Capítulo 10

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CAPÍTULO 10

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Cuando la doctora dijo que, según el examen de sangre, tenía aproximadamente 15 semanas de embarazo, Jessica no pudo evitar mostrar sorpresa pues ella estaba segura que había tenido su periodo el mes pasado. 

Al momento en el que la simpática mujer preguntó si sabía quien era el padre mientras pasaba el transductor suavemente por su vientre, Jessica resistió la tentación de golpear la cabeza de la doctora contra la máquina de ultrasonido porque obviamente. Ella no es una zorra como para no saber la identidad del padre de su propio bebé.  

Jessica contempló la idea del aborto. Ella acababa de salir de la pelea de su vida, una vez más. El padre estaba quién sabe dónde, posiblemente agentes del gobierno estaba esperando detrás de la puerta para encerrarla en una prisión de máxima seguridad y no tenía precisamente una buena economía. Sin embargo, cuando vio en el monitor la imagen del bebé ... de su bebé, todas las palabras murieron en su garganta.

—Jess —escuchó a Trish sollozar.   

—Mide entre once y doce centímetros. Podría ser del tamaño de una pera... —explicó a lo lejos la doctora—. Tu bebé se encuentra muy bien.

Fue una buena idea que Trish la acompañara, pues no estaba escuchando ninguna de las indicaciones y explicaciones de la doctora. Estaba demasiado concentrada viendo a ese bebé diminuto, aún así sea del tamaño de una pera. Era su pera, su bebé, algo real y frágil e inocente. Algo que ni Kilgrave ni HYDRA, ni nadie dañó. Esa pequeña parte de su vida permanecería a salvo para siempre.

—¿Se puede saber el sexo en estas semanas?—preguntó Trish.

—¿La mamá quiere saberlo? —cuestionó la doctora mirando hacia Jessica.

Jessica miró a Trish y luego al vacío por unos segundos antes de asentir con la cabeza a la doctora, pues aún no podía modular palabra. 

La gente nunca esperaría que Jessica Jones estuviera embarazada. Cualquiera que la haya conocido, sabría que la idea misma era ridícula. Aún así, este bebé le daba una oportunidad a la normalidad. Cuando Steve volviera, se irían lejos de todos y todo, no habrían Acuerdos que los separaran. Juntos podían darle una vida feliz a su bebé.

—Tengo que hacer unas llamadas—dijo Trish mirando hacia la pelirroja, se alejó y dejándolas a solas.

—¿Tenemos que despedirnos otra vez?—preguntó Jessica.

—Probablemente, T'Challa le dijo a Ross lo que hice—explicó—. Tengo que irme antes de que vengan por mi.

—Tal vez debería hacer lo mismo—consideró la morena.

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