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La madre de Yuzu, naturalmente, se mostró enseguida encantada con Yūya. La reacción de su padre fue más precavida, cuando menos al principio. Sin embargo, durante la cena en el Duck Soup encontraron un tema de interés común cuando Yūya preguntó sobre la sonda espacial robótica que el padre de Yuzu había ayudado a diseñar. Comprendiendo la generosa dosis de interés que afloraba bajo la superficie de Yūya, el habitualmente reservado padre de Yuzu se puso a hablar como una cotorra.

—... de modo que lo que esperábamos —decía Shuzo — era que los cometas constarían de una combinación de partículas presolares y hielo que se había formado en el límite del sistema solar al cero absoluto —hizo una pausa—. Por si no estás familiarizado con este término, el cero absoluto es...

—El punto nulo de toda escala de temperatura termodinámica —dijo Yūya.

—Eso es —el padre de Yuzu prácticamente le sonrió —. Contrariamente a nuestras suposiciones, la mayor parte de la materia rocosa del cometa se había formado dentro del sistema solar a temperaturas elevadísimas. De manera que los cometas se forman en condiciones de calor extremo y hielo.

—Fascinante —comentó Yūya, y era evidente que lo decía de corazón.

Mientras los hombres seguían charlando, la madre de Yuzu se inclinó hacia su hija para susurrarle al oído.

—Es maravilloso. Tan guapo y encantador, y a tu padre le cae estupendamente. Tienes que pescarle, cariño.

—No hay nada que pescar —replicó Yuzu —. Ya te lo dije. Es un soltero de por vida.

Era obvio que su madre aceptaba el reto de buen grado.

—Puedes hacerle cambiar de opinión. Un hombre como él no debería quedarse soltero. Sería un delito.

—No pienso torturar a un hombre tan agradable intentando hacerle cambiar.

—Yuzu —susurró su madre con impaciencia —, ¿para qué crees que sirve el matrimonio?

Concluida la cena fueron a la casa a tomar café. No era ese el plan original, pero después de oír la descripción que hizo Yūya del viñedo y de la renovada mansión victoriana, la madre de Yuzu no pudo menos que exigir verla. Zarc y Reira estaban fuera todo el fin de semana; habían ido con Ray a ver a los padres de esta.

Amablemente, Yūya preguntó a la madre de Yuzu si deseaba hacer la visita comentada de veinticinco centavos.

—Me quedaré en la cocina a preparar café —se ofreció Yuzu —. Mamá, no interrogues a Yūya mientras te enseña la casa.

Su madre le dirigió una mirada de atónita sorpresa.

—Yo nunca interrogo a nadie.

—Quizá deberías saber que solo contesto preguntas aprobadas previamente —bromeó Yūya —. Pero por usted, mi señora, me permitiré cierta libertad.

La madre de Yuzu soltó una risita.

—Yo ayudaré a Yuzu con el café —dijo Shuzo —. No entiendo nada de renovación de casas: no sé distinguir un frontón de una pérgola.

Después de moler un puñado de granos con el molinillo eléctrico, Yuzu introdujo el café en la máquina mientras su padre llenaba una jarra con agua del grifo.

—Bueno, ¿qué te parece Yūya? —preguntó ella.

—Me cae bien. Un tipo inteligente. Parece sano y auto-suficiente, y se ha reído de mi chiste de Heisenberg. No puedo evitar preguntarme por qué un hombre con tanto cerebro debería desperdiciarlo cultivando un viñedo.

Un Toque De Magia [ADAPTACIÓN +18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora