Capítulo 8.

522 38 6
                                    

Maratón 3/3

El agua caliente caía sobre mí pero, yo no hacía absolutamente nada que más que estar sentada en la ducha mirando al infinito. Solía tener estos momentos muy a menudo desde que había vuelto a hablar con Evan, hacía ya dos semanas.

De entre lo que me había contado sabía que lo había dejado con su novia, que seguía ilusionado por estar en Nueva York, que vendría a pasar unos días a Londres… y no mucho más.

Mi teléfono sonó interrumpiendo la música, de modo que me sequé la cara y una mano y descolgué la llamada.

-¿Diga?

-¡Hola, Victoria!

-¿Qué tal Luke?

-Aburrido, ¿qué haces?

-Ducharme.

-¡¿ESTÁS DESNUDA?!-gritó y casi podía sentir su sonrisa a través del teléfono.

-No Luke, me ducho con vestidos de noche.

-¿Y puedo ir? Ya sabes, a restregarte la espalda.-dijo. Seguro que estaba sonriendo de lado.

-Eres un pervertido, Hemmings.-reí chapoteando.

-Ya, ya, ya, pero puedo ducharme contigo ¿sí o no?

-¡Por supuesto que no!-exclamé.

-Que aburrida eres, Riley.

-Lo que tú digas. ¿Me dejas terminarme de duchar?

-Vale. Te odio.

-Te odio.

-A lo mejor “te odio” es nuestro siempre.

-Cuelga el teléfono, Hemmings.-reí para después oír el pitidito que indicaba el fin de la llamada.

Salí de la ducha y me puse lo primero que vi, para sentarme en el sofá. Puse la tele e hice un poco de zapping hasta que me detuve en un canal en el que estaban dando un maratón de Modern Family.

Estuve viendo un par de capítulos hasta que me percaté de que tenía varios mensajes en el móvil. Tras debatirme duramente sobre si coger el móvil o no alargué la mano, haciendo todo lo posible por alcanzar el aparato sin levantarme del sofá.

Evan: ¿Te hace una cena de Burguer King?

Vic: ¿Ahora?

Evan: Estás vestida, que te estoy viendo por la ventana.

Vic: ¿Me estás acosando, Evan?

Evan: Un poco. Anda vamos, que nos cierran.

Sonreí y cogí las llaves y la cartera mientras abría la puerta para encontrarme con Evan. Antes de que pudiese darme cuenta, el entrelazó nuestras manos y depositó un pequeño beso en mis labios.

Llegamos al Burguer King y pedimos lo primero que se nos pasó por la cabeza. De repente actuábamos como si nunca hubiésemos roto. Y lo peor de todo, es que aún sabiendo que era un error, yo estaba bien con la situación.

Después de cenar decidimos dar un paseo por un parque cercano. Nuestras manos entrelazadas y hablábamos de cualquier tontería. Quien nos viese pensaría que llevábamos toda la vida juntos. Y no se equivocaría tanto.

-¿Evan?

-¿Qué pasa, cielo?

-¿Te das cuenta de que no estamos juntos y actuamos como si lo estuviésemos?-inquirí. Él se volvió hacia mí y acunó mi cara entre sus manos.

-¿Qué dices bebé? Ambos sabemos que nunca hemos dejado de estar juntos.-sonrió invitándome a estar de acuerdo con él.

Asentí y él me besó, como tantas otras veces, en las que sentía que ese era mi sitio, al lado del chico más perfecto del mundo.

Pero ese beso fue diferente. Sentí felicidad, pero no la acostumbrada gloria que sentía cuando besaba a Evan. “LUKE” gritó mi subconsciente. No le hice caso.

Esa noche, y aprovechando que Kat se quedaba en casa de Ashton (otra vez), invité a Evan a quedarse, a lo que él aceptó sin rechistar.

-Sólo dormir.-le dije sonriendo.

-Sólo dormir.-asintió. Qué equivocados estábamos.

···

-¡VIC! ¡VIC, YA ESTOY EN CASA!-gritó la voz de Kat a la mañana siguiente. Me volví hacia Evan y me acurruqué junto a él.

-¡NOSOTROS TAMBIÉN ESTAMOS EN TU CASA!-gritó Mike.

Abrí los ojos como platos y me tensé. En menos de diez segundos me había puesto la camiseta de Evan, me había hecho una coleta y había bajado la escalera.

-Tía, qué bien te quedan las camisetas de Evan, en serio…-dijo Kat con una taza de café en la mano.-Espera… ¡TE HAS ACOSTADO CON EVAN!-gritó, dejando caer la taza al suelo y haciendo que se rompiese en mil pedazos.

Puse los ojos en blanco y me acerqué al sofá para saludar a nuestros chicos. Nuestros. De nadie más.

Vale, quizá de sus madres. Pero sólo eso.

-Eh, la pequeña Vic ha tenido rumba esta noche.-dijo Calum mientras le abrazaba.

-Nuestra niña se hace mayor.-secundó Ashton fingiendo engujarse una lágrima.

-Sois de lo peorcito, de verdad.-protesté.

Ellos rieron y me obligaron a sentarme en una silla con todos ellos en el sofá contándoles cómo había sido todo. Así que me senté y empecé a relatarles como habíamos estado actuando toda la noche como si nunca hubiésemos roto. Sin embargo, omití el detalle de que el beso no había sido como los anteriores. De que no había sentido lo mismo.

-¿Entonces estáis juntos?-preguntó Kat, la desconfianza notable en su voz.

-Pues no lo sé. Después de lo que dijo anoche, supongo.-respondí encogiéndome de hombros.

-¡Oh, Dios, tía, que sensacional!-exclamó Ashton poniendo voz chillona y golpeando a Michael en el brazo. Éste lo miró atravesado y sacudió la cabeza.

Los demás nos burlamos un buen rato de Ashton y preparamos entre todos el desayuno. Zumo, café y tostadas. Elaboración a tope, sí señor.

-¿Vic?-llamó Evan.

-¡En la cocina!-respondí.

Evan entró restregándose la cara y sin camiseta. Nos vio a Kat y a mí sentadas tranquilamente entre los cuatro chicos y frunció el ceño, confuso.

-Evan, estos son Luke, Michael, Ashton y Calum.-dijo Kat seca. Creo que no le gustaba la idea de que hubiésemos vuelto.

-Encantado, chicos.-dijo Evan dando un apretón de manos a cada uno.

-Igualmente.-dijeron los cuatro al unísono. Sin embargo, podía adivinar cierto rencor en su expresión.

-Esto… Vic… tengo que irme, se ha hecho tarde…-dijo Evan dirigiéndose a mí.

-¡Oh, claro! ¿Tu camiseta?

-Quédatela, me pondré la sudadera.-sonrió.

Una vez estuvo decentemente vestido para salir a la calle, le acompañé hasta la puerta donde juntó sus labios con los míos en un corto beso antes de irse.

-Te quiero.

-Te quiero.

Australian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora