◦ ⛧ミ ◦ Chapter VII: Our Hells: Psychiatric

2.8K 335 599
                                    

Nuestros infiernos: Psiquiátrico

Si no estuviese acostumbrado a ser observado mientras se duchaba, aquella experiencia con Bakugō pudo ser una de las más incomodas de su vida. Sin embargo, esta vez no estaba completamente desnudo como siempre.

La idea para que no fuera tan incómodo para ambos, fue que Izuku mantuviera su ropa interior puesta.

Katsuki lo estaba sosteniendo de un brazo mientras que él usaba su brazo libre para tratar de limpiarse con el jabón. El agua que salía de la regadera estaba completamente fría, aunque era soportable. Añadiendo de que no sería la primera vez que se bañaba con agua como esa.

En algún punto de su vida, el agua caliente se convirtió en un lujo por el que debía pagar.

Limpiarse y hacer lo posible por "tallar" un poco más, era una tarea complicada usando solamente una mano. Tanto que debió pedirle ayuda a Katsuki para limpiar su cabello y espalda.

La mano que ayudo a limpiar su magullado cuerpo, se sentía terriblemente caliente por el contraste del agua. Todas las veces que la piel de Bakugō toco la suya, las descargas eléctricas surcaban todo su cuerpo sin piedad. Temblaba incluso por el contacto.

Le encanto aquel contacto de pieles. Aquella manera en que la mano del otro le tocaba, incluso si solo era para ayudarle, se sentía terriblemente bien. Fingió varias veces que sentía picazón en la espalda para que Bakugō le tocara más.

Tuvo cuidado de controlarse de la cintura para abajo. No quería incomodar a su compañero.

Sintió la urgencia de limpiar un poco aquella zona baja, así que Katsuki se dio la vuelta e Izuku se sujetó de su hombro para no perder por completo el equilibrio. Se deshizo de su última prenda de ropa y se limpió.

Dejaba escapar algunos soniditos de bufidos ante el agua fría tocando partes así de sensibles, y después, usando cobijas extras que encontraron y que usaron como toallas, Izuku termino sentado en la cama ya con su nuevo pantalón y playera.

Bakugō de su parte, entro a bañarse. Dejo la puerta entreabierta por si cualquier cosa sucedía, ya que con la amenaza latente del pueblo sobre ellos, no podían darse el lujo de apartarse demasiado.

Midoriya pensaba en las cosas. En que nada tenía sentido. Y a la vez si tenía. Sonaba contradictorio y a algo que podría decir un loco, o que solo los locos entenderían para poder explicar.

Se quedó mirando sus tenis rojos mientras continuaba en su laguna mental de cosas que trataba de explicar. Pero su mente, siendo tan sabia y queriendo protegerse de un colapso por no llegar a nada, analiza sus propios tenis. Desgastados, viejos, rotos y con su color más opaco cada día.

No podía recordar el día que los compro, ni cómo fue que le termino por gustar tener esa clase de tenis. Solo sabía que le gustaban, que su color rojo era tan brillante que destacaba demasiado de su persona, y que eran lo más parecido a unos compañeros que ha tenido en su vida.

—Sí que he estado solo...—Medita para si en voz alta y no evita soltar una pequeña risita amarga. Ojala las cosas hubiesen sido diferentes. Se inclina con dolor para tomar uno de su tenis, mismos que se sienten algo húmedos por la lluvia de antes, pero no había más tiempo que esperar a que se secaran.

Se colocó uno y ato las cintas. Regreso a su posición inicial, y antes de inclinarse de nuevo por el otro, sintió dos brazos terriblemente helados abrazarle por los hombros.

— ¿No me extrañas, Deku?—Le susurra aquella voz femenina, directo en el oído. Y el frío se incrementa.

Un tic se genera en su ojo derecho al recordar ese apodo con el que siempre solían llamarle en el psiquiátrico. Un apodo que quizá comenzó siendo algo lindo, pero que termino por volverse una maldición sobre su persona. Odia aquel apodo. Odia a la persona que se lo ha dicho. Odia con tanta fuerza que su cuerpo entero tiembla, pero contradictoriamente a toda la rabia que tiene, no puede moverse.

Welcome to Silent Hill || BNHA || KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora