¡Inaudito! ¡Estupidez! ¡No era posible!
No lo podían creer, ninguna de las tres. Nadie creía cosa alguna, y deseaban con toda su alma no haberse conocido nunca. Debía haber un error, debía haberlo, de lo contrario era de pensarse que Kenji Tsukino era un ente malvado que gustaba de ver el mundo arder. Claro, desde el lugar donde se encontraba.
-¿Por qué?, no entiendo- Exclamó Serena ataviada en ropa formal para la ocasión-. ¡¿Por qué?!
Se dejó caer de nuevo en el sillón de donde se había levantado con fuerza, y fijó la mirada en un punto lejano.
-Pues, no estoy de acuerdo.
De igual manera, Haruka y Mina estaban estupefactas ante la extraña noticia.
Haruka tenía los puños apretados y aunque casi se clavó las uñas, prefirió no decir una sola palabra.
-Yo no tengo objeción, independientemente de lo que mi padre hubiera querido dejarme yo me quedo-.Replicó Mina al fín con gesto determinante- Aunque no me crean y a diferencia de ustedes mi padre tiene razón.
-¿Tiene razón en qué Minako?-Explotó Haruka, bullendo en furia-. ¿En que le gustó tener por amasias a dos mujeres antes de la madre de Serena? ¿Crees justo que tengamos que enclaustrarnos aquí ¡Un año! Para qué? ¿Para conocernos? ¿Con qué objeto? ¡Dime!
-... Como se los he dicho señorita Haruka, es la voluntad del señor Kenji Tsukino el que ustedes convivan bajo el mismo techo por un año-Recitó aburrido el notario-. Creo que es una petición válida y respetable, ya que como ha argumentado el señor en su testamento, siempre quiso que ustedes se conocieran.
-No. No entiendo-Dijo al fín Serena, recuperada de su asombro. -Nunca supe de ellas, y, nunca las necesité ni pedí hermanas. ¿Qué objetivo tiene esto si él ya no está aquí?
El notario encogió los hombros y cerró el folder.
-Las veo en un año, si deciden cumplir todo estará en orden.
-¿Y si no?-Masculló Haruka.
-No habrá herencia y todo será donado, además de que habrán decepcionado a su padre-. Respondió el viejo y salió del lugar.
-... ¿Decepcionar a un muerto?-.Preguntó Serena y se puso de pie-. Bien Kenji rabo verde, hagámoslo a tu manera.
Acto seguido salió tras el notario como alma que llevaba el diablo, quería tomar al ruco por la solapa y gritarle unas cuantas verdades aunque lo cierto a quien debió habérselo hecho era a su padre.
Aún así continuó la búsqueda del notario, quería que le diera más explicaciones ¡no era justo lo que estaba pasando!
Avanzó por los pasillos dando taconazos fuertes sin importar el ruido que hacía con ellos, quería que el viejo Kou supiera que ella estaba ahí todavía y saliera de su escondite. Quería ahorcar a alguien.
En una vuelta hacia un pasillo trastabilló y topó de frente con un pecho fuerte y plano.
-¡Cuidado!
Cerró los ojos con fuerza al sentir las manos envolverle los hombros y el pecho atajaba su cabeza de tal manera que sintió que estaba a salvo.
Serena aspiró el perfume y sintió que debía mirar la cara de su rescatador.
-¿Tú?
-Sí, yo-. Masculló él entrecerrando los ojos al verla- "Por nada"
-Serena-Interrumpió Mina el momento-¿Quién es tu amigo?
El pelinegro soltó despacio a Serena, esta, aturdida por el incidente exhaló un poco.
Haruka rodó los ojos y puso una mano en la cintura, cruzó miradas con Darien y este las miró a cada una.
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Las Tres Tristes Tigres
FanfictionSerena Tsukino hija menor del finado hacendado del pueblo tiene una gran responsabilidad en sus manos al tomar el mando de la hacienda Tsukino. Pero tiene un mayor reto, sin saberlo hasta el entierro de su padre se entera que hay dos herederas más...