Veinticinco - FINAL

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               La cálida y rechoncha mano de Jimin se aferraba fuertemente a la mía como mi única conexión al mundo mientras caminábamos hombro a hombro por las amplias calles de Busan, mis ojos estaban vendados debido a que se suponía que lo que sucedería próximamente era una sorpresa para mi. Por la misma razón me encontraba ansioso de la situación, pero confíaba plenamente en Jimin, sabía que seguramente su cabeza había carburado durante un tiempo para esto.

— Ya Jiminie... me siento agotado de tanto caminar, ¿durante cuánto tiempo más deberé hacerlo?

— A tu lado sería capaz de caminar hasta los confines de la tierra.— elevó nuestras manos enlazadas a sus labios y depositó un suave beso en ella —  Así, tomados de la mano.

— Se siente poderoso.— murmuré con un nudo de emoción en mi estómago.

— ¿El qué?

Paró nuestro andar y tomó mi otra mano.

— Ser sostenido por ti de esta manera. Me siento como el chico más afortunado de la tierra. Algo así como... invencible.

— ¿Aún crees que no lo somos? Pudimos contra tantas cosas...— una de sus manos acunó mi rostro y me fundí contra su calor entre la oscuridad, mi mano solitaria se aferró a su remera y lo atraje hacia mi. Recordé el juicio hacia Hye, la contradicción en los sentimientos de Yoongi al ver junto a Jimin que Sinjun no era un Park, sino Min. El cómo le dolió a Jimin aceptarlo pero todo sería por el bien del niño. Las incontables noches en las cuales permanecí a su lado, calmando sus gritos desesperados llamando por mí. Todo había pasado tan rápido que costaba creer que la solución a los problemas que nos afligían ya había llegado— Sin duda podríamos contra el mundo entero justo como lo estas tú, vendados de ojos.

— Te amo. Pero es más que eso, esas dos simples palabras no pueden expresar ni una milésima lo que siento por ti, Jimin.

Sentí su respiración cosquillear contra mi cara. — Bésame, bésame siempre.

Sus abultados labios se fusionaron con los míos en una perfecta danza cargada de calidad en nuestros pechos. Enlace mis brazos alrededor de su cuello y profundicé en nuestro beso.

— Grr.

No pude evitar lanzar una carcajada al escucharlo.

 — Jimin ¿Acabas de gruñirme?

 —  Lo hice. Grr.

 —  ¿Y eso por qué? ¿Debería correr como una presa inofensiva?

 —  Pues dijiste que las palabras no podían expresar el amor y es cierto, jamás podrían. Entonces gruñiremos para expresarlo.

 —  ¿Gruñir? —  me burlé ante su ocurrencia.

 —  ¿Acaso no me amas lo suficiente como para gruñirme? — incluso con mis ojos vendados supe que un tierno puchero se había instalado en sus labios. Le conocía tan bien.

 —  Gruñiremos entonces. Grrrrrr — elevé mis manos fingiendo ser un monstruo feroz tal y como él lo había hecho en una fiesta de disfraces que asistimos y le obligué a vestirse de un tierno dinosaurio verde. Lo escuché carcajear alto.

 —  Ya Kookie, la gente nos está mirando raro. Puedes gruñirme alto luego.. si sabes a lo que me refiero. — picó con sus dedos mis costillas.

 —  Deja de culparme, tú me empujaste a hacer esto.— Hice un pequeño puchero que fue besado por él.

Tiempo atrás ni siquiera hubiésemos sido capaz de mostrar tantas muestras de afecto públicamente  debido a que debíamos comportarnos como fugitivos en referencia a Hye y mamá, pero eso había quedado en el pasado como un mal sueño. Ahora ya todo estaba acabado, jamás negaría mis sentimientos hacia Jimin.

M I • T Í O • Y • Y O [JIKOOK]🐾 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora