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Me despierto sobresaltada con un estrepitoso ruido que llega de la acera de enfrente. Miro el reloj. Son solo las seis y media de la mañana, ¿a quién se le puede ocurrir estar despierto a estas horas? Doy media vuelta e intento dormir la hora que me falta antes de ir para la biblioteca. Estoy estudiando para las oposiciones a profesora de infantil y de vez en cuando cuido a alguno de los peques del pueblo. Otro estruendo. Está visto que esta mañana me toca madrugar. ¡Gracias querido vecino! Espera un momento, yo no tengo vecinos. Miro extrañada por la ventana hacia la preciosa casa de enfrente, parece que alguien esta de mudanza y por lo que puedo observar no vio el cubo de basura que hay en la entrada.
Vivo en un pequeño pueblo donde no somos más de treinta vecinos, pero no estamos aislados, solo a 10 minutos en coche de la ciudad, lo que nos permite vivir cómodamente y sin ruido ni contaminación. Es un paraíso de casas de estilo rustico con sus preciosos jardines y donde la mayoría tiene su piscina, aunque la playa solo esta a una hora de camino.
Me dispongo a levantarme ya que veo que es imposible volver a los brazos de Morfeo. Enciendo la radio a todo volumen, ventajas de vivir sola y no tener vecinos, y voy bailando y cantando hacia la ducha. Me ducho, me visto con mis shorts vaqueros y mi básica verde y me dispongo a preparar un desayuno de esos que dicen ¡bienvenido! Para llevarle al vecino y así presentarme. La música no deja de sonar en mi casa.
¡El timbre! Saco rápidamente los cruasanes recién hechos del horno y corro a abrir la puerta.
- ¡buenos días! Perdona por molestar pero vi luces encendidas y quería saber si me podrías dejar un poco de café. Estoy de mudanza y no he sido capaz de encontrarlo en las cajas.
- Ahora mismo estaba acabando de prepararte un desayuno de bienvenida, así que si quieres pasa y desayunamos aquí. Por cierto soy Enma.
- Encantado Enma, yo soy Blas.
Lo hago pasar a la cocina y me recreo en su cuerpo mientras anda. Es simplemente perfecto. Alto, moreno, de espalda ancha y fuerte, tiene unos ojos difíciles de definir, entre verde y marrón, y una sonrisa especial que se me hace conocida. Serán imaginaciones mías.
- Dame un minuto que acabo d preparar la mesa y ya te sirvo.
- No hay prisa, tengo toda la mañana, lo que menos me apetece es ponerme a limpiar toda la casa ahora.
- Pues si quieres después de desayunar nos vamos a dar un paseo por el pueblo y te lo enseño.
- Si no tienes nada mejor que hacer, me encantaría.
- Nada interesante que no pueda hacer en otro momento.
Después de un buen desayuno a base de café, tostadas con mermelada casera, cruasanes y zumo de naranja recién exprimido, todo hecho por mí. Nos fuimos paseando para hacer la digestión.
- No hay mucho que ver, a parte de la cafetería, la panadería y una pequeña tienda que está en la otra calle, esto es lo único que tenemos. Para lo demás tienes que acercarte a la ciudad.
- No pasa nada. Tendré que ir a la ciudad todos los días cuando empiece a trabajar.
- ¿A qué te dedicas? Si se puede saber claro.
- Me he sacado las oposiciones para profesor de música en el colegio de la ascensión
- ¿Ya han salido los resultados?
- Hace dos días me llamaron para comunicármelo. ¿No me digas que también eres profesora?
- Lo intento, llevo dos años presentándome a las oposiciones de infantil y aun nada. Y por lo visto si aun no me llamaron no creo que lo haya conseguido este curso.
- No te desanimes, puede que aun no hayan llamado a todos.
- Cambiemos de tema. ¿Qué te parece si preparo algo rápido de comer y nos vamos a la playa de picnic? ¿O prefieres irte a casa a limpiar?
- ¡ Nooo, por favor! Secuéstrame, llévame a donde sea, pero no quiero limpiar hoy.
- Ok. Voy a preparar la comida.
- Preparo mis cosas y voy a ayudarte.
- Perfecto, entra sin llamar, te dejo la puerta abierta.
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Still
Fanfictionaños despues de su gran exito. su mayor fan se ha olvidado de el. ¿querra ella recordarlo?