Karaoke

234 24 5
                                    

- ¿me vas a decir la otra sorpresa o la empiezo a adivinar yo misma?
- me gusta, adivínala tu, aunque estoy seguro que no la vas a adivinar.
La idea era que me dijera que no, y me lo dijera más rápido, lo se, lo se, no tengo las mejores ideas, de hecho mis ideas son muy malas, pero es lo que hay.
- soy muy buena adivinando.
No es cierto soy muy mala en eso.
- inténtalo.
- pero dame una pista.
- ya te la di en el hotel, debiste deducirlo en el momento.
¿Que dijo? Bueno, Hasta soy mala para deducir.
- la verdad, la verdad, es que así que se diga que bruto que buena es adivinando, pues no.
- ya, eso es muy fácil de ver, decime algo que no sepa.
- que llamas más la atención con ese disfraz.
- shh- puso su dedo índice sobre mis labios indicando que me callara.
- todos los que pasan se te quedan viendo.
Llevaba una chaqueta que llegaba al suelo, muy parecida a la que usan los detectives, un gorro de copa alta idéntico al de Abraham Lincoln, lentes muy grandes y lo que a mí me parecía más gracioso un bigote como el de Hitler.
- vamos detective Abraham Hitler
Ese es el apodo con el que decidí llamarlo.
- búrlate todo lo que quieras, pero por lo menos no tengo a todas mis fans sobre mi.
- pero estamos en un ácido de ancianos, no creo que una ancianita te haga daño.
- hay cuidadoras.
- venga ya, quítate todo eso. Y vamos a hablar con los abuelitos.
- ok, ok.
Se quito la chaqueta de detective.
- listo.
- no seas exagerado Sebas, quítate todo.
- ok, ok, ya.- se quito todo a excepción del bigote falso.- pero el bigote me lo dejo, ves el estilo que tengo con esto, ya sé cuál va a ser mi nueva imagen.
Solté una carcajada sonora.
- vamos.
Caminamos hacia el interior del asilo.
Hablamos con una enfermera, nos dejo entrar y nos guío a la sala común, en donde habían muchos abuelitos muy tiernos.
- hola, tienen visitas.
Todos nos veían.
- hola- dijimos Sebas y yo al unísono.
- que jovencitos tan guapos los que vienen hoy, ¿nietos de quien son?
- no, de nadie, solo vinimos a hablar y a éntrelos a todos, ahora si no quieren pues nos vamos.
Dijo Sebastián en un tono bastante dramático.
Un grupo de 3 abuelitas que estaban al fondo nos llamaron. - esperen quédense.
Y comenzó el bullicio todos comenzaron a pedir que nos quedáramos.
- nos quedamos si todos me dan un beso.
- vengase pa'ca -grito una ancianita al fondo. Yo no podía parar de reírme.
Sebastián pasó frente a todos y todos le dieron un beso en la mejilla.
- ¿como se llaman jovencitos?
- yo soy Sebastián, ella no importa como se llame.
Todos comenzaron a reírse, pero Sebastián se reía de una forma tan tierna, arrugando la nariz y sacando la lengua.
Lo empuje y cuando cesaron las risas hablé. - soy Nazli.
- también te queremos dar un beso.
Comencé a reír y pase de la misma forma en que lo había hecho Sebastián minutos antes.
- tenes una piel muy suave, como la mía a tu edad.
- Gracias.
- sus labios son más suaves.- dijo Sebastián y todos comenzaron a hacer bulla.
Yo me puse tan roja como mis zapatos.
Y él se me quedo viendo fijamente serio, es muy extraño pero yo creí que se iba a comenzar a reír, y no se quedó serio mirándome fijamente.
Me puse muy enojada, no podía creer que aprovechara ese momento.
- ¿quieren hacer karaoke?
Todos comenzaron a salir lentamente hacia una sala que se encontraba al lado, en donde solo había una televisión, varias bocinas y cuatro micrófonos. Sebastián ya iba hacia la sala cuando me apresuré a tomarlo del brazo.
- necesito hablar contigo.
- solo les voy a poner una canción.
- te espero en el patio.
Asintió y entró a la sala.
Yo salí al patio furiosa, que se cree para hacer esa clase de cosas.
Pasados dos minutos salió.
- ¿como te atreves a decir eso? Estábamos teniendo un día tan agradable.
- tenia que recordártelo.
Dijo Sebastián con expresión neutra
- ¿y crees que decirlo enfrente de tantas personas era lo mejor?
- ¿por qué te enojas tanto? Tanto te disgusto el beso.
- ¡si de hecho si! ¿Sabes por que? Por qué no soy un juguete.
Siempre era muy calmada, y no me iba a los gritos fácil, pero ahora estaba gritando.
- ¿por eso es? ¿Por qué crees que para mi solo sos un juguete? Pues no, no lo sos, no creas que yo llevo a una niña con la que solo estoy jugando a una fiesta tan importante.
- no se lo qué haces con tus perras, pero no soy una más ¿ok?
Se me acercó bastante, di un paso hacia atrás pero él lo predijo y dio dos más, luego me tomó de la cintura para que no pudiera escapar, y bajo su mirada hacia mis ojos, y luego a mis labios alternativamente, creí que me iba a besar pero comenzó a hablar.
- no se de donde sacaste ese idea, pero solo quiero que sepas que nunca te vi así y si es por lo de Yamilet, ya la olvide, lo que viste en la playa no fue nada, esa ya pasó desde el momento en que tú me consolaste.
- ¿sabes lo qué pasa? No creo que alguien olvide a una persona tan rápido.
- yo a ella no la quería, solo estaba enojado porque me rechazó.
Ese argumento era sumamente convincente sabiendo lo narcisista que es el, pero de igual forma hay algo que no me hace sentir segura.
- entonces demostrámelo
Se que no debería pedirle eso, pero no soy el juguete de nadie, si me quiere va tener que esforzarse.
-¿como?
- dejame pensar... pero empecemos siendo amigos.
- no me hagas esto, yo no puedo ser solo tú amigo.
- tenes que poder.
- ok, pero entonces déjame darte un último beso.
¿Que? Lo siguiente que sentí fueron sus labios sobre los míos, si lengua abriendo paso exigente atravesé de mis labios. Iba a un ritmo muy lento pero bastante dominante y exigente. Me quede paralizada al principio, pero después me deje llevar, y puse un brazo en su cuello y mi mano en su mandíbula, Y entonces ambos nos cerramos en un beso cargado de sentimientos, podría decir que mi mejor beso hasta ahora. No estoy segura de lo que siento por este hombre, solo se que ha causado estragos en mi vida, no he dejado de pensar en él y en todo lo que hace.
Terminamos de besarnos y el solo se separó lo suficiente para ver mis ojos sin despegar su frente de la mía. me quede muda, no puedo dejar de ver sus ojos, hasta que escuche un ruido que provenía de él interior del asilo, gire mi cabeza lentamente y él hizo lo mismo que yo.
Cuando vimos a una de los ventanales que había en el asilo, nos dimos cuenta que ahí estaba la mayoría de los ancianitos viéndonos.
Todos comenzaron a aplaudir y no pude evitar reír.
- que no se repita. - le dije sin poder contener la sonrisa, luego me separé de él, soltándome de su agarre en mi cintura y camine hacia el interior del asilo.
Entramos y nadie dijo nada, solo las miradas cómplices de todos las abuelitas y los halagos silenciosos de los abuelitos a Sebastian.
La mayoría de canciones que sonaban eran de antaño, a excepción de las que cantaba Sebastián que eran de él, como siempre Sebastián el Narcisista.
Comencé a hablar con un grupo de señoras que se encontraban sentadas en el jardín, sobre ropa y moda, es sorprendente que estas señoras sean tan buenas en la moda, saben más que yo de eso, están súper actualizadas.
Comenzó a sonar la pista de No Hay Nadie Más. Justo cuando estaba a punto de empezar la letra se escucho la voz de Sebastián: - esta es para ti Nazli.
Me acerqué lo más rápido que pude a la sala.
"Hay algo más inexplicable como su mirada
Inigualable como la manera en que me cela
Y trata de disimular que no está mal"
Cuando me vio en la puerta de la sala dejo el micrófono a un lado y comenzó a acercarse a mi.
" Voy a cuidarte por la noches
Voy amarte sin reproches
Te voy a extrañar en la tempestad
Y aunque existan mil razones para renunciar"
Me abrazo y acercó sus labios a mi oído y me dijo entre susurros: - para mi no hay nadie más.
Lo bese y todos comenzaron a aplaudir.
Si me lo preguntan no se si voy a lograr aguantar ser amigos, pero es mejor a no saber si están jugando conmigo.
Fue un beso rápido. Pero bastante lleno de sentimientos.
- ¿ no éramos solo amigos? - dijo Sebastián en tono sarcástico.
- fuera de aquí si.
- Hay un cuarto que está muy bonito y ya nadie usa.
Comencé a reírme.
Como siempre Sebas sacándome sonrisas.

————————
¡¡¡Este es el capituló que esperaban!!!
¡El primer beso!
Es mi regalo de navidad para ustedes mis lectoras.
Como siempre les pido, ayudenme a que este libro llegue  a Sebastián
Besos
- K.P.

Mi DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora