Capítulo 10 - Conociéndote mejor

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El frio cala mi espalda al apoyarme contra la pared, no puedo salir, estoy atrapada con Sam. Solo cuatro paredes nos rodean. Como Dorotea diría: no entres en pánico. A Voldermot con eso. Puedo soportar su cercanía en lugares abiertos en esos en los que puedo salir corriendo de ser necesario. El aire se vuelve pesado, está mirándome raro. Quieto. No te muevas. No me engañas con tu carita de perrito. ¡Se mueve! Adelanta una pata sin dejar de mirarme, ladea la cabeza. ¡Está apunto de atacar!

Uno, dos, no quito mi mirada, tres, no se mueve. Tomo una respiración profunda y empiezo a golpear la puerta con todo a la vez que grito, mantengo mi mirada en él. No le quites la mirada a tu atacante. Vigila todos sus movimientos. Si te sientes amenazada de más dale un golpe en sus partes. Eso no funcionaría ¿o sí? Ya estoy comenzando a tener pensamientos raros. Mi respiración de vuelve cada vez más rápida. Esto no puede estar pasándome.

Estoy entrando en pánico.

—¡Ayúdenme! ¡Estoy encerrada!

Nadie contesta. ¿En que estaba pensando al seguirlo? Este silencio me da mala espina, siempre hay silencio en las películas de terror. Piensa en otra cosa. Ardillas. Ardillas siendo atacadas por perros. Golpeo más fuerte la puerta, mis nudillos comienzan a tener un rosa chillón. Odio este lugar. Sam solo observa todos mis movimientos, parece comprender mi desesperación porque comienza a ladrar.

Mi garganta arde, mis manos duelen, hasta Sam está agotado. Termino sentada contra la puerta sin perder de vista al canino que esta recostado sobre un sofá.

Trato de pensar en otra cosa. Pienso en Thomas, él me distrae de absolutamente todo. Ahora que lo pienso le tengo envidia y admiración a ese canino, creo que nadie conoce a Thomas tanto como él. Me gustaría preguntarle, si pudiera hablar claro, todo lo que sabe de él sería mucho más fácil sacárselo a él que a su dueño.

El tiempo sigue pasando, nadie ha venido a ayudarnos o siquiera nos has escuchado. Solo el silencio reina. Mis pensamientos divagan. ¿Dónde estará el causante de todo esto? Si una persona que no cree en el amor de pronto se encuentra persiguiendo a alguien. ¿Cómo tiene eso una explicación lógica? ¿Quieres saber un secreto? Que tal uno que nadie sabe, quiero creer que no existe el amor, pero no es así yo lo sentí de primera mano, aquello fue un error. El más grande de todos, esta es mi razón por no querer darle un oportunidad al amor, eso era antes, ahora mírame otra vez caí víctima de él. Se puede llegar a cometer dos veces el mismo error, seguro, si no que hago aquí.

Mis ojos se encuentran cerrados, si no veo al canino, entonces podré mantener mi miedo a raya, si ignoro que se encuentra en la misma habitación que yo. Escucho un leve movimiento. Ambos miramos la puerta.

—¿Sam, estas ahí? —la voz de una niña nos llega desde el otro lado, estoy a punto de contestar cuando Sam ladra. Ah, claro era al otro Sam.

Hay un forcejeo del otro lado de la puerta, la manija se mueve sin éxito.

—¡Tom, lo encontré está acá arriba! ¡La puerta está trabada! —grita.

Mi corazón se detiene un instante al escuchar el nombre de Thomas. Me he vuelto tan patética. Alguien empuja la puerta desde el otro lado haciendo que se habrá de golpe. Me congelo.

La niña me mira sin comprender que hago en su casa. Buena pregunta. Se parece a Thomas, tiene una melena negra ondulada a juego con sus ojos verdes, es esbelta y pequeña. Parece una muñeca de porcelana. Corre directamente hacia Sam y lo abraza por el cuello, Thomas sigue parado en el mismo lugar desde que me vio, no puedo saber si respira o no. Todo su cuerpo esta tenso, tiene los labios apretados en una fina línea y sus manos en puños. No soy bienvenida. Era de esperarse. Me toma un poco más de tiempo recomponerme.

Dile, NO al AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora