Welcome to Silent Hill || BNHA || KatsuDeku

◦ ⛧ﾐ ◦ Chapter VI: Waiting for you

Sus ojos comenzaban a abrirse poco a poco. Vislumbrando primeramente el rostro durmiente del chico de pecas.

Estaban muy cerca.

Su último recuerdo fue que ambos estuvieron caminando bajo la lluvia por mucho tiempo, casi se animaría a decir que estuvieron caminando casi por una hora. Hasta que tomaron una calle que les condujo a una zona de residencias.

Entraron a una casa, y se encerraron en la habitación principal del segundo piso. Incluso habían movido la cómoda y los sillones individuales de la habitación para bloquear la puerta. Después de ello, ambos cayeron en un profundo sueño apenas se acomodaran sobre la cama. La fatiga, tanto mental como física les había cobrado un precio muy alto.

No había notado que estaba tan cerca de él, que unos centímetros más les harían compartir el mismo aire. El clima continuaba con sus lluvias y truenos, pero ahora la temperatura había descendido un poco más. Lo suficiente para calar en la piel, pero no en los huesos.

Usaban las cobijas de la cama para protegerse del frío, incluso si estas desprendían cierto olor a viejo mezclado con polvo y humedad.

Se obligó a levantarse de la cama cuando a dicho aroma de las cobijas le siguió otro aroma más sutil, pero que él sabía identificar muy bien.

Sangre.

Izuku tenía muchas heridas por el cuerpo que no habían sido tratadas, y él no podía dejar que dichas heridas les afectaran en su viaje. Con pesar, se levantó de la cama lo más despacio que pudiera para no despertar al otro.

En la habitación había otra puerta que conducía al baño, al cual entro sin dudar. Comenzó a rebuscar en el algo que pudiera serle útil.

El baño tenía al fondo una tina y una regadera. No había cortina, pero tenía una espeluznante mancha de sangre contra sus azulejos que por el paso del tiempo habían dejado de ser blancos. Estaba el retrete, y el lavamanos, y así como los azulejos de la regadera, todo el piso estaba de un color café por suciedad. El espejo no estaba limpio tampoco pero su limpieza no era lo más llamativo, lo llamativo estaba completamente estrellado del centro. Estaba destrozado en el centro, con una mancha de sangre.

Bakugō encendió el foco del baño, dejando que se alumbrara con una luz amarillenta y que titilaba de a los pocos segundos de haberse encendido.

Al entrar completamente al baño, dejo la puerta entre abierta. Necesitaba hacer cierta necesidad básica.

Al terminar de orinar, tiro de la cadena y el sonido del retrete vaciándose le hizo pensar de nuevo que aquel lugar era particularmente interesante. Se suponía que estaba abandonado a saber por cuantos años, y aun así, el sistema de drenaje funcionaba al igual que el de la luz y el gas.

No eran simples coincidencias.

Dicen que la ignorancia es la felicidad. Y él por primera vez en su vida, agradecía esa clase de ignorancia. Sentía que entre menos supiera de ese pueblo, mejor sería para su poca sanidad mental. Ya suficiente había tenido con estar en aquel otro mundo y de haber tenido esa alucinación de su Madre.

Procede a lavarse las manos, con agua y algo de un jabón en barra que había por ahí. Su aspecto no lucia confiable, y tenía ciertas partes secas que le hacían desconfiar todavía más. Lo olfateo un poco antes, dejando que un aroma a moras y tierra se oliera en él.

Lo dejo bajo el chorro de agua, usando sus manos para limpiar el exterior. Paso así unos cinco a diez minutos, y después de ver al jabón de nuevo, este parecía completamente nuevo. Tenía un color blanco, con pequeñas manchitas en purpura que eran las que daban aquel aroma a moras.