Capítulo 18.

226 24 8
                                    

Luke’s pov

Una semana. Llevábamos todos resfriados una larga semana en la que tanto nuestra casa como la de las chicas se había convertido en un coro de toses, estornudos y gritos de “os habéis acabado la sopa y ahora Vic tendrá que hacer más”.

Debía de ser un cuadro bastante gracioso vernos a todos envueltos en mantas cual capullos de oruga antes de convertirse en una bella mariposa. “Luke, a ti la fiebre te afecta” pensé.

Victoria estaba tumbada junto a mí con su cabeza en mi pecho respirando tranquilamente y disponiendo tanto del calor de su manta como de la mía. Según Katherine era frecuente que si tenía malestar se durmiese, y por lo que me había dicho, podía estar durante horas. Pero a mí me daba igual.

Estábamos en mi habitación abrazados, Victoria durmiendo y yo haciendo círculos imaginarios en su espalda. Ella sonrió en medio del sueño provocando que la imitase y dejase un suave beso en su frente apretándola un poco más contra mi cuerpo.

-Luke, me estoy asando. –dijo Victoria revolviéndose una vez se despertó.

-Shh, no destroces el momento. –susurré.

-Pero es que voy a empezar a sudar, que me está bajando la fiebre. –dijo mientras intentaba zafarse de mi abrazo.

-Vale, vete y date una ducha fría, anda.

Victoria sonrió y besó rápidamente mis labios para meterse en el baño. Me tumbé cuan largo era en la cama poniendo mis manos detrás de mi cabeza.

Oí una pequeña musiquita proveniente del móvil de Victoria y me acerqué a ver qué era.

-¡VICTORIA! –llamé.

-¿QUÉ? –gritó desde la ducha.

-TE HA LLEGADO UN MENSAJE.

-PUES LÉEMELO.

Evan: Oye Vic, me he despertado y estoy en casa de mis padres. ¿Qué está pasando? ¿Hemos decidido volver a Australia?

¿Qué demonios? Se suponía que hacía semanas que Evan y Victoria no hablaban. ¿A qué venía este mensaje? ¿Sabía Victoria que Evan estaba en Australia?

-Luke, ¿estás bien? Parece que has visto un fantasma. –dijo Victoria riendo cuando entró en la habitación.

Su cuerpo estaba simplemente cubierto por una toalla blanca, probablemente de las que Calum solía “pedir prestadas durante un tiempo indefinido” de las habitaciones de los hoteles, mientras que se secaba el pelo con otra.

-¿Has estado hablando con Evan? –inquirí.

-¿Qué? No.

-Y entonces qué se supone que es esto. –dije mostrándole el mensaje.

Vic lo leyó de corrido y tecleó rápidamente una respuesta. Bloqueó el móvil y lo dejó sobre la mesilla sentándose delante de mí.

Arqueé una ceja invitándola a explicarme qué pasaba, pero ella se limitó a acurrucarse junto a mí aún a sabiendas de que seguía llevando simplemente una toalla sobre su cuerpo desnudo.

Sonrió y comenzó a darme besos suaves en el cuello haciéndome olvidar mi pregunta y todo lo relacionado con Evan poco a poco. Cuando por fin y después de haberme resistido por un tiempo que me pareció interminable, la aparté suavemente y fruncí el ceño.

-Dime qué pasa, Victoria. –demandé.

-No es nada.

-Tiene que ser algo, y medianamente fuerte, para que me lo ocultes y evites el tema.

-Luke…

-No, dímelo.

-Evan tiene una enfermedad muy rara parecida al alzheimer y sus padres han decidido llevárselo a Australia otra vez. –respondió.

Abrí los ojos como platos y sentí como mi mandíbula se desencajaba al abrir también la boca por la sorpresa.

-¿Y eso qué significa exactamente? –pregunté temiéndome lo peor.

-Significa que sus padres se lo han llevado de vuelta a Australia.

-¿Y tú también vas a ir?

-No. No tengo nada por lo que ir a Australia.

-Oh, bien.

Victoria’s pov

Después de la pequeña discusión con Luke decidí quedarme por una noche tranquilamente en casa. Y eso hice. Aproveché que Kat había decidido irse con Ashton de fin de semana a Liverpool y Liz se iba a quedar con Calum en casa de los chicos.

Busqué en la caja de los DVDs buscando una película que ver. Estuve un largo rato debatiéndome entre Sombras Tenebrosas o Sweeney Todd. Creo que estaba empezando a obsesionarme seriamente con Johnny Depp.

Finalmente me decidí por Sweeney Todd, así que decidí prepararme un chocolate caliente y acompañarlo con un sándwich de cualquier cosa que encontrase en la nevera.

Pulsé el play del reproductor de DVD y me recosté en el sillón disponiéndome a entonar There’s no place like London junto con Anthony Hope y Sir Todd.

Estaba tan absorta viendo la película que no me di cuenta de que mi móvil llevaba sonando alrededor de diez minutos.

Me estiré hasta alcanzar el teléfono con las puntas de los dedos y fui dándole golpecitos hasta que conseguí rodearlo con mis dedos. Leí el nombre de mi madre en el identificador de llamadas y me apresuré a responder poniendo el teléfono en altavoz.

-Hola, mamá. He tardado porque estaba muy metida en la peli. –saludé.

-Estás viendo Sweeney Todd, ¿verdad? –preguntó mi madre.

-¿Cómo lo sabes? –pregunté sorprendida.

-Cariño, saliste de dentro de mí, te conozco casi tanto como a mí misma. Y sé que tú cuando único te evades tanto del mundo como para no oír el teléfono es cuando ves Sweeney Todd y te pones a cantar I’ll steal you, Johanna a pleno pulmón. –dijo comenzando a reírse.

-¡Mamá!

-Vale, cariño, lo siento. Pero tengo que pedirte que vuelvas a Australia.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿No será por Evan? Sus padres me han dicho que no hace falta que vaya, mamá.

-No es por Evan, cielo.

-¿Entonces?

-Cielo, la abuela se ha puesto un poco peor. Y quiere que estéis tu hermano y tú aquí.

-Pero mamá, yo…

-Sé que Londres es tu sueño, mi vida, pero ¿no crees que a tu abuela le gustaría que estuvieses aquí si le pasa algo y puedas despedirte de ella como Dios manda? –dijo mamá y noté como su voz comenzaba a quebrarse.

Por mi parte, empecé a notar como las lágrimas empezaban a salir sin ningún tipo de obstáculo y mi maquillaje comenzaba a manchar tanto mi ropa como mi cara. Adoraba a mi abuela, y saber que su enfermedad había avanzado me afectaba muchísimo.

-De acuerdo, mamá. Estaré allí la semana que viene. –dije colgando.

-¿Dónde estarás la semana que viene? –dijo una voz a punto de romperse a mi espalda.

Me giré y vi a Luke plantado en la puerta del salón, más pálido que nunca.

-Tengo que volver a Australia.

Australian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora