La Villa de Mary

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Albert y Candy amanecieron juntos, después de la entrega total entre ellos
El amor crecía  más y más.

-Buenos días mi bella princesa, ¿cómo pasaste la noche?
-Buen día buenmozo, que hermosos ojos tienes al despertar, son  un azul claro.
Dormí como hace meses no lo hacía, y el verte así  tan cerca de mí con  esa tierna y bella mirada que siento perderme en ella.
-Candy, te amo... no te dejaré sola te cuidaré sobre mi propia vida.

Al escuchar aquellas palabras de amor, Candy se aferraba a los brazos del hombre a quien se había entregado en cuerpo y alma.

Mientras tanto en New York.

Frank estaba desbastado por no tener noticias de Candy, su madre había terminado su relación con el gobernador del estado por lo que ya no tenía quien le ayudará.
Cada día se hundía más en el alcohol  desesperado por saber que había pasado con ella.
-¿Candy dónde estás? Me arrepiento del daño que he hecho, si tan solo pudiera retroceder esa noche y comenzar de nuevo, te cuidaría, te agradecería por tus cuidados y detalles al recibirme con una sorpresa, fui un estúpido te creía en mis manos, me sentía invencible que no medí las  consecuencias de mis actos- decía Frank con lágrimas en sus ojos,  él amaba a Candy a su manera pero creyó que era amor.

-Espero algún día volver a verte y pedirte perdón por todo el daño que te hice, te deseo lo mejor, te mereces un hombre que te amé y respete  sin condiciones, sin problemas.

Al  momento que Frank se decía esas palabras así mismo, Susana lo escuchó.
Se llenó de ira, de celos.

-Todavía sigue pensando en ella después de todos estos meses...ha quedado sin empleo, su carrera destrozada y sigue pensando en ella.

La culpabilidad de haber tenido en sus manos la felicidad con una mujer que solo le dio amor, no lo dejaba tranquilo.

Lakewood.

Eran las 10: 00 am.
Candy y Albert seguían amándose, hasta que tocaron su puerta.
Albert se levantó de la cama y se dirigió a abrirla.

-señor William, la señora Elroy está preocupada por usted.
Solamente me ha enviado para saber si todo está bien con ustedes.
-George que pena, debí por lo menos regresar y avisar, aunque no soy un adolescente.
Lo olvide  de la emoción... John probablemente esperaba por mí.
-el niño John está en el auto esperando por usted Joven.

Al escuchar que John estaba en el auto, Candy se levantó, colocó su vestido y se dirigió hacia él.
-John mi tesoro, ven aquí conmigo pequeño.
John emocionado salió del auto y abrazo a Candy.
-Anny, ¿ahora serás mi mamá ? Preguntó John con una sonrisa.

Candy con un poco de vergüenza por George, sus mejillas se tornaron color  escarlata.
Albert sonrió y cargó a su sobrino, pidiéndole que tuviera un poco más de paciencia.

-¿señor William podemos hablar un momento en privado? Preguntó George.
Candy tomo al pequeño John de la mano y caminaron un poco alejados de Albert y George para darles un poco de privacidad.

- Joven ya tengo el resultado de la investigación de la señorita Anny.
-creo saberlo todo George, su nombre es Candice no Anny.
También conocí a su madre, es la amiga la que hemos visto algunas veces que la acompaña.
_¿su Madre?
me tomé el atrevimiento de leer las primeras hojas de la investigación.
Efectivamente la señorita se crió en un orfanato, el hogar de Pony, lugar que ahora está a cargo de la verdadera Anny.
El hogar tiene mucha necesidad es pequeño. Los niños duermen en literas de maderas.
Algunas veces no tienen como pagar los gastos médicos
- Haremos algo con esa situación para ayudar.
¿y que del actor?
-No la está pasando nada bien, tiene una relación con su ex compañera de teatro, desde que era novio de la señorita Candy.
El joven es Ingles, fue concebido en un romance con la actriz Eleonor Monrroy .
-Al parecer ha tenido una infancia complicada, aunque eso no justifica golpear a una mujer.
Candy me ha dicho que no podría ir a las autoridades a denunciarlo porque está protegido por el gobernador de New york.
Quiero hablar con Franklin sobre este atropello y abuso de poder.
-¿con el Señor Roosvelt?  No lo creo necesario, alguien más se ha  encargado de poner en su lugar al gobernador de New York.
-Seguramente la madre de Candy.
- ¿Su madre?
-Si George, la madre de Candy es una mujer muy importante con mucho dinero.
Desafortunadamente está enferma,  No sabe cuánto le queda de vida.

Candy y John se acercaron a ellos.
-Albert se nos hace un poco tarde para ir con Mary, me tomaré un baño y me arreglaré.
-Si mi hermosa, iré contigo.
-puedo ir con ustedes dijo el pequeño John
-John esta vez no podrás acompañarnos, iremos a platicar cosas de adultos .- dijo Albert mientras daba un beso a su sobrino.
John te preguntaré algo, de hombre a hombre.
¿Quieres que Anny sea tu mamá ?
-SI- respondió el pequeño con alegría.
-entonces necesito un tiempo con ella a solas.
Pero te prometo que compartiremos tiempo juntos  el día de mañana.

John comprendió las palabras  dé su tío, por lo que regreso al auto feliz con la idea que Candy muy pronto seria su madre.

Albert dio  instrucciones a George y pidió de favor que tuviera listo el velero para su viaje con Candy a la cabaña de  su propiedad en Lakewood.
Albert regresó a casa del faro para vestir adecuadamente, ya se había hecho tarde por lo que ya no seria desayuno con la madre de Candy mas bien seria almuerzo.
al regresar a la casita del bosque, Candy lo esperaba con un bonito vestido color azul claro con rayas azules.
Albert había cortado unas rosas del jardín de John para llevárselas a Candy.
Al llegar a la casa del bosque admiraba a su hermosa chica, envelado con su belleza le dió las rosas frescas que hizo que Candy derramara unas pocas lágrimas.
Albert no hizo preguntas, solo le aseguró que desde ese día tendría una rosa cada mañana junto a ella.
Al llegar a casa de Mary, el guardaespaldas los esperaba a las afueras de la pequeña cabaña.

-Buenas tardes señorita Anny, señor Ardlay, la señora los espera.
Al cruzar la pequeña casa, entre los árboles se observa un portal con una enorme arboleda.
-Por favor pasen por aquí - decía el hombre mientras los conducía a una enorme mansión.
- ¿Tu sabias de esta enorme casa?- preguntó Candy.
-No. Anoche estaba oscuro  no había luna,  por lo que no puede observar este lugar detrás de la cabaña.
Pero yo conozco todo Lakewood, esta propiedad estaba en venta hace unos días.
El dueño me dijo que tenía otra oferta cuando estaba por comprar  la casa del faro.

_ ¡Bienvenidos! - dijo una hermosa Dama.

Continuará.

Perdida en tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora