Capítulo 35: Amor prohibido

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25 de Noviembre, Año 2132. Navidad.

Las familias normales pasan estas fechas juntos, sin embargo, los dos pelirrojos eran algo distinto. Se encontraban en las instalaciones especiales de la Academia, una especie de fortaleza subterránea de mucha amplitud, del tamaño de la propia escuela. Normalmente ese gran terreno tiene el suelo plano y techo abovedado, modificable por un sistema que deformaba el terreno, dando lugar a cualquier textura y forma, lo cual daba la posibilidad de simular todos los terrenos de la tierra, preparando a los alumnos para cualquier situación.

Pero Axel no necesitaba eso. El sólo transformó todo el terreno en una arisca superficie de roca volcánica, rugosa y llena de pilares curvos y arcos que impedían la visibilidad. Zafiro corría de aquí hacia allá con el hacha en una mano y el martillo en la otra. Repentinamente un pilar salió hacia el, el cual fue roto de un martillazo.
-«Anda cerca».
Tras un mes entrenando se había percatado de que el militar necesitaba dos cosas para atacar. Hacer contacto con alguna superficie, y tener visibilidad para dar un golpe preciso. Si se juntaban esas dos condiciones, era imposible parar su ataque, e iniciaría un asalto continuo de pilares que se curvaban hasta dar con su objetivo. Tras unas semanas intentando combatir eso juntos, los hermanos decidieron probar algo totalmente nuevo: separarse. La nueva estrategia estaba dando sus frutos, los ataques eran menos continuados y podían ahorrar un gran esfuerzo, aún así, seguían sin acercarse al objetivo del entrenamiento, aguantar veinticuatro horas seguidas de pelea contra Axel.

Oculto tras un arco de piedra, él observaba acechando a Zafiro, lanzando ataques con pilares que eran quebrantados por golpes de hacha y martillo.
-«Lo hace bien, mejora rápido, mucho la verdad.»
Zafiro no se daba cuenta, pero cada día conseguían durar más, ya superaban las diecisiete horas sin descanso. En medio del silencio algo saltó tras Axel, quien totalmente centrado en Zafiro, no vió venir el fugaz ataque de la pelirroja, acertando con sus cestus en la cabeza. Cayó al suelo sangrando, y antes de perder la consciencia reparó la herida, aprocechando el estar tumbado para transformar el suelo en un pegote del cual Jade, con su típico combo de venas como muelles, no pudo escapar. Intentó saltar, solo para caer de espaldas y quedar abierta a lo estrella, inmovilizada.
-Cariño, me gusta estar atada, pero no aquí…
Sin piedad alguna, comenzaron a alzarse más pilares, curvandose para caer hacia ella. En un último intento de salvarse salieron venas de su abdomen, concentrando un veneno prácticamente ácido que junto a una ráfaga de golpes iban debilitando el ataque.

Pero no era suficiente, ella estaba perdiendo fuerzas y los pilares avanzaban, cada vez más cerca de su cara. Cuando estaban muy cerca de ella, un hacha lanzada voló en pedazos los pilares, y regresando de vuelta a su dueño los acabó de romper. Aprovechando la humareda y escombros que bloqueaban la visión, Zafiro gastó gran parte de su energía en un meteor breaker con las piernas, dando un salto tremendo hacia delante, destrozando aún más el suelo y todo lo que se le ponía por delante, agarrando a Jade y huyendo lejos. Una vez escondidos de vuelta, Zafiro soltó a Jade y la miró algo enfadado.
-Tus descuidos nos van a costar a ambos el día.
-No tenías que salvarme…
Ella habló sin pensar, sabía que últimamente sus sentimientos por Axel estaban intrerfiriendo en su habitual mente fría en combate. Desde hace tiempo, su corazón se aceleraba al verlo, y ya no sabía si le buscaba para combatir o tenerlo cerca un poco más, ya que con el entrenamiento, apenas se habían vuelto a ver fuera de clases.

En ese pequeño descanso, comenzó a recordar aquella noche en Egipto, en la habitación del hotel, justo tras haber cenado hasta llenarse. Axel pasó el dedo por las sabanas, invirtiendo el color de media cama.
-Esa es tu mitad, esta es mi mitad. No las crucemos y dormiremos agustos.
Jade hizo una mueca de disgusto y el profe fingió no verla. La primera en cambiarse fue ella, estaba encerrada en el baño, dudando de que ponerse para llamar la atención de él.
-«¿Algo simple? ¿Algo más exhibicionista?»
Normalmente ella sabía los gustos de un hombre sólo mirando a sus ojos, pero Axel era un enigma, sus iris de color blanco brillante, casi plateado, no mostraban más emoción que su habitual desgano hacia darnos clase, lo cual era lo más atractivo de él, un enigma que resolver, algo que se escapaba a los encantos de la sexy pelirroja.
-«Esta noche debe ser mío…»
Finalmente se decantó por unos simples tirantes y un pantalón corto. Al salir, vió que Axel se había cambiado ya, e indiferente a la opinión de ella, estaba solo en calzoncillos, tumbado en la cama.
-Imagino que querrás dormir ya…
Hablaba disgustada, sabía que no podría convencerlo si ya estaba así sin vergüenza alguna.

Como respuesta, apagó la luz una vez ella se tumbó en su mitad.
-Oye Axel, cuéntame sobre ti, ¿de dónde vienes? ¿Cuál es tu familia?
-No importa… son mis asuntos.
Suspiró y le dió la espalda, cayendo mechones rojos por esta.
-Yo soy un ser sintético… una creación.
Comenzó a sincerarse, por alguna razón quería hacerlo.
-Sé que siempre voy de adolescente animada y feliz, super extrovertida… y no es que sea falso, pero también me sirve para ocultar mi otro lado…
Axel miró en su dirección, en su informe de admisión no ponía nada sobre humana sintética.
-¿Otro lado?
-Si… mi creador, mi padre, me creó con este cuerpo, pero una mentalidad de adulta.
Abrió los ojos sorprendido, eso explicaba los altos niveles de inteligencia que mostraba en el test de admisión. Hubo un momento de silencio, una chispa se encendió en el interior de él. Siempre le había atraído su figura, pero era demasiado joven, y no le llamaba la atención su personalidad, demasiado exuberante. Todo cambió con esa revelación, ella era más compleja de lo que parecía, no una simple adolescente con ganas de marcha. Tras ese momento de silencio, ella notó su respiración en la espalda y la mano de este sobre el pantalón, el cual dejaba media nalga fuera a propósito.
-¿Sabes? De repente no me apetece dormir, hablemos más.

Volviendo a la realidad con una sonrisa, trató de centrarse, analizando sus posibilidades. Por desgracia solo pensaba en los impulsos de esa noche. Impulsos. Esa palabra se quedó en su cabeza.
-«Impulsos eléctricos, impulsos de adrenalina, impulsos del corazón»
Saltó a abrazar a su hermano con una sonrisa.
-Al fin vuelves en ti… enseñame lo que has conseguido.
Jade siempre se preguntó como evitar el desgaste que le causaba tener que sacar sus venas y nervios, y resulta que con enamorarse bastaba para averiguarlo. Se centró y aceleró sus latidos a ritmos peligrosamente altos, llevando más rápido los nutrientes y dando fuerzas más rápido. Pero eso sólo no bastaba, aceleró sus impulsos nerviosos para darle más tiempo de reacción y velocidad. Al poco tiempo notó el estrés que eso causaba en su cuerpo, asi que comenzó a sintetizar una hormona a partir de la adrenalina, una que al mezclarse con la temperatura elevada de su cuerpo acelerado, generara directamente energía. Lo consiguió, notaba un impulso nuevo de fuerzas, agarrando sin problemas los pesados cestus, estos brillaron rojo y los chocó entre ellos.
-Voy por el, ahora puedo alcanzarle.
Salió disparada sin esperar a su hermano.

Zafiro se quedó atrás apretando los puños.
-Vamos, ella no puede ser la única genia.
Se paró a respirar hondo, centrado en sentir cada fibra de su cuerpo.
-«Ya has llevado al máximo tu esqueleto y músculos, estos no se cansan, el fallo es la falta de energía…»
Pensó en su meteor breaker, o en cuando se potencia usando la energía de su metabolismo.
-¡Tiene que haber algo joder, no es justo que sólo ella sea la inteligente!
Se arrodilló al borde de llorar de impotencia.
-«No, no es tiempo de caer, te necesita.»
Calmando su respiración, se fijó en esta y recordó una pequeña charla conmigo.
-Así que… ¿controlas tu metabolismo?
Asintió orgulloso de su habilidad.
-Con eso puedo canalizar calor y energía corporal, para darme aún más fuerza y poder.
-Si… es impresionante, pero tiene mucho más potencial.
-¿Tú crees?
Asentí y le miré a los ojos.
-Claro, la principal fase para extraer energía es la respiración, quemando el oxígeno.
Sin perder un segundo, se centró en su pecho, sintiendo el aire entrando saliendo de sus pulmones. Se centró aún más, quería notar la energía brotar de sus células.
-Así que respiración… te debo una Dante.
Con su poder, obligó a su cuerpo a quemar todos los gases y residuos de su cuerpo como combustible, consiguiendo que todo su cuerpo se caliente y aumente su fuerza. Y no solo eso, se notaba menos cansado, cada vez con aún más fuerzas.

Salió corriendo hacia dónde sonaban choques de armas, corrió preocupado solo para ver como Jade destrozaba cualquier muro y pilar que formaba Axel, más rápida que antes, más certera. De un salto que rompió el suelo Zafiro cayó sobre Axel, lanzando un meteor breaker sin descargarse. Este ataque reventó el suelo, impidiendo que sea modificado con tanta facilidad al no poder tocar cada fragmento. Extendiendo ambos brazos, llamó a su hacha y martillo. Lanzó un corte de calor horizontal y Jade electricidad combinada con ácido, causando una explosión. Axel sonrío, hundiendose en la tierra para evadir, orgulloso de que sus alumnos pudieran por fin superar la prueba.

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