Capítulo 12.

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Luke dormía plácidamente a mi lado y yo me dedicaba a deleitarme con las vistas. La noche anterior había dejado las persianas abiertas a propósito para que la luz inundase la habitación. Desde mi punto de vista, Luke parecía un ángel.

Estiré mi cuello y observé la hora en el despertador de mi mesilla. Las nueve de la mañana. Me levanté de la cama y me dirigí al baño para hacer mis necesidades fisiológicas.

Hice pís, para entendernos.

-¿Victoria? Vuelve a la cama, anda. –llamó Luke.

-Venga, despierta que son las nueve.-dije acercándome a la cama.

-Es jodidamente temprano, haz el favor de meterte en la jodida cama. –dijo con la voz impresionantemente ronca tirando de mí hacia él y poniendo su brazo sobre mi barriga.

-Luke.

-Duérmete.

Comencé a darle besos por toda la cara pero en ningún momento llegando a sus labios. Él sonrió y se tapó la cara con ambas manos.

-Buenos días, pingüino. –reí.

-Buenos días, cabezota. –sonrió.

-¿Puedo hacerte una pregunta? –dije.

-Claro. –asintió él, incorporándose sobre uno de sus brazos.

-¿Por qué siempre me llamas Victoria?

-Porque tu nombre significa “la que ha triunfado” y es demasiado majestuoso como para acortar una sola letra siquiera.

-¿En serio?

-Totalmente. Aunque tampoco me importaría llamarte Vic de vez en cuando.-dijo depositando un suave beso en mis labios.

Bajamos a desayunar y decidimos hacer lo que mejor se nos daba: café y tostadas. Mientras esperaba pacientemente a que las tostadas se hiciesen, Luke me abrazó por la cintura y comenzó a dejar suaves besos en mi hombro.

Finalmente, las tostadas salieron y fuimos a desayunar al salón, donde Luke me obligó a apoyar mi cabeza en su regazo mientras veíamos algún programa malo en la televisión. Intenté incorporarme para recoger los platos y meterlos en el lavavajillas pero él me lo impidió.

-Luke, tengo que limpiar esto. –protesté.

-Yo lo hago.

-Casi que prefiero seguir teniendo mis tazas de una pieza. –dije con sorna.

-Anda, no seas boba. Ya lo haré después, me gusta tenerte así de cerca.

-No sé si decirte que eres un cursi por la frase o un pervertido porque tengo mi cara a cinco centímetros de tu pene, Hemmings.

-Eres la persona que mejor destruye los momentos bonitos, Riley. –protestó levantándose.

Recogió las tazas y el plato donde habíamos puesto el desayuno y se marchó a la cocina soltando un bufido. Puse los ojos en blanco y le seguí hasta ponerme detrás de él. Observé como ponía con furia pero cuidadosamente las cosas en el lavavajillas. Se giró para encontrarse conmigo mirándole fijamente y se cruzó de brazos.

-¿Qué?

-Que tengo otra pregunta.-dije riendo.

-¿Qué?

-¿Por qué llevas bóxers de Tortugas Ninja?

Luke sonrió y sacudió la cabeza mirando hacia los mencionados bóxers.

-No son míos, son de Michael.

- Ya, claro de Mike. –dije irónicamente.

-¡Es cierto! Los míos estaban todos sucios. Pienso mucho en ti cuando estoy solo. –dijo alzando ambas cejas.

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