◦ ⛧ミ ◦Chapter IV: Our Hells: Library

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Nuestros infiernos: La biblioteca

El primer punto al que llegaron, fue la Biblioteca. Aquel enorme lugar de dos plantas y con un área que bien podría abarcar cinco casas amplias a lo ancho. Puesto que no solamente era una biblioteca, sino que también parecía ser uno de sus lugares históricos e incluso museo.

Katsuki había visto el edificio desde fuera, y no evitaba pensar que era una mala idea adentrarse.

Aunque todo en aquel lugar daba la misma impresión, no importaba que edificio vieras. Todos te hacían sentir que era una mala idea entrar. Todos parecían potenciales trampas mortales llenos de monstruos o locos. Agradecía que no hubiera locos ahora que lo pensaba.

Escucho decir a Izuku, que la biblioteca tenía una habitación especial para las reuniones del culto. También añadió que, al tratarse de un lugar como ese, bien podrían encontrar mucha más información de la que pensaban. Eso al menos le daba aliento al chico de ojos carmín a investigar ese lugar, ya que Midoriya no sabía dónde estaba o podría estar aquella habitación. Así que debían de buscar por todo el sitio, cosa que baja los humos.

—Usaremos las radios que encontramos en el auto patrulla para comunicarnos en caso de que nos separemos. —Informa Izuku, abriendo la enorme puerta de madera. Misma que no evita quejarse ante el movimiento en un chirrido que les pone los pelos de punta.

Por alguna razón, los sonidos fuertes en aquel lugar eran demasiado inquietantes. Como si con ellos invocaran al mal que con tanto empeño parecía buscarlos.

— ¿Qué nos has visto las películas de terror o qué? Si nos separamos nos mataran. —refuta Katsuki, entrando primero y esperando a que el otro termine de cerrar la puerta.

—Pero aquí no están esos asesinos Katsuki, no pasara nada. —Trata de calmar el pecoso mientras rebusca entre sus cosas una linterna. —Además dije, "si" es que nos separamos... — Su ultimo comentario hace al otro suspirar con molestia.

El lugar si bien esta vagamente iluminado por lo poco de la luz natural de fuera, no podían contar solo con eso. Había o podría haber muchos lugares dentro donde la luz de exterior no pudiera ser suficiente.

Bakugō había perdido su linterna cuando huía de aquella cosa la vez pasada, pero, al haber encontrado aquella patrulla donde no solamente encontraron las radios, sino también un poco de munición, al menos para el arma de Izuku que era una 9mm, y una escopeta con munición extra que cargaba Katsuki, también encontraron una linterna, aunque esta no daba la misma luz que la linterna de Midoriya.

Midoriya llevaba una linterna más grande y de mayor potencia, a comparación de la que Bakugo tomo que era pequeña y que si bien daba luz, no se comparaba demasiado a la que portaba el chico de cabellos verdes.

Lo primero que les recibía, era la recepción. Un espacio donde estaba el amplio escritorio de seguridad a la derecha y a la izquierda una pequeña sala con algunos viejos sofás, plantas muertas y macetas vacias, así como algunos cuadros.

Izuku camino hasta donde estaba el escritorio con Katsuki siguiéndole en todo momento, para buscar informacion.

Había varias hojas esparcidas, lápices y plumas por igual. Lo perturbador fue ver unas manchas de sangre seca sobre algunas hojas y un área del escritorio.

—¿Crees que hay algo de informacion sobre ese culto?—pregunta Katsuki, mirando por su cuenta algunas hojas también.

—Quizá no tan explicito, pero debe haber registro de algo.—responde Midoriya, revisando lo poco que aquellas hojas puedan darle.

Welcome to Silent Hill || BNHA || KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora