Capítulo 6.

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Maratón 1/3

Cal: Tienes que perdonarles, Vic.

Vic: Pero es que me lo deberían haber dicho.

Cal: Te dijeron que no querían desanimarte.

Vic: No es excusa.

Cal: Victoria Jane Riley, haz el favor de perdonarles.

Vic: Calum Thomas Hood… me lo pensaré, te lo prometo.

Cal: Bien hecho, pequeña cabezota. Te dejo que vamos a salir ya al escenario.

Vic: Vale, tortuguita, buena suerte.

Y así pasábamos Calum y yo los días. Él intentando que yo perdonase a Michael y Luke y yo negándome a hacerlo. Aunque tenía que admitir que habían sido un cielo no diciéndomelo para no fastidiar la tarde.

Antes de ir a Londres decidimos salir con nuestros padres a comer para despedirnos de ellos. Terminamos yendo un fin de semana entero a la casa que tenían los padres de Kat en la playa.

-Entonces, habéis decidido ir a Londres sin conocer a nadie allí.-repitió mi madre.

 Ella quería que cumpliésemos nuestro sueño, yo lo sabía. Pero le era difícil dejar ir a su niña. Aunque lo cierto es que llevaba un año viviendo con Kat… Mi madre es rara.

-De hecho conocemos a unos amigos, que se han mudado allí y… ¡AY!-Kat gritó como respuesta a mi puntapié.

Se suponía que nuestros padres no iban a hacer un mundo de esto y con esta información tendrían excusa para un interrogatorio.

-Así que amigos…-comenzó mi padre, dándonos pie a continuar.

-Kat, eres una bocazas.-le susurré a mi mejor amiga.-Papá, no pienses mal, solo somos amigos.

-¡Paul, trae el iPad!-gritó mi madre poniendo una mirada que parecía decir “os hemos pillado jovencitas”

Mi hermano llegó con el iPad puesto por mi página de Instagram. Más concretamente en una de las fotos que teníamos con los chicos.

-¿Estos son vuestros amigos? Se parecen mucho a ese grupo que tanto os gusta.-dijo elocuentemente el padre de Kat.

Nosotras asentimos y nos preparamos para el tercer grado al que seguro iban a someternos.

···

El avión a Londres llevaba retraso de una hora, con lo que Kat se ponía cada vez más nerviosa. Lo único es que no tenía muy claro era si era porque los chicos (Ashton) irían a recogernos al aeropuerto o por el retraso del avión.

-¿Vic?-me llamó.

-Quedan quince minutos, Kat.

-Bien.

-¿Estás nerviosa?-pregunté para picarla.

-Claro que lo estoy. Voy a ver a Ashton después de mes y medio. Y Calum dijo que estuvo con aquella chica en Los Ángeles…

-Tú te liaste con aquel tío hace dos semanas.-le recordé.

-¡Pero no me acosté con él, Vic!-dijo frustrada.

Yo reí y le di un beso en la mejilla para tranquilizarla. Subimos al avión y respiramos hondo preparándonos para ocho horas de vuelo.

Cuando llegamos a Heathrow recogimos las maletas y mandamos un mensaje a los chicos para saber si ya habían llegado, recibiendo una respuesta positiva.

Recogimos las maletas y salimos a la sala de llegadas, dónde cuatro enormes chicos australianos esperaban con unas sonrisas de anuncio de pasta de dientes. Hasta parecían niños buenos, y todo. Parecían. Corrimos hacia ellos y saltamos casi derribándolos con el abrazo. Casi.

-Hola, chicas.-dijeron al unísono.

Ashton cogió a Kat por la cintura y la acercó hacia el depositando un beso en su frente. Ella sonrió y respondió a su gesto pellizcando su mejilla.

-Vic… esto… ¿Sigues enfadada con Luke y conmigo?-dijo Michael.

Miré a Calum que arqueó una ceja y negó con la cabeza. ¿Seguía enfada con ellos? Michael era probablemente uno de los mejores amigos que había tenido nunca, y Luke… bueno, Luke era Luke.

-Estaré enfadada con vosotros a no ser que me compréis cuatro tabletas de chocolate, Mickey.-dije sonriendo. Se les iluminó la mirada al oírme decir “Mickey” y me abrazaron a la vez que me revolvían el pelo.

-Espera.-dijo Ash de repente.

-¿Qué pasa?-preguntamos todos.

-Si a Cal lo llamas “tortuguita” y a Mike “Mickey” ¿Luke y yo que somos?

-Oh, sencillo: sois el pingüino retrasado y el chico bandana.

-¡Pero si yo no soy retrasado!-protestó Luke.

-Tú sabes que llevas la camiseta al revés, ¿verdad?-repliqué.

El miró hacia abajo y maldijo en voz baja. Corrió al baño mientras nosotros nos reíamos sin ningún tipo de piedad. Éramos los mejores amigos del mundo, nótese la ironía.

Los chicos nos llevaron en el furgón a la casa que habíamos comprado en Baker Street con ayuda de nuestros padres.

-¿Baker Street?-preguntó Luke frunciendo el ceño.

-Elemental mi querido Luke.-respondimos Kat y yo a la vez.

Entramos a la casa y empezamos a desempaquetar y a colocar los muebles. Los chicos fueron un cielo intentando ayudarnos.

Y digo intentando porque Michael se cargó un jarrón. Al menos era feo.

Al final del día estábamos todos sentados en el suelo viendo Como conocí a vuestra madre cuando tocaron la puerta. ¡La pizza! Me levanté y cogí la cartera para pagar pero la voz de Ashton me detuvo a medio camino.

-Vic… No te pongas nerviosa, pero… TE ESTÁS DESANGRANDO.-gritó Ashton levantándose y toqueteándome la cara.

-¡Pero qué demonios dices!-dije confundida.

-AY LA LECHE QUE ES VERDAD. NO, VIC, NO TE MUERAS, RESISTE.-gritó Calum en respuesta, siguiendo a su amigo, la desesperación y la preocupación evidentes en su mirada.

-Tíos.-dijo Luke intentando disimular la risa.

-CÓMO PODÉIS ESTAR TRANQUILOS CUANDO VIC SE ESTÁ DESANGRANDO.

-Pero Ashton…

-TU MEJOR AMIGA SE ESTÁ DESANGRANDO Y TÚ NI TE INMUTAS.-escupió Calum.

-Tíos.-volvió a probar Michael.

-TRANQUILA VIC, NO VAS A MORIR, NO LO PERMITIRÉ. ¡ASHTON! LLAMA A UNA AMBULANCIA, CORRE.

-CHICOS, QUE SOLO LE HA BAJADO LA REGLA.-gritamos Luke, Mike, Kat y yo al unísono.

-No jodas.-dijeron Calum y Ashton. Sus caras eran de poema.

Australian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora