Capítulo 18. Vispera de una fuerte nevada.

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Perdida en tu mirada
Capítulo 18. Víspera de una fuerte nevada.

Candy estaba perdida en sus pensamientos, observando la hermosa rosa blanca el recuerdo de John se apodero de sus pensamientos.
"John mi pequeño, ¿porque tengo esta fuerte corazonada?"
<<Han pasado cinco días desde que dejamos la casa del faro, pero siento que ha pasado mucho tiempo.
Albert nunca se había alejado de su sobrino... y todo ha sido por mí>>
Candy comenzaba a sentir culpabilidad por John, sabía que Albert desde la muerte de Rosemary, nunca se había separado de su amado sobrino.
Se puso de pie y camino hasta el mueble donde se encontraba la vasija de Mary y la rosa.

_ Madre, yo hubiese deseado pasar más tiempo contigo, pero no nos fue posible. Sé que te prometí llevarte junto al amor de tu vida, mi padre, en Alemania. Pero no puedo separar por mucho tiempo al hombre que amo de mi pequeño John.
Candy se acercó a la cama y acariciando el delicado rostro de Albert, le dijo que esperaría para  el viaje a Alemania.

_ Albert, no puedo estar más sin el niño... mi corazón me aprieta y tengo un mal  presentimiento. -Albert despertó poco a poco tratando de procesar lo que Candy le intentaba decir.
_ ¿A qué te refieres?
_ Creo que debemos posponer nuestro viaje, e ir por John y la tía Elroy. Aunque deseo con todo mi corazón cumplir el último deseo de mi madre, también quiero tenerla un poco más de tiempo junto a mí, aunque solo sea sus cenizas.
También debo  pensar en mi hermana Anny.- Albert la escuchaba cuidadosamente.
- Ha pasado mucho tiempo, y no le he hecho saber dónde ni como  estoy. Ahora puedo ayudarlos, estarán pasando hambre,  muchas necesidades y yo... - dijo ella colocando sus manos en su rostro.
_ Mi amor, ven aquí- dijo él tomándola entre sus brazos.
_ Por eso te amo Candy, porque antes de ti, pones a los demás primero.
Mírame mi amor. - ella alzo su rostro. - Haremos lo que tú digas.
Enviaré a George  por John y la tía Elroy  a la casa del faro. Tú y yo iremos por los niños y tu hermana a New York.
- Candy felizmente abrazo a Albert, no podía aguantar más el deseo de estar junto a sus niños del hogar, junto a Anny quien había sido su hermana de crianza, su paño de lágrimas.

Habían pasado unas horas. Sara en la sala de la mansión caminaba de un lado a otro esperando a que Albert bajara de su habitación para hablar con él. Mason por su parte ya había dicho todo a George con respecto a Sam.
George no se sorprendió para nada al escuchar todo lo que Mason decía de Samantha, él sabía que todo lo que estaba sucediendo, tenía una explicación, Los esfuerzos por proteger a Candy de los medios, se debía a  alguien cercano a la familia, quien estaría informándoles.
¿Pero porque la prensa accionaba rápidamente a este tipo de malos comentarios hacia Candy y sus padres?- había preguntado George,  la respuesta de Mason fue directa. Hacia unos años el padre de Mary demando al periódico por difamación y falsa información acerca de la desviación de  fondos recaudados  para la fundación de niños huérfanos, que Mary había comenzado a crear. En esos días, el padre de Mary aturdido por el dolor y la culpabilidad de ver a su hija envuelta en todo lo que tuviera que ver con niños sin padres, lo habían conmovido y enfurecido al leer en las notas de sociales que la Millonaria Mary Montgomery estaba robando el dinero de todas las presentaciones del teatro para su propio beneficio.
La lucha en las cortes del estado de la gran ciudad de los vientos, había tardado unos pocos meses para  demostrar la inocencia de Mary.
Después de haber demostrado su inocencia y la labor ardua y donaciones  para la fundación, Mary se había ganado el respeto de los ciudadanos, así como del senador y gobernador del estado.
El director del periódico se vio obligado a renunciar a la presidencia y cayendo en un terrible estado emocional al punto de quitarse la vida.
Sus hijos y esposa, habían quedado en la calle, dejándoles crecer con un profundo rencor hacia la familia Montgomery.
Samantha se había asociado y relacionado íntimamente con unos de los periodistas, hijo del ex presidente del Gran tribunal de Chicago.
Eso explicaba todo, porque y quienes querían cobrar venganza con la última Montgomery, Candice Dustin.


                                      Hotel Astoria.

En la habitación unos tortolitos se comían a besos y pasión.
Después de terminar los ensayos y prepararse para el gran debut del Rey Liar.  Frank y Susana celebran felizmente en su habitación comiéndose a besos.
Susana volvía loco a Frank en la intimidad. Ella sabía cómo  hacerlo sentir como un verdadero hombre. De igual forma él complacía a su mujer,  haciéndole estremecer entre sus brazos.
_ ¡Oh Frank!  Si... así mi amor... quiero más y más de ti. - Decía  Susana gimiendo de placer.
_ Soy tuyo, todo tuyo. - afirmaba él introduciendo su miembro masculino.

Pasadas las horas, las noticias de la fuerte nevada que se avecina estaba en todos los noticieros de la ciudad.

- Frank, estoy muy feliz... este fin de semana será la presentación en el teatro.
Confió que muy pronto tendrás tu papel protagónico. _  ¿de verdad lo crees así?- dijo él acercándola y abrazándole. - Estoy segura más que segura- dijo ella sonriendo.
- Veamos las noticias, mientras desayunamos ¡vale! _ Claro mi amor- respondió ella colocando la charola con el desayuno en sus piernas.
Al encender la televisión, lo primero que se mostró fueron las noticias de último minuto, anunciando la fuerte nevada.

                                           En la mansión.

Candy y Albert bajaban de la habitación tomados de la mano, sonriendo por la broma que Albert había dicho a su amada.
La felicidad era tan evidente que Candy sentía culpabilidad por sonreír a solo unos días de la muerte de su madre.
Candy recordó las palabras de Mary:
"Hija, la vida sigue y debes ser feliz  al lado del hombre que te ama, quien te protege y te pondrá a ti antes que nada. Yo cuidaré de ti desde el cielo"

Candy honraría la memoria de su madre, viviendo con quien ella ha encontrado su felicidad, con Albert.
- ¡Buenas tardes! -dijo el patriarca de la familia, tomando la mano de Candy. - Mi amada y yo tenemos algo que anunciarles. - todos pusieron los ojos en la pareja de rubios.
Hemos conversado y decidido que pospondremos nuestro viaje al otro continente.
Candy se quedara un tiempo en la mansión, mientras yo termino y cierro uno de los negocios que está a punto de cerrarse. - Sara sorprendida por la noticia, trato de irrumpir pero Mason le tomó la mano para detenerla.
- Te dije que es lo mejor Sara, deja que la señorita se quede,  y no hagas las cosas más grandes, Además, el señor George lo sabe todo. - ¿cómo te atreviste? Yo iba a hablar con el joven William. - se decían Sara y Mason.
Mientras Albert continuaba dando instrucciones Candy tomaba  del brazo de su hombre. Eran  pocas las personas que sabían que ellos ya habían estado íntimamente.
- George,  tu saldrás mañana para la casa del faro por John y la tía Elroy, Candy y yo viajaremos a New York e iremos por Anny y los niños del hogar. - ¿Porque tanta prisa de viajar al hogar de Pony mañana mismo? -cuestionó Sara.
- Sara, mi hermana y mis niños están pasando muchas necesidades. Yo no puedo continuar viviendo en esta vida de lujos y comodidades sin pensar en lo que ellos estén pasando. Se acerca el invierno y mis niños no tienen ni buenas sabanas que los mantengan calientes del frio. - Candy, pero su madre llevo todo lo necesario para los niños cuando fuimos en su búsqueda. Además,  el hogar recibe una suma considerable cada mes para el hogar. -¿hablas enserio Sara? - Por supuesto señorita Candy- respondió Mason. - Yo personalmente hice la entrega, y también me aseguro que su hermana retire el dinero de la cuenta  cada mes. Fueron ordenes de su madre desde el primer día que visitamos el hogar de Pony.
Candy coloco sus manos en su rostro y lloraba como una niña de felicidad. Su madre se había encargado de todo desde hacía mucho y ella no  tuvo tiempo de agradecerle.
Al ver tal escena el personal de servicio se retiró después de servir el almuerzo para darle privacidad a la familia.
_ Lo que no me parece y disculpe que se lo diga joven Ardlay, es que la señorita se quede a vivir aquí, en la mansión con usted a solas.
_ No estaremos solos Sara. Pero si eso le preocupa yo me puedo quedar en el hotel. Candy puede quedarse aquí con la tía Elroy y John. Por la seguridad de Candy. - Sara bajo su rostro y el tono de voz, aunque todo lo que ella desea es el bienestar de Candy, sabía que ya no podría confiar en Samantha.
- Joven William, no es recomendable que viajen a New York, una fuerte nevada se aproxima,  sería muy peligroso. - dijo George quien se encontraba aun de pie escuchando la conversación.
_ Es verdad- dijo Sara. _ Señorita Candy, no hemos tenido tiempo de hablar de la fundación de su madre, pero el teatro del lago hará su primer función para la recaudación de fondos que su madre patrocina y del cual es la presidente, Sin ella, usted es la representante en su nombre. - Espera Sara, -dijo Albert. _ ¿Te refieres a la presentación del Rey Liar? _ Si señor...  - Y la compañía Strafford está  a cargo de la función ¿cierto? - preguntó Candy.
_ Así es señorita Candy, y usted deberá representar a su madre como ya lo había dicho antes. - Albert halo una de las sillas y pidió a Candy que se sentara a su lado, en el comedor.
Así  mismo pidió a todos tomar sus lugares para disfrutar del delicioso almuerzo que la señora Key había preparado especialmente para ellos.
La expresión de Albert lo decía todo, había llegado el momento del encuentro.

Continuara.
Lamento mucho haber tardado en actualizar. Me tome unas vacaciones y regrese con la mente tan relajada, que no podía pensar para crear un nuevo Capítulo.
Se les quiere chicas, gracias por todos sus comentarios.
Dios les bendiga.

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