Veinticuatro

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El día estaba brillante, las flores danzaban con la suave brisa y agradables pájaros nos deleitaban con su cantar en este día soleado. Todo en calma, armonioso.
Demasiado calmado para mi gusto.

— Ya mamá, di lo que tengas para decir de una buena vez. — torturé mis uñas ante su mirada. La alternó de mi a Jimin.

— Jimin ¿cómo te sientes?

Observé su cuerpo tensarse del a centímetros de mi y sus dedos rozando los míos sutilmente. Nos encontrábamos los tres en la sala de casa, Jimin y yo en un mismo sillón y mamá alejada, sentada en un sillón individual detrás de la pequeña mesa de café.
Una semana transcurrió desde aquel incidente en el cual Jimin resultó herido, mamá decidió que la mejor opción sería traer a Jimin a casa hasta que se recuperara su herida. No resultó ser muy profunda como para dañar algún órgano y afortunadamente se estaba recuperando con rapidez aunque aún no es tiempo de quitar sus puntos.
A decir verdad fue incómodo al principio el convivir los tres después de que ella nos encontrara en esa situación comprometedora y dijera de manera profunda "Tenemos que hablar", los "Tenemos que hablar" nunca pueden significar nada bueno, sin embargo luego dijo lo de traer a Jimin con nosotros un tiempo y no ha retomado la conversación. Incluso si ella es algo distante debo agradecer su fantástica idea. Me hace feliz poder estar con él todo el tiempo con la excusa de "tener que ayudarle a hacer sus cosas", aprovechando el tiempo a solas para comernos a besos y llenarnos de mimos.

— Aún me resulta incómodo realizar algunas actividades por mi cuenta,— Dirigió su mirada a mí y sonrió levemente — pero gracias a Jungkook he sanado rápidamente.

— Me alegra escuchar eso... pero quería saber cómo te sientes al respecto con esto.

Mamá sorbió un poco de su té verde con esa expresión intrigante, hechandonos una mirada.

—Hyolin... yo, nunca fue mi intención que las cosas ocurrieran de esta manera.

— Le quieres ¿cierto?

Terminé de entrelazar nuestros dedos, me encontraba ansioso y necesitaba su tacto tranquilizador. 《Todo estará bien

— Sí, lo quiero como jamás he querido nada.

— ¿A pesar de ser tu sobrino, mi hijo y menor que tú? ¿Incluso si estás casado y tienes un hijo al que criar?

— Escucha, sé que esto te tomó por sorpresa, que es una locura y tienes miedo por él. — Sentí mi estómago encojerse en su lugar al escuchar su tono decidido, su mano apretaba fuertemente la mía. — Pero si algo les prometí a mi hermano y a ti, el día en que Jungkook nació, es que jamás permitiría que nada malo le pasara, yo sería desde entonces el encargado de pelear contra el mundo si se trataba de él y tomarlo entre mis brazos cuando en sus sueños algo le atormentara.

— No se suponía que debía ser así, Jimin. Además tu hermano... el también dijo...

La mirada de mamá cayó a sus manos. Le dolía, aún lo hacía.

— Pero yo no soy él. — Jimin buscó mi mirada la cual estaba perdida en el tembloroso labio de mi mamá. Le miré. — Jamás haría nada que pudiera dañarte, Kookie.

Un río de lágrimas crecientes inundaron mis ojos y llevé sus manos a mi pecho. Las apreté allí donde mi corazón latía fuertemente, cerrando mis ojos las dejé caer lentamente. Recordé todo lo que ocurrió, como sin darme cuenta antes y con sólo doce años lo mucho que me encontraba prendido a Jimin. Como me atormentaba el hecho de saber que sólo debía mantenerlo en mi cabeza. Que no eran correctos mis sentimientos. El asco de tener que besar a cualquier cantidad de chicas para evitar ser etiquetado de "raro", para ocultar lo que realmente he sido durante todo este tiempo y lo mucho que le he amado.

M I • T Í O • Y • Y O [JIKOOK]🐾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora