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Ambos se separaron bruscamente, alejándose uno de otro con muecas de asco.

Keith se puso de pie para que hubiera más distancia entre ellos y agarró la caja de chocolates sobre el colchón. Lance arqueó una ceja, molesto.

-Eh- le dijo-, los pagué yo.

Keith lo miró desinteresado.

-Y ¿a mí qué? No te pedí que los compres. Pídele el dinero a Omar y deja de joder.

Lance resopló y se puso de pie.

-¿Me los darías?

Keith subió una ceja pero no contestó. Abrió los chocolates, comió uno y se alejó de la cama y de Lance, yendo hacia la salida, saludando con la mano.

Lance se cruzó de brazos y resopló.

-Presumido- gruñó entre dientes.

Se quedó viendo cómo Keith desaparecía girando una esquina con *sus* chocolates y lo fulminó con la mirada, deseando poder matarlo con ella.

-¡Ey!- escuchó exclamar a una voz aguda. Olvidó al estúpido de Keith, y sonrió y miró hacia donde la escuchó, viendo a Pidge acercándose a él con una enorme sonrisa-. ¡Quedó genial!

Shiro también la acompañaba y, cuando la chica frenó para abrazar a su amigo, pasó uno de los brazos por sus hombros.

Lance sonrió.

-Ustedes también lo hicieron bien.

Shiro se encogió de hombros.

-Mi presencia fue mínima.

Pidge rio.

-Aunque sea no nos costó actuar las partes de noviazgo.

Lance soltó una carcajada, agarró su mochila y comenzaron a caminar en dirección a la salida.

-Me estoy asfixiando aquí- comentó-. ¿Vamos afuera?

La pareja asintió y los tres caminaron a la salida. Lance sólo esperaba que el imbécil de Keith no estuviera ahí.

Una vez afuera, vieron un auto negro en la entrada del lugar. Lance frunció el ceño.

-¿Ya nos vamos?

Pidge sonrió.

-¡Al fin a casa!- exclamó emocionada, soltando el brazo de su novio y corriendo al vehículo.

Shiro la siguió a paso lento y Lance lo imitó. Subieron al coche y se quedaron en silencio.

-¿Falta alguien?- preguntó el conductor, viendo por el retrovisor a los tres chicos.

Pidge asintió.

-Hunk.

Lance suspiró, abrió la puerta del auto y, con un pie afuera, gritó:

-¡HUNK, YA VÁMONOS!

Al minuto, su amigo, todo sudado, salió corriendo hacia afuera, tomándose los pantalones por la parte del cinturón.

Subió al auto, sonriéndoles para disculparse, y el chófer arrancó.

Primero dejó a Pidge y a Shiro en su casa (vivían juntos); luego, dejó a Hunk y, por último, a Lance.

Al bajar, el chico se percató de que todas las luces de su casa estaban encendidas.

Frunció el ceño confundido mientras sacaba las llaves de su mochila.

-Pero Verónica y los demás aún seguían en el set. ¿Dejé todo prendido?- se preguntó.

Abrió la puerta y sus hermanos corrieron a abrazarlo. Él se quedó estático en su lugar.

Se separaron y lo miraron sonriendo.

-Esta fiesta es para ti, Lance, por haberte esforzado tanto en la película- dijo su madre, acercándose hacia él y dejando un beso en su mejilla.

Lance miró a su familia y cerró la puerta.

-Pero ustedes también participaron- dijo, y sonrió con felicidad-. ¡Festejemos por todos!- alzó los brazos mientras todos gritaban y los menores reían.

Mullet 3 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora