente que llegó al alcance de su olfato, sin embargo no podía ser por causa de su persona, la pequeña ni siquiera lo había visto (o él a ella), por alguna razón el solía causar ese efecto en los humanos, el miedo, pero esta vez no era así. Entonces al caminar un poco más entre la gente, lo golpeo el hedor de la transpiración a ebriedad, mezclada con narcóticos y... deseo.
Sin pensarlo caminó aún más aprisa (ya demasiado violento para su propio gusto), intentado al mismo tiempo no llamar la atención.
Era algo muy raro porque ninguno de su especie, ni siquiera sin ser un sangre pura, debía tener miedo entre humanos, ya que eran mucho más veloces y eso les aseguraba el escape. Al menos eso era lo que él suponía.
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Lobo (Terminada)
Werewolfla historia no es mía es una chica Golden Queen Galatea en Fanficion no voy a adaptarla solo quiero compartirla con ustedes. (Terminada) (Corrección de errores)