Capítulo 30: Colmillos de dragón

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Salí del museo a paso lento, dejandome llevar por las calles, alejándome de la música, Jade vió a Zoe sola, decidió acercarse por su espalda.
-¿Cómo fue princesita? ¿Ya caiste en las fauces del dragón?
Jade reia animada, sin ver la expresión desganada de la otra. Al no haber respuesta se acercó preocupada.
-¿Te ha… rechazado?
Negó con la cabeza, sin vida en la mirada.
-¿Y que ha pasado?
Dio un suspiro que apartó su cabellera dorada.
-La cagué… no va a querer ni verme.
-No digas eso…
Le explicó al borde de llorar que fue ella quien negó sus sentimientos, y que tras eso simplemente desaparecí de la fiesta. Repentinamente la voz del gigante sonó por detrás.
-¿Qué has hecho QUÉ?
Se sentó al otro lado de ella, acorralandola. Zoe se dispuso a hablar, pero Zafiro sacó su móvil antes.
-Escucha ésta grabación… nos lo dijo en confianza.
Le puso la grabación de aquella vez tomando refrescos, justo antes de comprar su regalo. Le palideció el rostro, comenzando a caer sus lágrimas. Jade intentó calmarla con un abrazo.
-Está loco por ti… ve, estás a tiempo.
Aceptó las dulces palabras de ella, levántandose decidida.

Yo ya me encontraba alejado de allí, escuchando música con los auriculares que me regaló Sandra. Pensando en que ya era hora de olvidarla, había pasado tres meses enamorado sin que ella de una señal de ser más que un amigo. Iba cabizbajo, no veía más que el suelo y estaba totalmente centrado en el ritmo de la canción, chocandome de golpe con algo muy duro.
-Que gol…
Abrí los ojos como platos, Black estaba ahí. En un momento me iba a golpear, pero otro golpe me alejó unos metros.
-Ve a la piramide, yo me encargo Black.
Anthony estaba ahí también, rodeado de un aura dorada, imponente pero no agresiva, black dio media vuelta, al verlo de reojo hice el amago de ir a por el pero una mano dorada tan grande como yo me golpeó con la palma abierta. Antes de darme cuenta estaba contra una pared, agrietada a mi espalda. No habia heridas, pero dolía mucho, fue un impacto de mucha fuerza.
-Nada mal, has aguantado un golpe al 30%.

Con un portal Black apareció en la fiesta, llamando la atención de todos.
-Busco el códice de la faraona, ¿se encuentra en esta sala?
Al no haber respuesta inspeccionó la sala, buscando por las paredes con la mirada. Al alzar la cabeza vió a Jade volando hacia el, propinandole un golpe en el mentón. Nada más aterrizar dio un salto para darle una patada en la barbilla, recibiendo el golpe de lleno. A la vez que retrocedía Zafiro se le acercó por la espalda, liberando el meteor breaker en forma de gancho, lanzando a Black de forma que solo dañe el techo.
-Sigue así hermana, lo tenemos.
Preparada, Jade ya tenia venas conectadas a sus brazos y piernas, simulando muelles que amplificaban su fuerza.

Black y Anthony avanzaban lentos pero impasivos hacia sus respectivos oponentes, cargando sus auras, azul y dorada, llenando nuestros cuerpos de temor.

Fui el primero en moverme, intentando impactar un golpe de ondas en mi oponente, éste con un movimiento de la mano hacia delante volvió a invocar una mano dorada, la cual esquivé saltando por encima, ayudado de ondas. Rápidamente envió otra mano a por mi, evitandola como las cadenas de Kai.
-«Este dragón es rápido, tendré que serlo más.»
Inició un bombardeo con manos que evité ascendiendo más, cada vez que esquivaba aumentaba el número, finalmente abrumandome y aplastandome entre dos como un mosquito. Caí al suelo dolorido, los impactos iban acompañados de mucha fuerza, escupí el líquido rojo y miré a Anthony.
-Me has hecho usar un 40%, nada mal chico.
-«Necesito velocidad, mucha»
Pensé en concentrar las ondas al máximo, pero mi cuerpo iba a ser destrozado, miré mis propias manos mientras otra mano dorada venia desde arriba. Dispare una ráfaga de plasma azul desde ambas manos hacia la mano, estrellandome en el suelo del impulso. Seguí disparando hasta que disipé la mano.
-Joven, rindete, no quiero dañarte. Mira la energía que has usado solo para frenar un ataque.
-¿Energía? No te preocupes por eso, puedo luchar de sobra.

Black se encontraba defendiendose del asalto de golpes de Jade y Zafiro sin mucha dificultad, haciéndolos cruzar portales para evitar sus golpes.
Los hermanos se miraron entre ellos, sabían que en museo no podian luchar a pleno poder sin romper nada, pero para sacarlo tendrían que ingeniarselas un poco. Jade pisó el suelo y nervios surgieron de todas partes para enredarlo, este creo portales a su alrededor para cortarlos en seco, pero Zafiro cargó su Meteor braker y golpeó de lejos, usando la presión del aire para lanzar a Black fuera del museo. Ambos hermanos se miraron, y como viendo lo que el otro pensaba avanzaron.
-«Por una vez lo haremos a tu modo Jade, rápido y eficaz.»
-«Espero que entiendas que no es buen momento para disfrutar el combate.»
Tras tantos años viviendo las más impensables situaciones, ambos hermanos habían aprendido a entender los pensamientos con solo un gesto del otro. Zafiro golpeó el asfalto con la palma de su mano, y usando toda su energía creo una cupula de huesos que emergian del suelo, rodeando a Black hasta quedar encerrado a oscuras. Lo que este no sabía es que Jade se encontraba dentro, comenzando a rebotar de pared en pared con sus potentes saltos. De un momento a otro, el gigante ceniza recibió un corte en el pómulo. Se giró para intentar interceptarla con un portal, pero ya recibió otro otro corte en el lateral. Siguió asi, recibiendo cortes superficiales pensando que no le harían nada, pero entonces empezó a sentirse débil, cansado.
-«¿Que está pasando? Se supone que había tomado antídoto contra el veneno de esta mujer.»
Jade seguía cortandole con sus uñas, cubiertas en nervios y estos en veneno. Lo que Black no sabía era que Jade podía cambiar la composición del veneno a placer, dejando antídotos inútiles contra ella.

Anthony preparó varias manos y comenzó a acribillarme, esperé hasta el último momento para evitarlas, propulsandome con plasma azul a por el a alta velocidad. Evitaba las manos maniobrando en el aire, aún asi aumentaron el ritmo y me impactaron contra la pared, golpeando una tras otra, hundiendo mi cuerpo en esta, quedé clavado en un agujero con mi silueta.

Black seguía a ciegas recibiendo golpes de Jade, estaba consiguiendo adormilarlo, necesitaba adrenalina, asi que con último empujon de energía abrió un portal enorme sobre su cabeza, bajando para tragar a ambos. Sin entender como al principio, Jade se encontraba a cientos de metros de altura cayendo, intentó atrapar a Black con unas venas, sin embargo este escapó con un portal, dejandola caer sola. Al aparecer fuera de la jaula de hueso el sólo, Zafiro gritó iracundo.
-¿DÓNDE ESTÁ?
El de ceniza sólo sonrió como respuesta, causando una arremetida del pelirrojo. Con un solo puño la paró y lo derribó.
-No deberias haber gastado todas tus fuerzas en un sólo ataque.

Ambos se acercaron a nosotros, dispuestos a dar el golpe de gracia que acabaría con nuestras vidas. En ese momento, ambos miramos a nuestro destino, el cual nos acechaba como las fauces de un dragón.

Batalla celestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora