Capítulo 46: Regreso

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Horas antes de la traicionera encrucijada, Zoe nos veia adentrarnos en el subsuelo de la desertica planicie, con los conductos abiertos por el propio Axel al saltar del avión. Pese a ser Atea, comenzó a rezar por la seguridad del grupo, por la de su mentor. Ella misma sabía que se autoengañaba, rezaba por mi seguridad, por poder volver a ver mis labios curvarse hacia arriba en una sonrisa dedicada solo a ella. Por volver a caer sobre la cama haciendonos cosquillas mutuamente. Por volver a acurrucarse en mi pecho ante una de esas pelis de miedo que yo llamaba absurdas. Y había que ser sinceros, lo eran, ella solo fingía porque le gustaba sentirse débil a mi lado. Cansada de ser fuerte y superar todos los obstáculos, mis brazos eran una zona segura en la que reposar.

-«¿Cómo te has enamorado de forma tan bestia? Solo piensas en el Zoe.»
Hablando con ella misma, buscaba esa respuesta hace meses, quizá desde antes de la noche en Egipto. Ni ella lo tenía claro, cuando se trataba de mi, todo se volvía borroso y nada más existía. Negandose a pensar que había caido ante emociones que en el pasado juró sellar, se obligó a pensar que era por mi sinceridad y transparencia. Eso le sacó una sonrisa, adoraba mi lado inocente. Otro pensamiento le oscureció la mirada. Ella misma vio esos meses en casa como esa inocencia se desvanecía para dar lugar a un rostro largo y deprimente, entristecido por las visiones de mi yo negro, y siempre maldiciendo ser débil. Trató de animarme una y otra vez, desahogarme con ella, distraerme, pero nada.

En una ocasión llegamos a analizar mi "cerebro", en concreto mis neuronas. Vimos como eran una masa amorfa y transparente, salvo el núcleo celular, negro azabache. Tras varias pruebas (muchas de las cuales fueron experimentos con distintos estimulos), concluyó en que la parte transparente era mi psique normal, mis emociones del dia a dia. La parte negra era otro yo, mis instintos, quienes totalmente reprimidos dieron lugar a una figura, una presencia en mi subconsciente. Asumimos que era el cupable de mis visiones, y esa parte tomó el control ante Kai, y siempre me incitaba a pelear.
-«¿Y si eso toma el control? Dante hará algo de lo que se arrepentirá toda su vida…»
Asustada por la idea de que yo me perdiera en un abismo de culpa y ella perderme a mi, le dió media vuelta al avión y se dirigió directa hacia nuestro punto de entrada.

Una vez aterrizó, se arrodilló sobre el suelo y lo tocó con la palma entera, asegurandose de que las cinco yemas hicieran contacto. Sus ojos brillaron verdes, y comenzó a ver líneas y números en todo el área. Al fin, gracias a tener que curarme tanto y hacer experimentos conmigo, descubrió la realidad de su poder, manipular las matemáticas. Ella podía ver números y vectores en cualquier cosa, y ajustarlos para que el mundo se moldeara a su gusto.
-Que suerte tiene el mundo de que yo sea incapaz de dañar a alguien…
El suelo se abrió y dejo ver el pasadizo central, y ella descendió por el mismo lugar que Axel, directa a su sala.

Al no ver sangre y todos quietos, pensó que uno de los dos traicionó a su correspondiente bando, pero al notar la tensión y silencio, vio a Axel sudando ante el extraño tablero y a Anthony también, probablemente por que no quería cometer atrocidades.
-¡Axel!
Este se giró sobre si mismo, con los ojos desorbitados al ver a Zoe allí.
-No deberías estar aquí.
Fue seco y cortante.
-Ya lo sé.
El tragó saliva, Zoe se acercaba.
-Alto, si ella se acerca…
Zoe apartó a Axel y se puso en su lugar.
-Juguemos, voy a remontar esto.
-Zoe, no puedes.
Le miró intrigado, arqueando una ceja, extrañado de que justo el dude de su intelecto.

Al explicarle todo, ella se mordió el labio. Axel lo interpretó como nerviosismo, pero de golpe ella se echó a reir y se hizo una coleta.
-¿Me estás diciendo que si se mueren las dos fichas iguales de tu equipo, la sala de esa ficha se derrumbará? ¿Y que tu has matado dos una de todos?
Su risa pesaba en la culpa de Axel, fue una decisión horrible destruirlas y jugar agresivo desde el inicio, sin pensar en consecuencias.
-El amor te ablanda señor militar.

Tony sonrió melancólico, Axel fue asi desde que conocía a Miranda, y fue por ello que Aria no lo aceptó probablemente y tuvo que abandonar a Kyoko y Kai, quienes no tenían ninguna culpa. Un irónico destino acabar dandoles clase porque a Tony lo secuestró Lilith, obligandolo a fingir que se jubilaba y vivir una vida normal junto a sus nietos sin contarles nada. Hasta que lo obligó a irse con ellos definitivamente, Lilith amenazó con quedarse el cuerpo de su hija y hacerlo propio. Darle un cuerpo joven a esa aberración… y más, el de su hija, era algo que no podía permitirse.
-Adelante pues jovencita, lucha en lugar de tu maestro.
-¿Me podrías decir como estaban colocadas las piezas al empezar?
Le explicó la disposición exacta, quien estaba enfrente de quien y el cambio de Elise por Jade.
-Ah claro, tú tenías en cuenta que el se dejaría llevar por sus sentimientos, creyendo que te tenía al cambiar una pieza. Entonces esto es bastante fácil de ganar.

Esta vez Anthony fue el que arqueó la ceja.
-Jade, acaba con la reina.
-NO, NO NO, ¡ELLA NO!
Axel imploró, las lagrimas que contenía a causa de la culpa explotaron recorriendo su rostro mientras la pieza de Jade destruia a Lilith, quedando salvaguardada así.
-Reina aniquilada, iniciando modo letal.
Una voz metálica de genero indistinguible dio el anuncio y las piezas brillaron.
-Se me olvidó mencionarlo, si una Reina moría, las piezas de ese equipo obtendrian un turno para usar sus poderes. Black, acaba con Jade.

Las palabras resonaron en toda la mente de Axel, viendo como black abria un portal y aparecía sobre Jade, destruyendola. Conocedor de lo que eso significaba, arrancó en ira, dispuesto a arrancarle la cabeza al traidor. Antes de que haga nada, una mano dorada de su tamaño lo encerró.
-Calma Axel, ella está viva.
Las palabras de Zoe no le consolaban, forcejeando.
-Han alineado las piezas de la misma forma que iban a luchar contra nosotros, excepto a Jade y Elise, quienes sabian que cambiarias de puesto. Jade está por tanto con Lilith, y no creo que ella quiera que se le derrumbe una sala encima.
Anthony palideció, esa joven vio a través de el nada más empezar la partida, y recordó como le acababa de preguntar por la posición inicial. Ella reía de nuevo, sobretodo porque mataron a su reina.
-Reina aniquilada, iniciando modo letal.
-Al fin, Zafiro, acaba con Killian y Black.
Con un movimiento de embestida, la pieza arrolló las otras piezas, dejando despejado el tablero de Anthony. La voz metálica sonó de vuelta.
-Ganador, Axel.
-Bueno… me conformaré con lo de "ganador".
Zoe río pavoneandose y se acercó a Axel.
-Llorica enamorado, ya te he salvado.
Axel sollozaba, aún le dolía el pecho por haber casi perdido a Jade.
-A-anda que tú… has vuelto por Dante.

Ella se acercó a Anthony, quien aún en shock no pudo evitar que el terreno moldeado por Axel lo aprisionara.
-Tengo una pregunta, ¿Porqué ni Miranda ni Sandra estaban aquí?
Viendo que no le quedaba otra que hablar, dijo la verdad.
-Están ocupadas, y si su sala se destruía, el ritual se iría a pique.

En otra sala, Kyoko estaba atada de extremidades y ensangrentada, con Miranda delante. Trataba de asimilar como llegó a esa situación con unas palabras simples en medio del combate: Soy tu madre, y Axel tu padre. La descolocaron de tal forma, que lo siguiente que recordaba era estar atada.
-Lo siento hija, pero necesitaba tu ayuda.
Formó una garra de tigre y cortó las cuerdas.
-Tus poderes son muy útiles contra ella.
Kyoko cayó de cara al suelo, con la mirada vacía sin sentir dolor.
-«No sirvo para nada.»

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