Lobo (Terminada)

Tiempo indefinido

Capítulo 3: Tiempo indefinido.

.

.

.

Lo que Sakura menos esperaba, es que el tal Sasuke fuera tan insolente.

¿Tocarlo?, claro que lo estaba tocando, tenía que asegurarse de que estaba bien... ¿verdad?

Quería contestarle algo mordaz, pero nada le vino a la cabeza, ya que estaba demasiado consiente de la posición en la que se encontraba acorralada entre un fuerte cuerpo y la pared. Los penetrantes ojos negros de él parecían gemas oscuras y la mantuvieron paralizada unos segundos, hasta que ella notó, que brillaban con pura diversión.

El muy imbécil se burlaba de ella. De su nerviosismo.

-Nunca más volveré a tocarte... -contestó Sakura como una niña, ofendida y rencorosamente, pero lo decía muy enserio, y enseguida retiro sus manos del rostro del pelinegro. Aun sentía la cara caliente de vergüenza y lucho por mantener una mirada irritada, en lugar de una expresión de tonta llena de ansiedad. Y es que, sí, se moría de nervios, sin embargo era algo diferente al miedo, el fuerte sonido de su corazón estaba a punto de sacarla de quicio. Pero él no se alejó de ella, estaba tan cerca que su aliento golpeaba su rostro y sus narices casi se rozaban- ya no te estoy tocando, ahora es tu turno de regresarme mi espacio personal - pidió con un tono tajante que la impresiono a ella misma, pues sentía todo tipo de cosas antes desconocidas, seguridad no era una de ellas mientras trataba de empujarlo lejos de su pequeño cuerpo; sin ningún éxito por cierto.

Si no estaba alucinando le pareció que él se acercaba más a ella, aunque apenas fue perceptible.

-No dije que dejaras de tocarme - expresó él muy cerca de su rostro y lentamente se acercó hasta el oído de la joven, entonces le hablo muy quedamente - solo decía que si tú me tocas, no me queda más remedio que tocarte también, para estar en las mismas condiciones... es lo justo- sin saber que más hacer, ya que algo así nunca le había pasado, volteó su rostro en dirección opuesta a Sasuke y mordió su labio para no gemir de frustración.

Estaba consiente que atacarlo sería una tremenda tontería, no solo se veía demasiado fuerte e intimidante. Ella lo vio en acción, como levantaba a un hombre grande con una sola mano, el cuerpo de Sakura no sería nada para él. Pero si se veía en la necesidad y tenía la oportunidad de defenderse, entonces iría por todo.

No importaba que tan apuesto era el hombre.

.

.

.

-Nunca más volveré a tocarte...-oyó la molestia en la voz femenina casi aniñada.

No podía dejar de mirarla, y su aroma era mejor de lo que recordaba. Su cabello era suave, y al parecer el color... era natural. Su piel pálida y su figura menuda, la hacía ver delicada, pero su mirada verde, chispeante de enojo, contrastaba tanto con su aparente fragilidad, que le hacía sentirse más que atraído por ella, era interesante y valiente; y hermosa de una manera única. Todos los seres humanos y la mayoría de su propia especia le temían a causa de las fuerza y habilidad que poseía, detectaban naturalmente el gran poder y a veces el aura hostil que portaba, todos trataban de alejarse de él, sin embargo aunque la pelirrosa estaba acorralada, reaccionaba en contra de todo lo acostumbrado, deferente de lo que él esperaba; impresionaba que alguien sin su fuerza física y (aparentemente) nulos dones sobrenaturales, se atreviera a verlo con desafío.

Casi estaba olvidando que debía deshacerse de ella. Casi...

-ya no te estoy tocando, ahora es tu turno de regresarme mi espacio personal-dijo ella sin apartar la vista, pero él solo atino a acercarse más, solo por saber hasta dónde llegaba el atrevimiento de esta muchacha.