Welcome to Silent Hill || BNHA || KatsuDeku

◦ ⛧ﾐ ◦ Bad Ending◦ ⛧ﾐ ◦

Katsuki lo amo después de todo el daño que le habían hecho. Y estaba seguro que, así como Katsuki jamás se rendía, él también debería estarlo buscando, luchando contra sus miedos como ha demostrado hacerlo desde que se conocieron.

Y todo por él.

Los únicos monstruos ahí eran los que trataban de separarlos. Los que buscaban herirlos. Ellos eran los malos de esa historia, no ellos que solamente buscaron venganza y que debían pagar por crímenes que fueron obligados a cometer.

Fue entonces que el nudo desapareció, pero no las lágrimas. Comenzó a moverse, a luchar mientras pensaba en la imagen de Katsuki, viéndose feroz con esa hacha y esa abrumadora sonrisa de desquiciado que solía poner cuando atacaba.

¡Que importaba si Kacchan era un monstruo! Él estaba dispuesto a amarlo si lo fuera. Porque ha sido el único que conoció, que lo ha amado de verdad y que no haría nada para herirlo.

Si Kacchan lo estaba buscando también, si él tenía la fuerza para salir de sus peores momentos, ¿por qué él no? También era fuerte, también era valiente.

—... Deku significa un inútil muy valiente y fuerte que me ha salvado muchas veces. Un inútil que nunca se dio por vencido. Sí, eso significa Deku— Las lágrimas en ese punto se habían hecho mucho más fuertes a medida del recuerdo.

Él podía pelear con todas sus fuerzas para salvar a Katsuki como otras veces lo hizo.

Jalaba su cuerpo al frente, apartando las manos que querían retenerlo ahí en ese abismo oscuro y vacío. Incluso si su cuerpo dolía, si sus músculos quemaban al moverse, no pensaba en rendirse.

Soporto mucho dolor, que unos simples desgarres no le impedirían moverse. Se movía una y otra, y otra vez, hasta que por fin fue capaz de salir de la pared, cayendo y golpeando sus rodillas. Todo el dolor de su cuerpo había golpeado como una ola salvaje, y aunque se retorció un poco, no le evito sentirse de cierto modo feliz por haber salido de ahí.

Jadeo con fuerza, como si en un momento hubiera sido incapaz de respirar y ahora mismo lo estuviera haciendo de nuevo. Como un renacer.

—¡¿Acaso estás loco?! ¡¿Por qué quieres luchar?! ¡¿Es que no sabes lo que va a pasarte?! ¡Vas a morir! —grito su copia al verlo.

—¡CALLATE! —grito en respuesta Izuku, poniéndose de pie, aunque fuera doloroso. Incluso se tambaleo al hacerlo— ¡No importa lo que digas, lo que me grites o que quieras hacerme sentir! ¡Estoy hasta la verga de dejarme mangonear por mis inseguridades y por toda la porquería que me hicieron! ¡Estoy harto de ser así! Que importa si estuve solo después de perder a mi Madre, al fin encontré a alguien con quien quiero estar y él quiere estar conmigo.

Midoriya aderezo todo su cuerpo, incluso sin dejar de llorar mantenía el ceño fruncido y los puños cerrados, aunque temblando.

—¡NO QUIERO ESTO, NUNCA MÁS! —grito a todo pulmón como un finalizado, corre hacia donde estaba su copia para golpearla.

El puño impacto con algo, pero no era un ser humano lo que su puño golpeo.

Había golpeado un espejo.

Un espejo que al momento en que su puño colisiono, se quebró en miles de partes. Aparto el puño cuando la punzada le calo y la sangre le empezó a correr por la herida abierta.

Pronto toda la habitación se fue deshaciendo en pedazos como un espejo. Hasta que de nuevo apareció en su habitación del psiquiátrico. Claro, seguía siendo la habitación del hospital del otro mundo, pero ahí estaba de nuevo.