Perdida en tu mirada, capítulo 21
Muñeco de nieve.Después de una larga conversación con la tía Elroy, Albert, Candy y el pequeño John se pusieron en camino rumbo a Chicago.
La tía Elroy no quería viajar por las malas condiciones del tiempo, pero Candy debía estar presente en la primera función del teatro del lago.
Se pondrían de camino no sin antes despedirse de la mujer que le ayudo incondicionalmente, Laurence.
Albert estacionó el auto frente al Gran Merlin.
_ ¡Laurance!— musitó Candy con lágrimas en su rostro de alegría.
_ ¡Annie!... respondió la mujer emocionada de ver a Candy.
_ Me di cuenta por la ama de llaves de la señora Elroy que no vendrías por unos días. ¿ esta todo bien?_ Preguntó Lauren aquellas palabras con voz nerviosa. En los pocos meses que Candy había trabajado con ella se había ganado su cariño.
_ Es una lástima que te haya perdido como mi mejor empleada e inquilina. _ tomando las manos de Candy, Laurence se dio cuenta de la enorme roca brillante que Candy tenía en su mano.
_ No me iré lejos. _ respondió la rubia. _ Pronto estaré de regreso por estas tierras.
_ ¿Te has comprometido con el señor Ardlay? ¡Eso sí que es una gran alegría! _ Si, nos comprometimos anoche. _ sonreía Candy al recordar el momento que le propuso matrimonio.
_ Tengo muchas cosas que contarte, pero en este momento vamos de camino a Chicago con Albert, la tía Elroy y John. Solo queríamos entregarte esto.
_ Candy le entregó un sobre tamaño carta.
_ ¡Estas son las escrituras del Restaurante! ¿Porque las tienes tú?
_ Preguntó avergonzada. Antes que su hija falleciera, Laurence se vio en la necesidad de pedir un préstamo al banco Ardlay por las escrituras del restaurante como respaldo. Los gastos médicos eran costosos por la enfermedad de su hija.
_ Por favor acéptalas, Albert me las entrego para devolvértela. No quiero que te sientas ofendida, ni pienses que es por lástima, es una muestra de agradecimiento de nuestra parte, por todo lo que has hecho por mí. _ Unas lágrimas comenzaron a brotar del rostro de Candy y Laurence.
_ ¡Sabes que eres como una hija para mí!... Fuiste mi ángel, esa noche estuve a punto de tirarme del tren cuando sentí tu presencia. _ Candy abrió los ojos de par en par, nunca se habría imaginado que no solo Laurence la salvó a ella si no también ella a Laurence, Se abrazaron con mucho cariño... Candy necesitaba un abrazo de la mujer que fue usada por Dios para encontrar su felicidad, a William Albert Ardlay y el pequeño John Brown.
La nieve comenzó a caer más fuerte.
_ Laurence, nos veremos pronto, la villa Montgomery ahora me pertenece. _ Lauren la observo extrañada, esa parte de la historia aún no lo sabía.
_ La persona quien compró esa propiedad hace unos meses, era mi madre y ahora que se ha ido, hare de esa villa el hogar de Pony.
_ ¿Tu madre?_ preguntó la mujer.
_ Si, es una larga historia que luego te contaré, Ahora debemos irnos, vamos para la mansión de Chicago. Las condiciones del tiempo no son buenas y la tía Elroy esta muy nerviosa. _ sonrió Candy tiernamente volteando su cuello observando el automóvil.
_ ¡No te detendré más!.. vamos, te acompaño hasta el auto. Y gracias nuevamente Annie. — Decía la mujer caminando junto a Candy hasta el automóvil que la esperaba.
_ Mi verdadero nombre es Candice, después te contaré todo. _ La mujer asintió, saludando con una reverencia a Albert y la señora Elroy.
Albert salió del auto, abrió la puerta del pasajero para que su amada prometida tomara asiento.
_ ¡Señor William! _ dijo la mujer sonriéndole. — Es usted todo un caballero y ser humano, Candice ha sido bendecida con su amor.
_ ¡Soy yo quien ha sido bendecido con el amor de Candy!... _ respondió él besando la mano de su amada.
_ ¡Vamos tesoro! _Dijo Albert
_ Adiós Lauren, nos veremos pronto. _Dijo Candy.
El automóvil se puso en marcha. Con las calles con nieve y resbalosas, les tomaría más tiempo en llegar a su destino.Teatro del lago.
Susana y Frank estaban en el teatro finalizando los últimos detalles antes de la presentación en vivo. Las luces, cortinas, escenografía todo tiene que estar a la perfección.
Howard hizo un llamado urgente a todos los actores y encargados de la presentación del Rey Lear
_ ¿Y ahora cual es la urgencia?_ preguntaba Susana colocando su abrigo de piel color gris.
_ Parece que ha sucedido algo realmente lamentable con la señora Montgomery. _ respondió uno de los altos encargados del teatro.
Cuando entraron al despacho del presidente y encargado del teatro, Mason y Sara estaban sentados esperando por el elenco de Strafford.
Al estar todos reunidos, Howard se puso de pie y se dirigió hacia todos, dándoles la triste noticia que la señora Mary Montgomery, benefactora y organizadora del evento había perdido su lucha contra el cancer.
Sara observaba de pies a cabeza a Susana y Frank quienes se preocuparon al escuchar la noticia.
_ Lamento mucho la muerte de la señora Montgomery. Mi madre siempre sintió admiración por ella. _ dijo Susana.
_ Todos lamentamos su muerte. _ pronuncio Howard.
_ ¿Y ahora quien nos pagará? _ preguntó Frank directamente.
_ Ustedes no deben preocuparse por eso. _ dijo Sara poniéndose de pie observándole con ira. Al ver la actitud de Sara, Mason se puso de pie para irrumpir la conversación. Sara estaría a punto de echar a perderlo todo si él no lo hacía.
_ Todo ha pasado a manos de la heredera, la hija de la señora Montgomery, ella se hará cargo de sus honorarios, así como de seguir con la fundación y presentaciones de la primera función y el resto de la temporada.
Aunque el evento es para recaudar fondos para niños huérfanos, sabemos perfectamente que sus honorarios no son caritativos, así que la multimillonaria heredera les pagará y hasta los gratificará con una generosa cantidad extra, para Howard para todo el elenco.
Todo seguirá el mismo protocolo. _ terminó Masón dirigiendo hacia Frank y dándole una mirada irónica.
_ Pues eso me parece maravilloso. _ respondió Frank con brillo de satisfacción en sus ojos.
_ Hace unos meses tuve el honor de conocer en persona a tan distinguida señorita, es todo una dama. _ dijo Susana observando sus compañeros muy orgullosa y altanera.
_ ¿Oh sí?... _ Preguntó Sara. _ Sabía que se estaba refiriendo a Samantha y no a la verdadera heredera Montgomery, Candice Dustin.
" Ni en tus peores pesadillas se te puede ocurrir imaginar quien es la heredera Montgomery"
"¡Ha!... Los dos se llevarán la sorpresa de sus vidas" - Pensó Sara.En la carretera un pequeñito rubio de ojos azules admiraba la caída de la nieve por la ventana, tomado de la mano de Candy, Albert observa al pequeño por el retrovisor del auto su bella sonrisa.
_ ¿Candy,cuando lleguemos a Chicago podremos hacer un muñeco de nieve?_ preguntó el pequeño acariciando los rizos dorados de la hermosa rubia.
_ Por supuesto mi amor, todo lo que tú quieras, le pondremos una bufanda roja y una nariz de zanahoria.
_ ¿Zanahoria? Ja ja ja ja... que mono se verá. _ carcajeaba John haciendo que todos sonrieran con él.
_ ¡Serás una madre muy consentidora Candy!... _ musitó la señora Elroy quien derramaba lágrimas de felicidad al ver al pequeño John y su amado sobrino William feliz.
— Podría irme ahora mismo de este mundo si Dios así lo quiere. Dejo lo que más amo en esta vida en tus manos mi bella Candy.
_ ¡Pero que dice tía Elroy!... nos quedan muchas cosas por vivir. Todavía tiene que conocer a los hijos de su sobrino.
_ ¡Oh!... ¿vendrá la cigüeña a visitarte Candy? — Preguntaba John colocando sus manitos tapándose la boca.
_ ¡Pero que dices mi pequeño casanova!... aún no. Pero quizás muy pronto lo haga. _ A Albert se le ilumino la mirada que no pudo aguantar la emoción, poniendo las luces intermitentes se estacionó al lado de la carretera estatal.
_ ¿Pero porque te estacionas? _ preguntó Candy sonriendo a carcajadas.
_ ¡Dime mi amor! ¿Estas embarazada? ¿Tendremos una niña? _ Preguntaba mientras tomaba las manos de Candy.
_ ¡Pero como!... ¿ustedes se comieron el pastel antes de la boda?_ preguntó la tía Elroy asustada por la irresponsabilidad de Albert.
_ ¿Cuál pastel? ¡Era de chocolate y no me compartieron un pedacito! _ John cruzo los brazos porque su tío y Candy no le dieron del pastel que había mencionado la tía Elroy.
_ ¡Albert!... ¿te das cuenta todo lo que has creado? Ja ja ja ja, mi pequeño te hornearé la torta más grande y deliciosa que jamás hayas probado. Y a ti mi amado, ¿cómo se te ocurre que podríamos estar esperando? Sería muy pronto para saberlo.
_ ¡Tienes razón!... Susurró Albert besándole los nudillos de la mano. _ Fue la felicidad que me cegó y me hizo ver como un idiota.
_ Yo diría un hombre enamorado._ respondió la señora Elroy.Continuará.
¡Chicas!
Gracias por sus comentarios...
Aquí les dejo este capítulo, espero les guste y sonrían con las ocurrencias de John, como todo un niño de su edad.
Bendiciones.
Sakura.
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Perdida en tu mirada
RomanceAlbert y Candy Fic, Romance y Drama. Los personajes no me pertenecen, son de su creadora Keiko Nagita e Yumiko Igarashi. Candy es una joven de 23 años quien tiene una relación con el actor Frank Lee. Un hombre posesivo y celoso. El joven actor tie...