Luego de salir de los autitos chocadores, Lance pudo ver a lo lejos una máquina de gancho. Sonrió emocionado y corrió hacia ella, dejando a Keith atrás, quien estaba mirándolo con el ceño fruncido.
-¡Corre!- gritó Lance, frenando al frente de la máquina.
Miró los peluches y, después de elegir su objetivo, introdujo una moneda y movió la garra. Quería sacar el peluche con forma de tiburón para dárselo a Keith.
-¡Rayos, se cayó!- gritó molesto, golpeando la maquina al lado de los controles.
Keith se rio de él y se colocó a su lado. Lo empujó con el hombro.
-Déjame intentar- dijo, buscando una moneda en su bolsillo.
La introdujo y movió la garra. Tomó el peluche que Lance había querido agarrar y vieron casi con la cara apoyada en el vidrio cómo era desplazado de un lugar a otro. Cuando parecía que se iba a caer, Lance se mordió el labio y Keith siguió mirando confiado. El tiburón cayó y terminó siendo agarrado por Keith.
Lance lo miraba impresionado.
-Toma- le extendió el peluche.
Lance se lo quedó mirando.
-Arruinaste mi plan, Mullet, quería regalarte ese muñeco-le dijo mentalmente Lance.
Mas le dio una sonrisa un poco amarga y lo agarró.
-Gracias, Mullet.
Keith sonrió encantadoramente y Lance, en su interior, comenzó a gritar.
-¿Ahora dónde vamos?- preguntó Keith, mirando el lugar, buscando algún juego que llamara su atención.
-¿Qué te parece... -Lance miró alrededor-... allí?- señalanó un juego de baile y Keith lo vio. Asintió levemente y Lance, llevándose una mano al pecho y sonriendo con superioridad, dijo:- Me parece perfecto, soy muy bueno bailando.
Keith lo miró y sonrió ladino, alzando una ceja.
-¿Ah, sí? Espero que seas mejor bailando que sacando peluches- dijo con tono burlón.
Lance frunció el ceño y se puso rojo de la vergüenza. Abrazó el peluche y Keith rio, y caminaron hasta su próximo juego.
Llegaron y pusieron dos fichas.
-Ven, elige una canción- dijo Lance, subiéndose al juego.
Keith lo copió y buscó una canción. Puso una que no conocía (porque no había ninguna que conociera) y la pantalla dejó ver su elección durante unos segundos.
Empezó a sonar la canción y un cartel que decía "Ready? Go!" apareció.
Lance seguía al pie de la letra los pasos que indicaba la máquina, mientras que Keith estaba más perdido que aguja en pajar.
En la mitad de la canción, Lance lo miró por el rabillo del ojo y volvió a concentrarse en el juego.
-¿No era que eras bueno en este juego?- dijo agitado.
Keith frunció el ceño y frenó en seco. Tronó sus dedos y su cuello y Lance tragó duro. Keith comenzó a bailar, mirando con atención la pantalla.
En ese momento, quien seguía al pie de la letra los pasos indicados era él.
Lance se quedó boquiabierto, mirándolo moverse con gracia y confianza, mientras sus pies quedaron plantados en la superficie de plástico.
La canción terminó y comenzó otra. Al final bailaron tres hasta que el juego terminó.
-Bueno, retiro lo dicho- dijo Lance, jadeando y secándose el sudor de la frente con su mano. Se sacó la campera y la ató a su cintura.
Se bajaron del juego y Lance se dobló sobre su cuerpo, apoyando las manos en sus rodillas. Keith arqueó una ceja, entretenido y divertido, y se cruzó de brazos.
-Sí, retráctate- contestó riendo.
Salieron del local y pasaron por un pequeño kiosko para comprar agua y algo para comer. Estaban sedientos y hambrientos y sus mentes estaban muy ocupadas en eso como para poder concentrarse en los juegos.
Volvieron al local con dos botellas en mano y bolsas de snacks, y siguieron jugando. Unas horas después, se fueron del lugar.
-Bueno, Mullet- dijo Lance cuando dejaron de caminar y sus direcciones eran opuestas. Keith lo miró-, me gustó pasar tiempo contigo- se rascó la nuca.
Keith sonrió.
-A mí igual. Deberíamos hacerlo más seguido- contestó, jugando con sus dedos.
Lance sonrió enternecido.
-Bien, entonces... Uh... Nos vemos.
Se acercó a él para dejar un beso en su mejilla, pero Keith se movió unos centímetros, haciendo que el beso quedara en sus labios. Se separaron inmediatamente y sus rostros se cargaron de un furioso rojo. Se miraron a los ojos y desviaron la mirada rápidamente.
-¡Dios! Lo siento, no fue mi intención- comenzó a tartamudear Lance. Keith mordía su lengua, esforzándose por no sonreír-. Yo... ¡Yo sólo quería despedirme! Lo siento, lo siento - dijo nervioso, comenzando a jugar con los dedos.
Keith rio, intentando controlar sus agitadas pulsaciones.
-No hay problema. De hecho, no fue tan malo. Digo, estoy acostumbrado a tus... a esto, ya sabes, por la película.- Se encogió de hombros y escuchar aquello hizo que el corazón de Lance doliera levemente. Aún así sonrió, intentando ocultar lo que sintió.
-Claro- rio de forma torpe-. Bien. Nos vemos.
Giró sobre sus talones y comenzó a caminar a su casa. Mientras se iba alejando, aceleraba el paso hasta que terminó corriendo.
Keith aún seguía parado en el mismo lugar, embobado. Sonrió como tonto y sintió su cara arder más que antes. Aquel había sido el "primer" beso en serio luego de la película. Los demás, obviamente, habían sido actuados.
-Espero que no se haya dado cuenta de que giré el rostro a propósito- pensó con una sonrisa, caminando hasta su departamento.