La Coincidencia

Cap. 7 - ¡Felicidades, lo Arruinaste!

Capítulo 7 - ¡Felicidades, lo Arruinaste!

La fecha de mi cumpleaños se acercaba lentamente, y con el paso del tiempo, mi segundo periodo universitario termino, y estábamos en vacaciones para entrar al tercero. En el intermedio de tiempo que hay cuando un periodo termina y el otro esta por empezar, no hay mucho tiempo que digamos. Aun así, los amigos mala influencia que tenía, que eran más amigos de mi hermano que míos, incluyendo a mi hermano, no faltaban a una que otra fiesta en alguna discoteca de mala vibra en la costa de la playa. Un día decidieron invitarme a el cumpleaños de Cherly, la novia de Cristopher, unos de mis amigos de ese grupo. Salí de mi casa mintiéndole a mis padres sobre ir a jugar a la casa de uno de ellos. Me prometí a mi mismo ese día que una gota de alcohol no entraría a mi garganta. Bayron, un viejo amigo, me escucho. Y después que entre a una disco siendo menor de edad, me senté en la mesa, pedimos unos tragos, le presumí a una amiga donde andaba, era más una amiga de mi hermana de hecho, una que me gustaba mucho. En un momento intenté ser quien le ayudara a pasar por situaciones difíciles, pero después de tomar el celular de mi hermana y leer lo que hablaban sobre cómo le gustaban otros chavos, decidí simplemente dejar de molestarla. Aun nos hablábamos y teníamos uno que otro chat a través de Skype de vez en cuando, pero no pasaba de eso. Le presumí donde me encontraba porque sabía que ella frecuentaba ese lugar, y luego ella me mando un mensaje solo dándome su dirección para que fuera por ella, Bayron se rio en mi cara recordándome que mis propias palabras no eran mas que mentiras. Con la ayuda de un amigo de mi primo, Carlos, pudimos ir en carro hasta donde ella estaba. Ella y una amiga, ambas estaban vestidas muy lindas. Eventualmente, terminaría bebiendo cerveza para no quedar como un crio frente a la fémina que trataba de impresionar. Ella se adaptó muy bien al ambiente mientras que yo parecía la mascota del grupo. Sin embargo, todos mis amigos mantenían su distancia, porque esa noche, ella era a quien yo tenía que impresionar.

Me separe un poco de ella, y después de escuchar dos que tres consejos de mi primo y mi hermano, fuimos a la pista de baile a probar un Macanazo solo por 5 lempiras. Ella se lo tomo tranquilamente, yo ni si quiera lo probé. Las dos cervezas que probé y el cigarro que apenas inhalé no me hicieron efecto en lo absoluto. Estaba concentrado en poder sacar algo de esa noche con Andrea. Andrea era la mejor amiga de mi hermana, y quien ya me había rechazado una vez en el colegio. Pero seamos sinceros, hasta yo me hubiera rechazado en el colegio.

Luego de que ella probara el trago, antes que alguien mas lo hiciera, la invite a bailar. Ella accedió sin ningún problema. Y se acercó a mí. Su amiga, se pegó a mi primo, y bailamos a la par del otro. Mi primo iba enseñándome todo, me gritaba ¡Pégatele más! y por mas raro que me parecía solo lo hacia y esperaba no decepcionarla. Podía sentir su calor, y ver como se movía, era primera vez que hacia algo que hace unos meses hubiera considerado ridículo. Por alguna razón la música se oía bien, y toda mi vida había odiado el reggaetón hasta ese momento. Me puse en el oído de Andrea y le dije. Soy nuevo en esto, ¿algún consejo para un novato?

-Pégate más. - fue la respuesta de ella. Solo quedé en shock viendo hacia el vacío y sin mas preámbulo, hice como se me fue ordenado.

Según las miradas de aprobación de mi primo, estaba haciendo un excelente trabajo. Y luego de terminar de bailar así, bailamos un poco de bachata. Literalmente solo movía mis pies y ella hacia el resto. Pero no lo hice mal, creo.

Llegaron las 2 de la mañana, salimos de ese lugar y fuimos a la playa. Todos estaban parados viendo la playa, ella también. Le pedí que fuéramos a caminar para poder separarla del grupo, como un buen cazador. Pero ella se negó. Así que le pedí que nos sentáramos. Mi primo hacia un excelente trabajo distrayendo a su amiga, y yo me quitaba una de mis dos camisas para que ella se sentara en la arena sin ensuciarse. Me senté a su par, ambos con las rodillas levantadas y viendo al horizonte. Ella estaba en su celular viendo Instagram, y le pregunte.