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Capítulo 4

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CAPÍTULO 4

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Steve acompañó a Sharon hasta el ascensor después de haber estado juntos en una cafetería. La agente presionó el botón, mientras Steve soltaba un suspiro.

—¿La CIA te asigno aquí?—preguntó casualmente.

—A Berlín, Unidad Especial Antiterrorismo.

—Se oye bien—asintió Steve mirando aquellos ojos cafés que sólo le traían buenos y viejos recuerdos—. Quería preguntarte algo sobre... cuando me espiabas del otro lado del pasillo.

—¿Hablas de cuando hacia mi trabajo?—respondió ella con una sonrisa.

Steve no pudo evitar sonrojarse.

—¿Y Peggy se enteró?—preguntó.

Sharon admiró el rostro del Capitán antes de suspirar—. Ella tenía muchos secretos y no vi necesidad de uno más.

El ascensor emitió un sonido.

—Gracias por acompañarme.

—No fue nada.

Ambos se miraron profundamente, esperando que alguno hiciera el primer movimiento.

—Steve—Sam llamó—. Tienes que ver esto.

Los tres subieron a la habitación para ver la televisión en el mostraban el reciente atentado.

—Una bomba escondida una camioneta de prensa estalló en el edificio de la ONU en Viena. Hay más de 70 personas heridas, al menos 12 muertos, incluyendo el Rey T'Chaka de Wakanda. Las autoridades publicaron un video del sospechoso, a quién identificaron como James Buchanan Barnes, el Soldado del Invierno. El infame agente de HYDRA relacionado con muchos actos terroristas y asesinatos políticos.

Steve mantuvo los ojos en el televisor, viendo las imágenes de su compañero que tanto había buscado. Mientras Sharon caminaba de un lado a otro con su teléfono móvil en la oreja.

—Debo ir a trabajar—dijo la rubia al finalizar su llamada.

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Las autoridades habían llegado al lugar del incidente para controlar la situación. A un lado, el príncipe T'Challa se encontraba sentado en una banca con la mirada perdida. Sin si quiera inmutarse a la presencia de Jessica, ella se sentó a su lado.

—Sé lo que estás sintiendo y lo lamento mucho —lamentó. T'Challa la miró por unos segundos y volvió su mirada al anillo de su padre.

—La muerte en mi cultura no es el fin. Es más bien un punto de impulso. Estiras las manos y Bast y Sekhmet te guían hacia el campo verde en donde podrás correr para siempre.