Capítulo 17.

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Hacía una semana que Liz estaba en Londres y la señorita inteligente ya había conseguido una “cita” con Calum.

Algo que nos sorprendió a todos, ya que Calum no solía ser partidario de tener citas. A lo mejor Liz había obrado el milagro.

Desde el sofá en el que estaba tumbada con Luke alargué una mano y cogí otra de las cookies que habíamos horneado tan solo dos horas antes.

-Lleva hora y media arreglándose. –se quejó Luke.

-Yo suelo tardar más. –admití.

-Eso no es cierto.

-Teniendo en cuenta que cuando me has llevado a un sitio ha sido a la facultad, y lo más arreglada que he ido es con una cazadora de cuero. –ironicé.

-Estabas muy sexy ese día.

-¿Por eso me metiste mano cuando me recogiste?

-Es una de las razones. –rió besándome.

Volvimos a nuestra posición inicial y seguimos viendo la televisión mientras esperábamos a que Liz bajase de prepararse.

Después de alrededor de otra media hora, vimos bajar a Elizabeth vestida con un precioso vestido rojo de media manga, bastante por encima de las rodillas y unos altos tacones negros.

Llevaba el pelo ondulado dejando que cayese por sus hombros y sus labios llevaban un jugoso color cereza. Sus ojos azules estaban delineados y sus pestañas alargadas todo lo posible.

-Estás preciosa, Liz. –dije sonriendo.

-¿Llevas condones? ¿Te importa que Calum te lo haga en el coche?

-¡LUKE! –gritamos.

-A ver, si con lo guapa que es se viste así lo más que debería extrañarle es que llegue a salir sin que Calum haga de las suyas. –se excusó Luke encogiéndose de hombros.

Puse los ojos en blanco y me levanté cruzando la habitación hasta abrazar a Liz, quien se había sonrojado tras las palabras de Luke. Ella me devolvió el abrazo y se sentó a mi lado. Veinte minutos más tarde, sonó el timbre de casa haciendo que Liz se levantase nerviosa y caminase hasta ella.

Yo volví a acurrucarme junto a Luke y agudicé el oído, haciendo la señal acordada cuando el coche se alejó de la casa.

Chasqueé los dedos llamando la atención del rubio, y me quité la sudadera y los pantalones holgados dejando ver un suéter negro y unas mayas también negras que se ceñían a las piernas. Saqué los botines de debajo del sofá y me giré hacia Luke, quién se estaba colocando el gorro, también negro. Él llevaba unos vaqueros también ceñidos y una sencilla camiseta también negra.

Me mordí el labio haciéndome una coleta alta y acercándome a él. Entrelacé mis manos detrás de su cuello y él posó sus manos en mi cintura acercándome a él.

-¿Sabes? Vestida de espía estás aún más sexy que con la cazadora y los vaqueros. –susurró sonriendo de lado.

-Te das cuenta de que no podemos retrasarnos, ¿verdad? –dije.

-¿Por qué?

-Básicamente porque vamos a llegar tarde y Ashton se pondrá insoportable si le fastidiamos su gran plan.

-Me da igual. –dijo con voz ronca.

Deslizó sus manos a la parte baja de mis piernas y me colocó en su cadera girando rápidamente de forma que mi espalda chocó violentamente contra la pared haciéndome jadear.

Atacó mis labios con fiereza y yo le devolví el beso enredando mis manos en su pelo y mordiendo su labio inferior, tirando ligeramente.

Luke metió las manos debajo de mi suéter y comenzó a acariciar tanto la parte baja de mi espalda como mi abdomen. La temperatura de la habitación subió drásticamente y ambos estábamos a punto de perder el poco autocontrol que nos quedaba, cuando sonó mi móvil.

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