◦ ⛧ミ ◦ Chapter XII: Restless Dreams

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Todo lo que conocemos; historias, leyendas, tradiciones, rituales, los héroes, los villanos e incluso los monstruos de aquellos cuentos que nos contaban de pequeños, tienen un origen. Todos tienen algo que los ha convertido en lo que son ahora. Ya sea una tragedia o un don, una maldición o un sueño. Todo tiene un origen.

La historia de dos almas rotas, que se conocen en la oscuridad del infierno, saldrá a la luz. Esperando la aceptación mutua o el terrible rechazo.

Puesto que incluso, entre los monstruos existen las clases. Y entre ellos mismos, existe el miedo a los de su especie.

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Izuku había descubierto su segundo lugar favorito en el mundo. Y ese era el pecho de Katsuki. Era cálido, su respiración era lenta y los latidos de su corazón eran tan rítmicos, que bien podría quedarse ahí toda su vida siendo arrullado y consentido.

Después de entregarse en cuerpo y alma para Bakugō, y dormir otro rato, al despertar tomaron una ducha con agua fría para limpiarse y volver a la cama sin incomodidades. Se abrazaron. Ajenos a la situación donde estaban.

Midoriya sabía que de seguir así, Silent Hill les enviaría algo para hacerlos salir, pero en ese momento no podría importarle menos. Sentía que podría enfrentarse a cualquier mal mientras Bakugō estuviera a su lado. Permitió a su mente estar tranquila y en blanco, con el único pensamiento de hacer círculos sobre la piel de Katsuki.

Jamás en su vida pensó que existiría un momento de auténtica paz, de auténtica felicidad como en ese momento, donde nada más importaba. Y con ese hilo de pensamientos, fue que llego a una conclusión que estaba pensando desde hacía un rato.

Algo que tenía y sentía ganas de decirle a Bakugō; contarle su vida.

Sí algo entendió cuando Momo y lo que paso con Shindō y los otros dos, es que nada en Silent Hill es seguro. Podrían encontrarse otras personas más peligrosas que los maten de verdad, porque la debilidad de Shindō y sus amigos fue subestimarlos y confiarse demasiado.

¿Y si las otras personas no lo hacían? ¿Y si esas personas los mataban en el acto? Podría pasar cualquier cosa. O bien, podría aparecer un monstruo mucho peor que los matara. Podrían volverse locos en Silent Hill o alejarse de nuevo por alguna razón.

Y jamás podría decirle a Bakugō su vida, jamás podría sentirse completo y amado.

Izuku pensó, medito y por fin después de algunos minutos en silencio, decidió que era momento de hablar con Bakugō. Quería que supiera su historia, que lo conociera completamente y estar seguro que a pesar de todo lo que iba a contarle, este siguiera a su lado.

Que no lo viera como un muerto, o un desecho. Quería estar completamente seguro que Katsuki lo amaba tanto como él.

Se apartó de los brazos de Bakugō, quien confundido pregunta:

— ¿Qué pasa?

—Necesito hablar contigo de algo.

Katsuki le imito, y así como Izuku, se sentaron sobre la cama, apartados por la decisión del chico de verdoso cabello.

Midoriya junto su pierna derecha a su pecho y se apoyó sobre ella. Suspiro y después hablo.

—Quiero contarte mi vida... —Dijo y observo por breves instantes a Katsuki.

—Sabes que no es necesario.

—Pero quiero hacerlo. S-Sí vas a estar conmigo... —Hizo una pausa antes de volver a suspirar por los nervios. — Sí vas a quedarte conmigo, quiero que sepas todo.

Welcome to Silent Hill || BNHA || KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora