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Lance recorrió todo el departamento, boquiabierto y dando saltitos de vez en cuando. Keith lo miraba con una sonrisa y reía. ¡El lugar era enorme! Su habitación tenía una cama matrimonial, y las paredes eran de tonos neutros. Chilló emocionado e inhaló profundamente. Olía completamente a Keith. Amaba su nueva casa.

-¿Y? ¿Qué tal? -preguntó Keith, pasando un brazo por su cintura.

Lance lo miró sonriente y le besó la mejilla.

-Debo avisarles a mis padres -dijo-. Además de que debo traer mi ropa- dijo, sacando el celular de su bolsillo.

Keith le acarició la cintura.

-Ya me encargué de avisarles -dijo confiado. Lance volteó rápidamente el rostro a él.

-¿Cuándo...?

-Supongo que no abriste el armario -lo interrumpió Keith, adentrándose a la habitación. A su habitación.

Abrió ambas puertas del vestidor y Lance pudo ver todas su ropa perfectamente ordenada. Había sido trasladada sin que él se hubiera dado cuenta.

-Wow... -susurró, acercándose al armario. Keith lo miraba con una hermosa sonrisa. Sonrió chiquito-. Mi novio es increíble.

Keith rio, se acercó a él y le dejó un beso en la nariz. Luego le dio una copia de la tarjeta para poder entrar al departamento.

El sonido de la puerta de entrada siendo golpeada interrumpió el silencio acogedor del lugar. Lance salió de la habitación, fue a la puerta y abrió con total confianza. Se asombró al ver quiénes que se encontraban detrás.

-¡Mamá, papá! ¡Están todos aquí! -exclamó, abrazando a toda su familia.

-¡Tío Lance! -gritaron al unísono los más pequeños de la familia.

-¡Silvio, Nadia, también vinieron! -dijo, abrazando con todas sus fuerzas a sus sobrinos.

-Claro que sí, queríamos ver tu nueva casa. Además ya no te veremos en la nuestra -dijo Silvio, bajando la mirada y haciendo un pequeño puchero.

Lance lo tomó de la barbilla y le levantó el mentón, haciendo que sus ojos se miraran.

-Podrán venir todas las veces que quieran, ¿están de acuerdo? -preguntó. Los niños asintieron y rio, acariciándoles el cabello.

Keith observaba detrás de él aquella escena tan hermosa con una sonrisa y cruzado de brazos.

-Lance sería un buen padre-pensó, apoyándose en una pared.

Una vez que todos entraron a la casa, Lance se encargó de enseñarles cada rincón. A decir verdad sentía que era imposible no saltarse ninguno, era increíblemente enorme.

-Y, por último, esta es la habitación principal -finalizó, abriendo la puerta de su habitación.

Los niños pasaron a los empujones y se lanzaron a aquella gran cama, comenzando a saltar en ella.

-¡Niños, eso es de mala educación! -gritó su madre, llamándoles la atención.

Lance rio.

-Déjalos, ma, no hay problema. Mientras no se lastimen, todo bien -contestó, saliendo de la habitación para que sus parientes la miraran.

Vio a Keith recargado en la pared del pasillo, de brazos cruzados. Se miraron a los ojos y sonrieron.

-Eres increíble -gesticuló Lance, moviendo sólo los labios.

Keith le dio una esplendida sonrisa.

-Lo que sea para ti, cariño -contestó en voz alta.

...

Luego de observar el departamento, se sentaron en la mesa a tomar y comer algo. Los niños se sentaron en el sillón y Keith les prendió la televisión.

-Oye, Lance -habló Verónica, poniéndole azúcar a su té. Su hermano la miró-. La otra habitación, la que está vacía, ¿es para su futuro hijo? -preguntó, arqueando una ceja.

Lance frunció el ceño.

-De momento no tenemos planeado tener hijos -dijo.

Keith apareció detrás suyo y puso las manos sobre el respaldo de su silla.

-En realidad, es una habitación de huéspedes -contestó.

Lance asintió en dirección a Verónica y le sonrió. Ella le devolvió la sonrisa y Keith se alejó, yendo a la cocina para buscar más cosas.

-Harían una linda familia-pensó ella, viendo a su hermano levantarse y pararse al lado de Keith, empujándolo levemente con el hombro y riendo. Tomó su taza y bebió el contenido, ignorando por completo la pregunta que había hecho.

Mullet 3 [KLANCE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora