Cap. 9 - El Número Nueve.

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Capítulo 9 – El Número Nueve.

Generalmente, simples aspectos de mi vida se ven enredados con el número 9, algunos de mis amigos dicen que estoy perdiendo la cabeza ante algo tan trivial, pero, solo el libro que regale llevaba ese número, también fue la cantidad de años que tarde en volver a verme con Allison, y algunas cosas en las que admitiré que talvez soy un poco cínico. Como el hecho de que eso no tiene nada que ver con el capítulo y solamente quería explicar ese detalle y hacer una introducción menos aburrida. Pero eso no es a lo que quiero llegar ahorita.

El 14 de agosto del 2017, fue cuando empecé mi trabajo como asesor de llamadas en un call center de la gran ciudad. Entre con Cris y al mismo tiempo que otras diez y ocho personas. Dentro del training room, ese pequeño y helado cuarto, se encontrarían personas que se volverían demasiado importantes para mí, y arriba de ese lugar, donde las llamadas se recibían, estarían muchas más. Cuando entre casualmente había una amiga de la universidad llamada Victoria, ella y Cris serian con quienes pasaría mis primeros días. Eso antes que Fernando, un muy conocido varón, especializado en mujeres, le robara el corazón, y la alejara de mí. Cris por otro lado se volvió amigo de la mayor parte de las mujeres del lugar. Entre ellas, Samanta, de quien se enamoraría en pocos segundos. Yo por otra parte no tuve un amigo concreto a lo largo de mi estadía. El tiempo pasaba y podía ver como Cris compartía algunas cosas deprimentes que, en mi tiempo libre, cuando lidiaba con estar solo, le mandaba a él. Se las enseñaba a sus amigas e incluso hable de ello con Allison, pero ella siempre veía a Cris por el lado positivo. Desde esos días deje de llevarme bien con el y me aleje a buscar nuevas amistades, le conté la historia a Allison, a lo que ella me conto la historia con su mejor amiga. Y así paso todo.

Pasando el tiempo los papeles se invirtieron cuando Cris se le declaro a Samanta y le pidió ser novios. Por desgracia para él, ella ya tenía a alguien por unos cuatro años o mas y fue bateado instantáneamente. Después que Cris se separó de ella y se junto con otros amigos, yo hice lo mismo y me hice amigo de Samanta. Pasábamos mucho tiempo juntos y el lugar era pequeño, helado y podías perder la cabeza estando tanto tiempo ahí. Eventualmente termine cayendo por ella también. Y termine conociendo a su hermano, Juan. De quien no seria tan amigo hasta subir a recibir llamadas. Una vez arriba, separados por los cientos de personas que también pasarían con nosotros, sentía como Samanta se me alejaba, y termine por decirle como me sentía. Ella claro, no le importo, tenía novio. Así que deje de insistir en estar con Samanta, y me concentre un poco más en Allison.

La razón por la que entramos a trabajar fue porque nuestra universidad había sido tomada por protestas, así que había que aprovechar el tiempo libre. Poco después que entramos, la universidad volvió, haciendo que perdiera casi todas mis clases, y con ello, que perdiera mis estribos teniendo que volver a la rutina de mi triángulo amoroso con mis amigos, entre comillas. No eran exactamente mis amigos, eran como, mi rival y la que me gustaba. La persona que mas odiaba y la que más quería. Llegue al punto donde prefería no ir donde ellos estaban, para no tener que lidiar con vernos los tres juntos. Y eventualmente colapse. Un día, sentados en la segunda planta de la plaza, en el suelo, ella estaba en medio de los dos, sentada. E inclino su cabeza hacia el hombro de Cris, recostándose ahí. No podía hacer nada más que hervir de celos. Había unas muchachas sentadas en una mesa frente a nosotros, y le dije a Allison.

—¿Queres ver que vaya, y les hable? — honestamente, buscaba el más mínimo signo de que a ella le importara más yo, que Cris.

—Hace lo que queras. — después de oír eso, mi corazón se rompió otro poco más, pero ya estaba acostumbrado. Así que me levanté y me senté al lado de ellas. Eran tres, una mas bonita que otra, pero no estaba ahí para coquetear con ninguna de ellas. Eso era lo que quería hacerle creer a mi grupo de amigos sentados en la esquina de la par. Me senté y lo primero que dije fue ¿Puedo hacerles una pregunta? todas ellas quedaron asustadas por un momento, pero una de ellas que solo recuerdo, se llamaba Nicole, se atrevió a preguntar el que.

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