Me desperté al grito hueco de una pesadilla dónde revivía todo lo que Alex me causó, eran casi las tres de la madrugada y ni siquiera las pastillas habían calmado mi ansiedad, conté ovejas, Missisippis, pero no logré dormir.
El ser que me había convertido en la persona que era estaba de vuelta, no sé cuántas veces lo había estrangulado o apuñalado en mi mente, sin embargo mi cobardía fue la primera en llegar cuando estuve frente a él, salí a tomar un poco de leche cuando escuché ruidos desde la habitación de Jason, sigiloso pegué la oreja a su puerta, su voz se escuchaba agitada y a penas entendible.
—No, no lo hagas por favor...—gritaba—No...
Entré y él yacía sobre su cama semidesnudo, la frazada cubría partes importantes, el sudor en su rostro y su respiración aguda indicaban que tampoco estaba en el prado de los sueños, dudé un momento pensando en si debía despertarlo, otro gritó se aferró a sus labios y una lágrima besó su mejilla. ¿Qué esconde este chico?
—Mierda, Jason despierta—apreté su nariz y tiró de mi mano como si capturara al causante de tal mal sueño, dolió ahí donde él apretó.
—¿Qué diablos haces aquí?—me miró con un halo de cólera y confusión.
—Primero déjame ir—añadí mirando su mano que aun se tensaba sobre mi muñeca–estabas teniendo una pesadilla, una muy ruidosa—curvé mi cabeza para mirarlo mejor, simplemente hermoso debía admitir.—¿Quieres hablar de ello?
—Eso no es problema tuyo, ahora vete de aquí.—dijo soltándome, pero este quién se cree.
Me obligué a mirar los alrededores para no posar mis ojos en él y su cuerpo de dios griego«ojos malos», su habitación estaba meticulosamente organizada.
—Te vas al infierno Jason—respondí mostrándole mis dos dedos medios dándole la espalda para retirarme.
—Espera, pásame mis bóxers.—añadió señalando a unos Calvin Klein tirados al pie de la cama.
—Tómalos tú.
Me detuve aún de espaldas a él.
—Pásame los malditos bóxers...por favor.
Volteé y se había sentado en la cama, me miró con una media sonrisa, rodé los ojos y le alcancé los bóxers y me giré para no mirar.
—Vaya no sabía que te gustaban cosas tan nerds como Star Wars—dije mirando a la colección de figuras de acción en su librero.
—¿Creíste que era demasiado engreído para no gustarme ese tipo de cosas? También juego DOTA cuando no tengo nada que hacer. Vaya es tarde—dijo mirando su teléfono.
—Sí, buenas noches.—estaba a punto de largarme de su habitación.
—Espera, ¿y si me ayudas a dormir?
—¿Qué?—esta vez era yo quien no sabía y me tomó un minuto entender.
—Quédate, igual no te voy a hacer nada, no soy mariquita—literalmente lo descuarticé y lo tiré de un barranco con la mirada—Perdona, ¿puedes quedarte?
—No.—pero mi cuerpo y mi cerebro amaban llevarme la contraria.
Mi corazón se disparó cuando Jason hizo espacio para mí en su pequeña cama donde el contacto físico era inevitable, traté de pegarme a la pared pero estaba incómodo, su colchón era duro, me sentí extraño, todo había pasado muy rápido no sabía quién era Jason y ya dormía en su cama.
—Relájate—pasó su brazo debajo de mi cabeza y mis ojos se abrieron como platos cuando su pecho se pegó a mi espalda, luego su otro brazo libre se hizo camino hasta mi abdomen, algo en mí explotó y preferí espantar las ideas que comenzaban a formarse en mi cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Roommates to Lovemies [BL]
RomanceChristian Jones tiene inseguridades y traumas que lo persiguen desde su pasado, pensó que al entrar en la universidad podría deshacerse de ellos. Jason Kim es un joven coreano americano que no solo tuvo un pasado turbio, sino que aún divaga en un pr...