Capítulo 23

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Serena llegó entrado el dia siguiente. Hermosa, relajada y sonriente la joven irrumpió silenciosamente en la habitación de hospital encontrándose con una escena nada congeniante con su estado de ánimo.

Mina lloraba sin consuelo en los brazos de Haruka, ligeros gemidos de dolor se arrancaban de su suave garganta.

-Lo siento muchísimo Mina, de verdad lamento que estés pasando por todo esto.

-No. Todo ha sido mi culpa ¡yo lo he permitido! Y he arrastrado a mi hijo entre las patas por mi mala cabeza.

Un punzante dolor en el pecho se clavó en Serena.

-Mina...-Llamó desde la entrada, atrayendo la mirada de sus hermanas avanzó hasta donde estaban Mina y Haruka.

Toda la algarabía de Serena fue echada a un lado al ver a su hermana así, no se sentía completamente feliz si sus hermanas estaban mal.

-Serena, perdí a mi bebito, yo, yo-Habló entre sollozos mientras Haruka la sostenía-¡yo no sabía!¡no sabía y dejé que ese maldito me lastimara!

Serena se aferró a ella con fuerza, como si con ese abrazo pudiera absorber y compartir el dolor que laceraba a su hermana.

-Mina lo siento.

Haruka las abrazó a ambas, protectoramente y siendo fuerte una vez más, la rubia apabulló sus sentimientos inconfesados hasta la planta de sus pies.

Y ahora que el amor le estaba dando la espalda, estaba dispuesta a aplastarlo lo que le fuera posible.

-¡Dios!

Un tiempo mas tarde y estaban listas para que Mina fuera dada de alta. Con las complicaciones derivadas del caso Kou la joven se vio obligada a recordar los hechos y denunciarlos a la policía.

Yaten estaría preso gran parte de lo que le restara de vida y con ello había cierta paz entre las hermanas.

-Vámonos-. Exclamó Mina una vez que estuvo completamente vestida. Retomando el camino hacia la puerta y caminando aun despacio debido a las heridas en el abdomen, Mina dio un leve visto a su cama de hospital.

-Vamos Mina, vamos a casa.

Haruka permaneció esperando recargada en su auto, mirando el cielo, agradeció el tener tranquilidad nuevamente. Poco había compartido con Michiru y el verle hablar con su novio le hacía sentir mal. Así que los tiempos que tuviera fuera de la casa eran bálsamos que le hacían olvidar un poco su desazón.

-Estamos listas-. Exclamó Serena una vez que llegó con Mina en una silla de ruedas.

-Perfecto.

Retomando el camino vuelta a casa con sus dos hermanas en la parte trasera Haruka manejó despacio por primera vez.

-Entonces ya eres novia de Darien. Vaya, y parecían llevarse mal.

Mina sonrió tenue ante su propia frase.

-Bueno, polos opuestos se atraen.

-Eso creo-Replicó Serena y sonrió a la rubia que les miraba por el espejo.

-Más vale que te trate bien. Mira que no a cualquiera doy mi aprobación.

-Claro, como al pobre Seiya, lo sigues teniendo en modo espera-. Respondió Serena en broma y Mina puso una mano sobre la de ella.

Las Tres Tristes TigresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora