Capitulo 8

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Alex cocino fideos con salsa muy sabrosa la verdad, me encantó la comida.

- ¿Estas lista?- Preguntó.

- ¿Para que?

- Para tu otra sorpresa- Dijo sonriendo.

- Mm... no estoy del todo segura.- Hablé extrañada.

Alex se levanto y me tendió la mano para que haga lo mismo, subimos las escaleras y se paro en frente de la puerta que estuve por abrir tiempo atrás y el no me lo permitió.

- Lo que vas a ver es algo que muy pocas personas saben, tienes que prometer que vas a mantenerlo en secreto- Asentí.

Alex me miro una vez mas e introdujo la llave en la cerradura, la abrió lentamente y me dejó pasar, estaba todo oscuro, la luz se encendió, una pequeña luz, que aunque no iluminase mucho se podía ver a la perfección el cuarto, pero no estaba frente a cualquier cuarto.

- Se lo que piensas Sarah, quisiste saber lo que había, ahora lo sabes, mi pregunta es, ¿Quieres entrar en el juego o no? 

- Al..lex...Alex...yo.. yo soy...

- ¿Tu eres que?- Pregunto con el ceño fruncido.

- Soy virgen- Dije con las mejillas color carmín.

- Tendrías que habérmelo dicho Sarah- Dijo sacándome de su cuarto de juegos- Vamos a solucionar esto.

- No Alex, debiste haberlo sabido, tengo solo dieciséis años.

- ¿Y eso qué? Todas las niñas de tu edad ya lo hicieron, creí que tu eras como ellas...- Frenó de golpe.

- Alex no soy una zorra, no tienes ningún derecho a decirme eso, no me conoces, no tienes ni idea de como soy, que me gusta y que no, no tienes idea de nada- Dije enfurecida.

Pase por su lado y me encerré en mi habitación. Escuché como gritaba en mi puerta y la golpeaba para que lo deje entrar, pero no le respondí.

- Por favor Sarah, no se que me paso, no quise decir eso, lo lamento, soy un idiota.

- Si, lo eres- Dije en tono de enfado.

No se escucharon mas golpes ni suplicas, así que supuse que se había rendido. Luego de colocarme el pijama me arrope apagando la luz del velador, pero la sombra de una persona entrando por el balcón me detuvo.

Pegué un grito e intente abrir la puerta para correr, pero el susurro de aquella persona me tranquilizo.

- Soy yo Sarah, no grites, soy Alex.

Alex cerró la puerta del balcón y se acercó lentamente a mi.

- ¿Eres idiota o que?- Dije aun mas enojada que antes.

- Lo siento.

Me pegó contra la puerta de la habitación y me beso desesperadamente para luego llevarme a la cama acostándome delicadamente y acomodándose sobre mi dejando el peso de su cuerpo sobre sus brazos a los costados de mi cabeza.

- Quiero hacerte mía- Susurró para luego besar mi cuello levemente.

Sus besos subieron a mis labios y así sucesivamente mientras sacaba lentamente mi pijama, me dejo con la ropa interior de encaje haciendo que yo saque su camisa y me posicione sobre su cintura, desprendí y quité el cinto de su pantalón, pero cuando estuve a punto de soltar los botones del jeans su vos me detuvo.

- Espera Sarah.

Se giró y me volvió a dejar abajo. 

- Déjame hacerte mía, déjame disfrutar tu cuerpo solo por hoy.

Besó desde mi cuello hasta mi panza baja, se acomodó entre mis muslos para luego correr mi ropa interior hacia un lado dejando libre mi vagina, empezó a succionar y lamer mi clítoris haciendo que de mi boca salgan demasiados gemidos, lamió uno de sus dedos y lo introdujo dentro de mi, hizo lo mismo con otro introduciendo dos dedos haciéndo que mi cuerpo tiemble y en segundos explote de placer.

- Eres deliciosa.

Mis gemidos no cesaban y el seguía jugando con mi clítoris, era la tercera vez que me hacia venir, mis piernas temblaban y mi pulso estaba acelerado.

Saco sus dedos de dentro mío y beso mi panza, subió a mi cuello y terminó en mis labios. Se saco el pantalón y el bóxer para luego sacar mi ropa interior lentamente, quedando los dos completamente desnudos. Del bolsillo de su pantalón saco un sobresito plateado que luego razgó y se lo puso, entró lentamente en mi haciendo que un gemido de dolor salga de mi boca, pero el no paro, lo hacia cada vez mas rápido y fuerte, los gemidos de dolor fueron suplantados por placer, rasguñe su espalda haciendo que suelte un gruñido que me volvió loca.

- Alex- Gemí.

- Sarah me encantas- Gimió.

Alex paró poco a poco y me susurró al oído.

- Déjate llevar cariño.

Alex se despegó de mi para luego girarme en la cama haciéndome quedar en cuatro y así volver a entrar lentamente en mi, mi espalda se curvó y gemidos salieron de nuestros labios, aumento la velocidad haciendo que mis brazos tiemblen, me apoyé sobre mis antebrazos haciendo que él tire de mi cabello levantando mi cabeza.

Ambos explotamos de placer, el cuerpo de Alex calló sobre mi espalda.

- Dios Sarah-Suspiró cerrando los ojos.

Me acosté en su pecho y cerré los ojos, el se tensó pero al instante se relajó y se durmió.

Holaa, nuevo capitulo!!

Todo esta comenzando, se que les gustaría que apresure un poco el tema del sadomasoquismo, ¡lo haré!

Dejen sus comentarios y su voto!!

Perversa adicción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora