Capítulo 1: La entrada

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Sonó la alarma, despertándome sin ganas la dejé sonando y tras ponerme una camiseta empecé a desayunar. Al ver la hora, tomé la taza de un trago y cogí la mochila. Hoy parecía todo más tranquilo, fui distraido todo el camino hasta la última calle, dónde choqué con una pared. O eso creía, porqué al alzar la mirada vi a una mole de unos 2 metros, tenía el pelo anaranjado bastante largo y una cicatriz en la cara, alzó el puño listo para golparme, pero entonces alguien le agarró el puño.
-Venga hermano, seguro que sólo iba distraído.
Él bajo el puño, y me miraron ambos, al fijarme en la otra persona, vi que era igual a el, sólo que poco más pequeña que yo, y parecía mujer.
-Además, para uno guapo que vemos… por cierto, me llamo Jade.
Me sonrío y se fueron hacía delante.
-Ni he entrado y casi la lío…

Seguía fijandome en la gente, y fui a unas gradas a sentarme, allí, todos mirabamos el escenario. Cuándo todos callaron, una persona de aspecto militar comenzó a hablar.
-¡Bienvenidos a nuestra academia! Si estais aquí, sois lo mejor de lo mejor, da igual si en medicina, cálculo, combate… y imagino que no habéis venido a escucharme hablar, así que seré breve, nos vamos a distribuir en clases según vuestra marca de acceso, y todos recibireis las mismas clases, excepto los que seais guerreros.
Esto último lo dijo un poco más serio, y tras acabar de hablar, sacó un cofre. Al abrirlo, dejó ver un montón de gemas.
-Ahora hareis varias filas, y delante mío y de mis compañeros, cogereis una de estas.
Nos pusimos, muchos las cogían y no pasaba nada, hasta que llegó un joven, iba con una gabardina negra a pesar de estar en Septiembre, desprendía una sensación extraña. No le vi la cara, sólo el cabello, negro como el carbón.

Cuándo la cogió, comenzó a brillar y cambiar de forma, haciéndose un bastón tan alto cómo el.
-¡Guerrero!- Gritó el militar.

Todos armaron un escándalo, la fila avanzaba más rápido, aunque no me importaba, yo no sería guerrero, estudiaría alguna ciencia y ya está, sin ser brillante ni pésimo, además, me interesaba más cómo la policia y unos enfermeros se intentaban llevar a escondidas unas bolsas negras bastante grandes. Cuándo volteé la cabeza, vi que Jade y su hermano, junto a dos personas más, se separaron de la fila con un objeto en sus manos.
-¿Ellos pudieron? Que suerte… o no.
Me tocaba a mí, y cuando agarré la gema, quedé cegado. No lo esperaba.
-¿Yo? ¿Porqué yo?

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