Batalla celestial

Capítulo 3: Elise vs Zafiro

Elise salió sin decirnos nada, Jade y yo salimos a ver el combate, cuando estuvieron el uno frente al otro, el fue el primero en hablar.
-Al final si que fuimos rivales.
Sonreía sin preocupación, apoyado en su hacha, ella con sólo una mano movió su espada en un intento de cortarle por un costado, pero apenas arañó su piel. Sorprendida, no se fijó en que Zafiro ya estaba moviendo su hacha, y golpeándole con la parte maciza le mandó a volar, ella intentó levantarse, pero al apoyar el brazo se le veía dolorida. Zafiro no dudó en acercarse a golpear de nuevo. Elise esquivó rodando y cogió su espada, atacando a la rodilla, ésta vez si que hubo corte.
-Ya veo que no eres tan…
Se llevó un martillazo que la mando hacia arriba.
-No, no, y no… no deberías distraerte hablando ante un oponente tan poderoso cómo yo.
Se preparó para golpear en el aire, ella hizo un corte de arriba a abajo para bloquear el golpe, aún así la fuerza de Zafiro era inmensa y le hizo retroceder.
-¿¡T-Tú?! ¿¡Poderoso?! ¡NO ME HAGAS REIR!
Tenía la mano en la cara, tapándose todo menos un ojo, aún así se notaba la mueca sádica que hacía al ver a su oponente.
-Vas a sentir el poder de mi ira…
Respirando más agitada, le cubrió un humo negro y se acercó a Zafiro.
-¿Trucos de magia ahora? No servirán contra mi.
El vió claramente como ella movió la espada, pero no pudo moverse tan rápido, y en un instante empezó a llenarle de cortes mientras reia disfrutando.
-¡Vamos hermano!
Jade le animaba desde mi lado, al oírla, sonrío y se levantó, aguantando unos cortes más, y le pegó un golpe seco en el estómago, dejándola caer de rodillas.
-Eso no era un puñetazo normal…
Tosió sangre y le miró a los ojos.
-Ni para alguien tan grande como tú.
-Eso es porque soy algo superior.
Le iba a dar el golpe de gracia con la maza, y para sorpresa de todos, lo paró con una mano.
-A cada pecado le corresponde una virtud… y por suerte soy muy paciente.
Elise brillaba y se levantó.
-¿Porque no usas el lado afilado?
-No me hace falta contra ti.
Ella cambió al humo negro y le hizo un corte del hombro a la cadera.
-Hazlo o morirás desangrado.
Le puso la espada al cuello, el le apartó unos metros atrás y cogió el hacha, usando el lado afilado.
-Demostraré que eres un insecto.
Lanzó un golpe brutal con todas sus fuerzas, pero ella, volviendo a brillar lo paró con la espada.
-¿Superior decías?
En ese momento, Zafiro separó el hacha en dos, dejando un martillo en su otra mano.
-¿Cómo supo que su arma hacía eso?
Yo estaba sorprendido, no había tenido tiempo de entrenar y ya sabía eso, era aterrador.
-Adiós insecto.
Golpeó el reverso del hacha con el martillo, partiendo en dos la espada y cortandole de arriba abajo. Todos nos quedamos en silencio, y el también cayó. Ambos, abatidos, casi muertos, fueron socorridos por los médicos y se los llevaron, los competidores nos miramos, algunos con confianza, otros nerviosos, pero sin duda, con ganas de más.