Los descansos para comer en la facultad duraban unos cuarenta y cinco minutos aproximadamente. Por su parte, los descansos de grabación para comer duraban una hora y media.
De esta manera, todos los días Luke hacía lo posible por colarse en el campus de la universidad. Nos encerrábamos en un aula y dedicábamos la mayoría del tiempo a hacer deberes de odontología.
Lo irónico es que yo estudiaba Derecho.
Así habíamos pasado meses. Escondidos de las miradas de todo el mundo, mintiéndole a los periodistas y a mis padres. La frase “sólo somos amigos” la habíamos repetido tantas veces que ya habíamos conseguido que pareciese verídica.
Al cabo de dos meses, todos se lo habían creído. Al menos, de puertas para afuera. Nadie sabía que Luke podía quedarse en mi casa durante semanas, o al revés. Nadie sabía que se colaba en la universidad para estar conmigo, así como nadie sabía que yo me colaba de vez en cuando en el estudio de grabación y me dedicaba a distraer a Luke todo el tiempo que pudiese.
Sin embargo, los exámenes se acercaban y con ello se reducía drásticamente el tiempo en el que no estaba estudiando o gritándole a mi madre por teléfono, lo que nos impedía a Luke a y a mí disponer de tiempo para estar juntos.
Ese día yo tenía el último examen del semestre y apuraba repasando hasta el último minuto posible.
Luke estaba tumbado en el suelo a mi lado y trapicheaba en su móvil mientras yo repetía una y otra vez el contenido del examen.
-Luke, creo que voy a entrar en el examen. –dije una vez repetí de un tirón lo estudiado.
-Oh, de acuerdo. ¿A qué hora saldrás? –preguntó incorporándose.
-A las siete.
-¡Perfecto! Te invito a cenar.
-Luke… –advertí.
-Que sí, que me llevo a Michael. –dijo dándome un beso en la frente. –Buena suerte, Victoria.
Recogí todos mis apuntes del suelo y los metí como pude en mi mochila para encaminarme presa de los nervios.
Me senté al final del aula y tomé una profunda bocanada de aire preparándome para hacer el examen. Una vez tuve la hoja delante me dediqué a deslizar mi bolígrafo por ella esforzándome en dejar bien claros los puntos que desarrollaba.
Tras cuatro angustiosas horas de examen recogí mis cosas y volví a respirar hondo al salir. No tendría los resultados hasta una semana más tarde, pero la suerte de que hubiese sido el último examen antes de las vacaciones aliviaba la tensión.
Entré en el baño y me eché agua en la cara para desestresarme. Esa noche pensaba salir a cenar con Luke y Mickey y después los convencería para ir al cine. Iba a tener mi tarde de vagueo y no me lo iba a quitar nadie.
-Pues yo creo que Luke tiene novia o algo –dijo una voz desde fuera.
Me metí en una de las cabinas de los retretes y me senté a escuchar su conversación. Una reacción estúpida, ya que Luke y yo no salíamos, y desde luego no habíamos hecho lo nuestro (lo que fuese que teníamos) público.
-¿Por qué lo dices? –dijo otra voz.
-Porque hace ya un par de semanas que no mira a las chicas de la primera fila como si quisiese tirárselas allí delante de todos. –contestó la primera chica.
-Serán feas. –respondió su amiga. Reprimí una risita.
-Lea, yo era una de esas chicas.-replicó la primera voz.
Decidí salir del baño, fingiendo que no me interesaba lo más mínimo su conversación. Tiré de la cadena y abrí la puerta dirigiéndome a los lavabos a echar agua sobre mis manos. “Qué estúpida me siento” pensé. Sin embargo, al levantar la mirada al espejo vi a ambas chicas mirándome atentamente.
Fruncí el ceño al reconocerlas y me di una bofetada interiormente al no haberlo hecho por sus voces. Lea y Amber estaban conmigo en clase y había hablado con ellas millones de veces. Me caían de maravilla y más de una vez habíamos ido a tomar un café entre clases las tres juntas. Aún así, jamás me mencionaron que fuesen fans de los chicos, así como yo no les mencioné que éramos amigos.
-¡Hola, chicas! No sabía que estabais aquí. –saludé.
-Hola, Vic. ¿Qué tal ha ido el examen? –preguntó Amber acercándose y dándome un abrazo que devolví gustosamente.
“¿Qué haces, idiota? Hace menos de dos minutos estaba hablando de tirarse a Luke ¿y ahora la abrazas?” bufó mi subconsciente.
-Pues bastante bien, espero no tener un falso presentimiento. –admití. Mi móvil vibró en mi bolsillo y me disculpé con las chicas dándoles la espalda para leer el mensaje.
Mickey: ¿Dónde estás, Minnie? Nos van a calar aquí delante y se va a armar la de Dios, Jesucristo y los doce apóstoles.
Vic: Que ya voy, exagerado.
Me giré para despedirme de las chicas pero observé con incredulidad que se habían esfumado. Extrañada, recogí mi bolso y salí de la facultad y despidiéndome silenciosamente hasta enero.
Busqué con la mirada el coche negro de Mike y una vez lo localicé me acerqué disimuladamente subiéndome en él.
-Hola. –saludé.
-¡Ya era hora! Llevamos aquí más de media hora. –bufó Michael.
-Será porque os ha dado la gana porque yo salí hace solo diez minutos del examen. –protesté. Luke me sonrió y besó mi mejilla haciendo que mi frustración disminuyera.
Mike arrancó y se dirigió a un McDonalds done pudiésemos tener nuestra cena decentemente (todo lo decentemente que se puede cenar en McDonalds) y sin fans que nos molestasen.
Michael y Luke me sorprendieron pidiendo cada uno una ensalada y botellas de agua frente a mi hamburguesa de carne y bacon y mi CocaCola.
-¿Estáis bien? –pregunté.
-Sí, ¿por qué preguntas? –respondió Luke.
-Pues principalmente porque estáis pidiendo ensaladas. Eso normal no es.
-Creemos que es bueno empezar a cuidar nuestro cuerpo. Ya sabes, para no acabar muertos por sustancias raras. –respondió Mike como quien te cuenta que la semana pasada se compró una camiseta verde. Arqueé una ceja, sorprendida.
-En realidad hemos hecho una apuesta con Jen y Kat y hemos perdido. Tenemos que estar un mes sin comer comida basura. –dijo Luke encogiéndose de hombros.
Yo reí y sacudí la cabeza dirigiéndome a una de las mesas para cenar con los chicos. Comencé a comerme mi riquísima y preciada hamburguesa cuando de repente se encendió una lucecita en mi cabeza. La Navidad.
Se nos echaba encima y no habíamos decidido que íbamos a hacer. Bueno, Ash y Kat habían dicho que pasarían una semana en Australia, pero los demás no teníamos ni idea de nada.
-¿Vic? –me llamó Mike.
-¿Qué?
-Te está sonando el móvil.
Asentí y levanté el aparato leyendo el nombre de quien me llamaba. Evan. Otra vez.
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¡Hooooooooooooolaaaaaaaaaaaaaaaaa! Sí, sé que estáis pensando "¿capítulo? ¡Qué pronto!"; pues sí, mis niñas, he conseguido escribir un capítulo más así que aquí tenéis. Bien, contadme, ¿qué opináis de Lea y Amber? ¿Y de la apuesta con Jen y Kat? ¿Sobrevivirán los chicos un mes sin comida basura?
Un abrazo ♥

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Australian.
FanfictionAshton, Luke, Michael y Calum son famosos, mundialmente conocidos y están en el punto álgido de su carrera. Pero no le niegan a nadie volver a casa de vez en cuando. Victoria vive en Sydney con Kat, su mejor amiga, y trabajan juntas para hacer todo...