risa de Pug

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** este capituló es un poco fuerte +18**

Era una cama redonda en el centro con sábanas rojas encima, una televisión frente a la cama, una mesa con un montón de dulces y una fuente de chocolate, pero lo que más resaltaba en toda la habitación eran dos cosas. La primera era un tubo que estaba colocado desde el piso hasta el techo y la segunda eran un montón de juguetes sexuales que habían, eran por lo menos unos 30.
Había un columpio erótico una gran variedad de consoladores, látigos, correas, esposas, etc.
Me quedé de piedra, ni termine de ver la habitación.
- no, yo no me puedo quedar aquí, esto me recuerda a "pídele lo que quieras" mezclado con "50 sombras" me da mucho asco.
- hay me podes hacer un baile.- dijo señalando a el tubo.
Había olvidado que Sebastián estaba aquí. El sabía lo que había aquí y no me había advertido antes.
Por Dios era un pervertido, lo más seguro es que mal interpreto la forma en la que me comporte con el. Pero traerme aquí era excesivo, seguro era un hombre estilo Erick zimmerman o Christian Grey. Serían cono las 50 sombras de Yatra.
Ufff.
No, no es el momento.
- pervertido
Y le pegue un puñetazo en el hombro.
El paso delante de mi y se giró 
- y yo te puedo hacer un Streep tees, pone Sutra y yo te cumplo la fantasía.
Comenzó a acercarce y a quitarse la camisa.
- la camisa siempre te la quitas, es como si estuvieras normal.
Lanzó una carcajada.
- ósea que tengo que empezar con el pantalón.
- ¡nooo! No quise decir eso, sólo deja de hablar.
Que asco de habitación enserio.
No he podido levantar la vista del suelo desde que llegué, es que enserio es horrible.
- Bueno muñeca... - dijo Sebastián acosatandose en la cama - estoy listo para mi baile, o sabes que mejor quiero un Streep tees.
- estas loco.
No se porqué seguia ahí parada, sólo estoy segura que no salía de mi cara de asombro y de asco y que no me podía mover ni un centímetro, Era simple mis piernas no respondían.
Ponete esto y tiro una caja rosa, la agarré en el aire.
"Bragas de fresa"
Que asco, ¿esto iba enserio?
Se las tire de regreso.
-mientras más brava se siente mejor.
- sos un asco.
Sebastián lanzó una carcajada sonora,  su risa era demasiado graciosa parecía un perro cansado, pero en aquella situación no había nada que me diera risa, me le quede viendo mucho tiempo, pero no dejaba de reírse y cada vez que creía que iba a parar me miraba y se reía aún más fuerte.
- ¡ya! Decime que te causa tanta gracia, porque yo sinceramente no lo entiendo.
Para de reír un poco para decir.
-tranquila amargada, es una broma, la habitación es la de enfrente, debiste ver tu cara, sabía que lo tenía que grabar.
Corrí hasta donde estaba él, no estaba muy lejos así que un paso bastó, me vio un poco preocupado pero luego comencé a pegarle y tirarle cosas encima, le tiraba cualquier cosa que encontrará. El comenzó a reírse de nuevo, pero ahora tenía que turnarse entre esquivar las cosas, esquivar los golpes y reírse.
- aunque si querés nos quedamos aquí.
- pervertido, rabo verde.
El no dejada de reírse.
- decime que no me imagínaste haciéndote un baile sexy.
La verdad que si me lo imagine, aunque no hoy, pero eso obviamente sólo yo lo sabía.
- no, yo se que no podes bailar.
Dije sentandome Por fin en la cama, la verdad es que estaba muy cansada
Se acercó mucho a mi y con una mirada seductora.
- por ti aprendo.
Solté una carcajada.
Era una típica frase de un casa nova que no sabe conquistar.
- no me digas que así conquistas a las mujeres.
- no sólo a las niñas.
su sonrisa burlona apareció de nuevo.
- una razón más para que mires que no soy niña.
- si ahora eres una mujer de 18 años.
Dijo con un tono sarcástico.
Pues no soy una mujer pero ya soy adulta.
- esta bien mujer madura.
-¿Como conseguíste la llave de esta habitación?
- también la rente.
Lo sabía el lo había mal entendido todo, no soy esa clase de chica.
- no le mires doble intension tampoco sólo lo hice para hacerte una broma.
- que pésima broma.
- Pero logre lo que quería.
- Bueno, dame la llave de la habitación.
Rebusco en su bolsillo y saco una tarjeta y me la puso en la mano.
Me paré y comencé a sentir un ardor horrible en la planta del pie.
Mi herida, se volvieron a romper los puntos.
Caí en la cama de nuevo.
- tenes que tener más cuidado, cuando te me tiraste encima no sentias más que deseo y por eso no sentiste el dolor.
- cerra la boca, sucio.
Se volvió a reír.
- ya traigo el botiquín de nuevo.
- Pedí anestesia, que no creo aguantar otra vez ese dolor.
Me quite el zapato, la Caleta y saltando en un pie me fui a el baño a lavar la herida.
Tengo ser más cuidadosa, si no nunca se va a cerrar esa herida.
- aquí está.
Dijo tendiendo la jeringa con anestesia.
- gracias.
Me la aplique.
-¿Y el botiquín?
- Aquí
Me desinfecte la herida, la cerré y la vende.
El me cargo y me llevo a la verdadera habitación.
Era una habitación grande, con dos camas iguales.
Me acosté en una.
- gracias por traerme.
- no importa.
- ya está el contrato, lo querés firmar hoy o mañana
- ¿Es enserio?
- mjm.
- hoy
- como lo conseguiste tan rápido
-no se, sólo lo pedí, voy a llamar para que vengan.
- ok.

Salió de la habitación y no volvió a entrar en media hora. Mientras el estuvo fuera yo comencé a ver vídeos.

Abrieron la puerta, así que apague mi teléfono.
- Hola señorita Nazly soy Roberto.
Era un hombre bajito y un poco llenito, se veía que era muy agradable.
- Hola, usted es el mánager de Sebastián verdad.
- si, supongo que eres fan de el.
- si, pero no se lo diga, es muy creído.
Comenzó a reír.
- de que se están riendo.
- de nada, me cae bien ella.
- a mi no.
- pues a mi tampoco.
- mejor firmá los papeles niña.
Puse los ojos en blanco y luego le sonreí a Roberto.
- supongo que no lo has escuchado reír.
- si ya lo escuché.
- verdad que se ríe como pug.
Solté una carcajada.
- es cierto, no lo había notado.
- Ya dejen de reírse de mi, porque yo tengo el doble de cosas que ustedes para burlarme.
Nos reímos aún más fuerte con Roberto.
- te dejo los papeles aquí, los firmas. Y me los das.
- Bueno.
Comencé a leer los papeles, mientras escuchaba como Sebastián le contaba a Roberto la "broma" que me había echo, Roberto también se estaba riendo a carcajadas, y a Sebastián le costaba mucho contarle porque no podía parar de reír.
Cuando termine de leer los papeles firme.
- aquí están los papeles.
- Bueno Nazli un gusto conocerte.
- el gusto es mío.
- adiós
Dijo Sebastián.
- quítamelo de encima por favor.
Yo me reí más fuerte.
El hombre salió de la habitación

- me vas a ayudar a escribir la canción.
- ¿yo? ¿como? Nunca he escrito ninguna canción.
- no se, pero me tenes que ayudar, mañana comenzamos.

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