Enemigos

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Capítulo12: Enemigos

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Los hombres desconocidos les observaban, como esperando una señal para hacer el siguiente movimiento, y ellas estaba inmóviles, también a la espera, pero nerviosas y muy conscientes del daño que podían infringirles esto were enormes.

Hinata estaba llena de culpa, y Sakura podía palpar las emociones de la chica, chocando en su interior; además, sus propios sentimientos de incredulidad, y traición que la tenían inmóvil, airándola a cada paso.

¿Hinata los había traicionado?

El conocimiento fue una bofetada... la pregunta era ¿por qué?

Pero antes de seguir pensado, y dejando que sus conflictivas emociones la dominaran, el rubio volvió a quejarse entre sueños.

A pesar de las cosas que sospechaba de su amiga ahora, se imaginaba que todo lo malo que hubiera hecho, era a causa de las amenazas contra Naruto, y ahora lo tenían en sus manos, empeorando las cosas.

Naruto era, prácticamente, el compañero de Hinata.

-Sabía que tarde o temprano accederías a ayudarnos retoño - dijo con satisfacción el hombre que tenía a Naruto en su poder, era mayor, pero manaba poder letal. Por primera vez en todo el tiempo de conocer a Hinata ella emitió un bajo gruñido amenazante, pero tan bajo, que fue claro que trataba de contenerlo.

-¿Cómo no iba a ayudarlos, si casi mataban a Naruto? -pensó la pelirrosa con indignación, reparando en el deplorable estado de su amigo, en la sangre; Sasuke lo consideraba un hermano, y si llegaba a dar cuenta de aquello entraría en modo asesino (como ella le decía bromeando).

No era nada difícil saber que ese hombre con los mismos ojos de Hinata era el progenitor de la morena, y sin embargo eran tan diferentes; la tímida muchacha estaba llena de una calidez innata, de aceptación y de amor. Pero ese hombre, que observaba con repulsión a Sakura y a Naruto, e incluso a su propia sangre, estaba lleno de indignación, incomprensión, e ira.

-Déjalo padre, lo pro-prometiste -le rogó la joven con lágrimas en los ojos, pero apretando los dientes de impotencia, y la preocupación era evidente en su voz.

-¿lo prometí? -Preguntó en tono sarcástico, mirándola condenatoriamente el sujeto - ¿quieres que te entregue a esta basura mestiza? - Dijo zarandeando el cuerpo inerte con odio conenido, haciendo que su hija soltara un grito ahogado; la segunda pregunta estaba llena de rencor, y la decía mientras observaba al rubio inconsciente, con aborrecimiento y asco -¿cómo es mi propia sangre espera que acepte esto? -termino señalando a si hija y Naruto.

La misma Sakura se estremeció por los poderosos sentimientos que recargaban la habitación, y tan contradictorios que le marearon: la rabia, la repugnancia de Hiashi - seguramente por todo el amor que Hinata profesaba a Naruto (un mestizo) todo lo que el mayor odiaba... y no entendía - y el amor y la preocupación desbordada de Hinata, por la necesidad de proteger al amor de su vida a toda costa, de que su padre le quitara las manos de encima.

La propia naturaleza pacifica de la pequeña Hyuga, siendo perturbada por un salvajismo que nunca había utilizado antes.

Sakura tampoco deseaba que les pasara nada malo a sus nuevos amigo, sin embargo al mismo tiempo tenía que protegerse, porque si algo le sucedía podía perder al bebe, o podrían morir ambos, y Sasuke estaría destrozado.

Lo que menos quería Sakura era ver sufrir a su compañero.

Se oyó un crepitar en la radio que llevaban en sus caderas, y empezaron a moverse.

Lobo (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora